LA PRIMERA VEZ PARA ÉL

Fuente: www.educasexo.com
¡Ay esa primera vez! Cuántos recuerdos nos trae y cuánta vergüenza nos hace sentir en el yo de ahora a muchos de nosotros. Ciertamente, la historia de las primeras veces es como una de esas película de Hollywood con un guión de pena. Por muchas florituras técnicas que le añadas, empeño que le pongan sus protagonistas o millones que se gasten en decorados, está condenada al fracaso más estrepitoso.
De acuerdo, no siempre hace falta ser tan catastrófico, ya que a veces la imagen de la primera vez como un cúmulo de despropósitos no siempre se acaba cumpliendo. Pero, el primer consejo que se acostumbra a dar a los que se van a iniciar en el sexo es “no te frustres si ha salido mal”. No es cuestión de no tener expectativas altas, de poner ilusión y ganas para que todo salga perfecto. Pero si que hemos de estar precavidos y pensar que todos los números apuntan a que no va a ser perfecto (en términos “objetivos”, aunque finalmente a nosotros sí nos lo parece).
Entonces, la cuestión está en seguir una serie de consejos para intentar minimizar al máximo los riesgos de que salga mal y así poder disfrutar al máximo de un gran acontecimiento como es la primera vez. En el caso de los chicos, las cosas acostumbran a decirse que funcionan distinto que las chicas: que ellos no se lo plantean desde un punto de vista tan romántico y que su fijación está más en el tema sexual y en no sentir que su virilidad está cuestionada si tardan demasiado. Así pues, aunque no siempre ocurre de esta manera, es más típico que el chico presente prisas por perder la virginidad, ya que necesita sentirse mayor antes y poder alardear ante si y ante sus amigos. Esto se traduce en poca preparación para el momento, y en que la primera vez puede darse de forma espontánea y sin premeditación. Total, que si se siguen estas pautas clásicas, los chicos tienen más números de estropear el momento mágico de la primera vez y acabar protagonizando una noche horrenda de la que se arrepentirán durante mucho tiempo.
Lo mejor, sin duda, es estar tranquilos y relajados cuando sea el momento de hacerlo, confiando en las posibilidades de uno mismo y no asustándose ante los imprevistos que puedan surgir. La motivación y las ganas para hacerlo también han de ser condiciones sine qua non en toda primera vez. No nos tenemos que dejar guiar por las presiones de nuestro entorno ni por la otra persona con la que vayamos a tener sexo, ya que eso sólo hará que empeorar las cosas.
Hay que pensar que no hay una edad adecuada para perder la virginidad, y que es cuestión de cada uno encontrar su momento y persona ideal. Lo importante es no tener pensativos negativos del tipo “haré el ridículo”, y siempre y ante todo, tomar las precauciones que son de rigor, como el uso del preservativo.

 

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