sexo, drogas y Rock & roll

ENLOQUECID@S POR EL SEXO…

El concepto hipersexualidad o adicción al sexo ha sustituído a los conceptos de “ninfomanía” (mujeres) y “satiriasis” (hombres).

Es la necesidad incontrolable por el sexo de todo tipo: relaciones sexuales, masturbación, productos pornográficos, líneas eróticas… Una vez obtenido el placer sexual, surgen sentimientos de culpa, malestar, vergüenza, dolor y odio hacia sí mism@.

Comienza a ser compulsivo cuando interfiere negativamente en otros aspectos de la vida: pérdida de relaciones, problemas en el trabajo (falta de rendimiento), problemas económicos, falta de interés por todo lo que no tenga que ver con lo sexual y sentimientos de desesperación.

Existen síntomas en los períodos de abstinencia sexual: irritabilidad, ansiedad, náuseas, insomnio, temblores y dolor de cabeza.

No todo el/la que se masturba en exceso o ve muchas películas porno es un adicto. No tiene que ver con la frecuencia, sino con el malestar psicológico que siente la persona ante su falta de autocontrol.

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Los expertos dicen que no es una enfermedad, sino un síntoma relacionado con otros problemas psicológicos: soledad, depresión, ansiedad, estrés,…

Afecta tanto a hombres como a mujeres de cualquier edad y condición social, pero es más frecuente en los hombres porque generalmente tienen mayor permisividad social y menos frenos morales.

Es una de las adicciones menos conocidas y visibles porque las personas que lo sufren suelen ocultarlo, sobre todo con las personas conocidas.

Tiene solución a través de un tratamiento, siempre que la persona que lo padece reconozca su problema.

PUEDE QUE SEAS SEXOADICT@ SI…

El impulso sexual te domina.

Tus necesidades sexuales te han llevado a practicar sexo con personas, sitios o situaciones en las que normalmente no te involucrarías.

Normalmente te quieres alejar de tu pareja sexual después de haber practicado sexo y sientes remordimiento, vergüenza o culpabilidad.

Tus conductas sexuales tienen consecuencias negativas en tu vida: en el trabajo, con tus amig@s, con tu familia…

No te importan esas consecuencias hasta que has “desahogado” tu impulso.

Piensas que es la última vez que lo haces, y después lo podrás controlar, pero realmente no puedes.

Te resulta difícil mantener una relación de pareja debido a tus necesidades sexuales.

Mantienes una “doble vida”, mientes sobre tus actividades sexuales.

Tienes la sensación de que estás fuera de control y de que si sigues por ese camino, tendrás graves consecuencias.