Beber alcohol antes de dormir: sus efectos sobre el sueño

No es aconsejable beber alcohol antes de dormir. La ciencia ha comprobado que las bebidas alcohólicas tienen potencial para alterar los ritmos normales del sueño y causan una serie de inconvenientes para la salud.

Muchas personas con problemas para conciliar el sueño optan por beber alcohol antes de dormir, porque creen que soluciona sus encuentros con el insomnio. La ciencia ha descubierto que no es así y que, de hecho, puede incrementar las dificultades.

Es cierto que el alcohol causa somnolencia y que, en principio, ayuda a relajarse. Esa es la razón por la que muchos piensan que puede ayudarles a dormir.

El problema es que la ciencia ha descubierto que beber alcohol antes de dormir también afecta el ritmo normal del sueño y le resta calidad. El resultado es que no se descansa lo suficiente y con el tiempo es posible que se desarrolle una dependencia que solo deteriora la salud.

Beber alcohol antes de dormir

Beber alcohol antes de dormir provoca una serie reacciones en el organismo. De por sí, el alcohol es un inhibidor del sistema nervioso central. En este caso, la bebida cambia la manera en la que funcionan los neurotransmisores en el cerebro, los cuales se encargan de regular diversos procesos psíquicos.

Cuando los neurotransmisores no funcionan como deben, pueden producirse cambios en lo que se siente y se piensa. Por ejemplo, el alcohol reduce la producción de glutamato, un neurotransmisor asociado con los estados de alerta. El resultado es que se  puede sentir más ansiedad, estrés o depresión.

Algo similar ocurre con otro neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA) y varios más. El punto es que esas alteraciones llevan a que el sueño no tenga un proceso normal, sino que se presenten una serie de anomalías a lo largo de la noche.

No se consigue un sueño reparador

Beber alcohol antes de dormir lleva a que se alteren los ciclos del sueño y la consecuencia de ello es un descanso a medias.

Lo normal es que durante la noche se tengan entre cinco y seis ciclos de sueño, cada uno compuesto por varias fases. Un ciclo dura entre 90 y 100 minutos y, en términos generales, comprende fases de sueño profundo y otras de sueño leve.

Varios estudios han comprobado que beber alcohol antes de dormir hace que se recorten notablemente las fases de sueño profundo. Esto quiere decir que la persona duerme, pero no alcanza un sueño reparador.

Por lo mismo, lo más habitual es que beber alcohol antes de dormir lleve a que alguien se despierte varias veces en la noche y al día siguiente se sienta cansado al levantarse y con dolores musculares. Además, durante el día puede presentar dificultades para concentrarse y, en general, disminución del rendimiento cognitivo, lo que a largo plazo afecta la memoria.

Algunos efectos físicos de beber alcohol antes de dormir

Otro de los efectos del consumo de alcohol antes de dormir es que con frecuencia afecta también el ritmo respiratorio. Al no conseguir las fases de sueño profundo, que es cuando la respiración se torna más lenta y profunda, es posible que también exista cierta dificultad respiratoria durante la noche.

El resultado de esto es que alguien en estas condiciones puede desarrollar apnea del sueño. La primera manifestación de este problema es el ronquido, algo muy frecuente en quienes bebieron alcohol antes de irse a la cama.

Una persona con apnea obstructiva del sueño tiene una respiración irregular e incluso la detiene por breves momentos. Cuando eso ocurre, disminuye la cantidad de oxígeno que llega al cerebro. A la larga, esto se convierte en un factor de riesgo para desarrollar hipertensión y otros problemas de salud.

¿Qué hacer?

Lo recomendable es no beber alcohol antes de dormir. Si por alguna razón no quieres privarte de esa copa en la noche, lo adecuado es que la bebas dos o tres horas antes de irte a la cama. De este modo, no va a afectar la calidad del sueño.

También podrías beber dos vasos de agua por cada copa de bebida alcohólica que ingieras. Esto ayuda a que elimines la sustancia del cuerpo más rápidamente. Evita las bebidas espumosas, ya que estas suelen ocasionar gases y por eso exigen mayores esfuerzos al organismo.

Si tienes problemas de insomnio, la salida no está en acudir al alcohol. Lo más adecuado es consultar con el médico para que sea él quien indique los pasos a seguir. Así mismo, las técnicas de relajación y la actividad física diurna son una excelente vía para conciliar mejor el sueño en la noche.

FUENTE: lamenteesmaravillosa.com

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