Tanto hombres como mujeres pueden disfrutar de este beneficio de acuerdo a varios estudios, que revelan que un orgasmo en solitario genera mayores cantidades de glóbulos blancos.

Durante muchos años la masturbación era un tema tabú en diversas sociedades. Un buen número de generaciones crecieron con los reproches de sus padres que señalaban al orgasmo solitario, como una acción que atentaba contra la moral e incluso, contra los designios religiosos.

Sin embargo todo esto ha ido quedando en el pasado, gracias a la evolución del conocimiento científico basado en un buen número de estudios, que han certificado los beneficios que ofrece esta acción, entre ellos uno que podría llamar poderosamente la atención en estos momentos de crisis sanitaria.

Hace casi dieciséis años, una investigación desarrollada por cinco científicos del Departamento de Psicología Médica de la Unidad Clínica de Essen en Alemania confirmó, que los individuos que gozaban de un orgasmo a través de la masturbación experimentaban aumentos transitorios de adrenalina y del número absoluto de leucocitos, en particular de las células asesinas naturales (CD3-CD16 + CD56 +).

La opinión profesional de la especialista en terapia hormonal, Jennifer Landa también coincide con el resultado de esa investigación, y señala que «la eyaculación aumenta los niveles de la hormona cortisol», que como explica Clarín ayuda a regular y mantener al sistema inmunológico en pequeñas dosis.

Estas informaciones previas se complementan con un artículo de Sexual and Relationship Therapy, el cual señala, que en los hombres, el hecho de que la vía seminal los conductores eyaculadores circulen el semen hacia afuera, evita que se puedan producir infecciones de bacterias oportunistas exteriores».

Clarín citando un trabajo de BBC se hace eco de la opinión experta en medicina sexual de Mariano Rosselló Gaya (Instituto Médico Rosselló), que indicó que «los hombres entre los 20 y 50 años que se masturban más de cinco veces a la semana tienen menos posibilidades de desarrollar un cáncer».

Un estudio de la Universidad de Sidney concluyó que las mujeres también pueden gozar de estas bondades descritas con anterioridad, y además pueden ofrecer una reducción considerable de enfermedades del tracto urinario como la cistitis, «gracias a que durante la misma se abre el cuello uterino y se libera la mucosidad y fluidos cervicales que suelen albergar bacterias».

FUENTE: www.mundodiario.com