Puedes encontrar tantos motivos para encender un cigarro que terminarás por fumar a cada rato.
Te besen menos, tu ropa apeste.
Te quedes sin aliento cuando “eches un kalikeño”.
Tus dientes estén amarillos, pierdas el apetito.
Te sientas importante.
Te arruines (quien fuma gasta al año unos 900€ en pitillos).
Te genere fuerte dependencia física y psíquica.
PERO SI A PESAR DE TODO HAS DECIDIDO SEGUIR FUMANDO…
Fuma el primer cigarro del día lo más tarde posible, así fumarás menos cantidad. No fumes antes de dormir, así descansarás mejor.
Los cigarros se fuman, no se comen.¡No te fumes hasta la boquilla!.
Fuma si quieres, pero no molestes al de al lado, el vicio es sólo tuyo.
Si decides dejar de fumar, tu bolsillo te lo agradecerá y sobre todo tu cuerpo.
Fumar y beber a la vez muy guay por fuera, pero muy chungo por dentro.
Evita todos los cigarros que puedas.
Si puedes estar temporadas sin fumar nada o menos, mejor.
Evita ofrecer tabaco como gesto de cortesía, puedes estar incitando.
Respeta a quien decida no fumar y pide que se te respete a tí por hacerlo.
Según la Ley está prohibido fumar en: Centros educativos y de salud, transportes públicos (bus, taxis, aviones, trenes,…), centros de trabajo, centros y dependencias de la Administración pública, cines, teatros, instalaciones deportivas, centros comerciales, cajeros automáticos, ascensores, … L@s menores de edad no pueden comprar tabaco ni consumirlo.
Si fumas en estos lugares considerarán que has cometido una infracción, y la multa puede ir desde 30 a 600€.