Mi pareja me ha dejado y estudiamos juntos: ¿Qué puedo hacer?
Una ruptura nunca es plato de buen gusto para nadie, pero lo cierto es que hay veces en las que las rupturas afectan de una forma u otra en función de distintos factores. Uno de los factores que influye mucho en la superación de una ruptura con tu pareja es el dejar de verse de manera radical. Cuando eres la persona dejada y no el que deja, querrás de todas las maneras posibles poder ver a la que hasta entonces era tu pareja para poder estar cerca de él o de ella y sentir que todavía os une algo, algo que no es nada conveniente.
Esto suele ser un verdadero error porque nunca terminas de cortar por completo con lo que te unía a esa persona. Por eso, tras una ruptura, los factores que la rodean son imprescindibles para poder superarla con éxito y seguir con tu vida sin que te influya lo que haga esa persona que ya no está saliendo contigo. Una de las situaciones más complicadas es el momento en el que tienes que compartir espacio con esa persona sin opción a que esto no sea así.
Por compartir espacio, en este caso, nos referimos a las parejas que se han conocido en un ámbito estudiantil, bien sea en el colegio o en la universidad, y se ven obligadas a estar juntos el número de años que duren sus estudios. Las historias de amor que surgen en ámbitos de estudios suelen ser de las más bonitas porque terminas compartiéndolo todo, incluso los amigos; pero esto es un arma de doble filo porque en el momento en el que se rompe la relación todo cambia de manera radical.
En este artículo vamos a hablar de las soluciones o las actitudes que es conveniente que tomes si eres la persona que ha sido dejada y que se tiene que enfrentar, no solo al dolor que produce una ruptura, sino el hecho de ver todos los días a la persona que hasta ahora era tu pareja. Hay diferentes aspectos que hay que tener muy en cuenta para tratar de ser feliz cuanto antes y recuperarse de la mejor manera posible.
EL PRIMER DÍA QUE OS VEIS
Uno de los momentos que más nervioso pone a la persona dejada es la primera vez que verás a tu expareja después de que se haya producido la ruptura. Casi con toda probabilidad ese encuentro se producirá en un lugar público, como las clases de la universidad o del colegio, por lo que conviene que no ‘montes’ ningún espectáculo. Lo que tengáis que hablar lo debéis hablar en privado lejos de cualquier oyente que le interese escuchar el ‘espectáculo’. Si además ibais a la misma clase, trata de aparentar normalidad cuando te incorpores con esta nueva situación sentimental.
Trata de no pensar en lo sucedido, en centrarte únicamente en lo que se está diciendo en la clase. Siéntate donde lo solieras hacer y con las personas que solieras hacerlo, porque probablemente sea tu ya expareja la que tome la decisión de cambiar su sitio para tratar de no incomodarte quedándose cerca de ti, tanto si habéis terminado mal como si lo habéis hecho de una forma correcta.
LOS AMIGOS EN COMÚN
Otro de los grandes problemas tras una ruptura son los amigos en común. Este problema afecta en todas las rupturas independientemente de si se producen en un ámbito de estudio, profesional o en cualquier otra situación. Sin embargo, en el caso de tener amigos en común en la propia clase complica un poco la situación. Ante todo, no te agobies y trata de ser lo más imparcial posible con ellos. Si son amigos de verdad de ambos tratarán de apoyaros a los dos de manera completamente imparcial y tratando de no posicionarse en esta ruptura.
También debes enfrentarte a las decisiones de algunos de esos amigos, puesto que habrá algunos en los que su balanza se incline algo más por uno que por otro. Esto es algo que, en el momento, te dolerá mucho e, incluso, puedas sentir que te sientes algo sola o solo. No te preocupes, son etapas que se van superando a medida que tu dolor por la ruptura se va evaporando con los días o con el tiempo que sea necesario. Si hay momentos en los que no tengas más remedio que estar hablando con gente mientras él o ella está presente, no sufras, trata de no dirigirte a esa persona si te produce dolor.
LOS GRUPOS DE TRABAJO
Tampoco nos podemos olvidar de los grupos de trabajo, puesto que, quizás, los hayáis formado antes de la ruptura y, con toda probabilidad, estaréis en el mismo. Esto ya es una decisión más personal, pero que tan solo cuenta con dos opciones. Por un lado, tienes la opción de cambiar de grupo, pedirle al profesor que lo haga por ti o hablar con alguno de tus amigos de colegio o carrera para que te acepten en el suyo.
Si todo esto lo ves muy jaleoso y más estando en el estado sentimental y emocional en el que te encuentras tras la ruptura, no queda más remedio que compartir grupo. La forma más sencilla es que, si hay más personas en el mismo no las hagáis sentir que se tienen que posicionar ni nada por el estilo. Tampoco caigas en el error de tratar de llamar su atención a toda costa, porque esto te generará esperanza en torno a una posible reconciliación. Céntrate en el trabajo y trata de pasar el menor tiempo posible con tu expareja, tan solo en los momentos más necesarios para que el trabajo salga hacia delante.
COMPARTIR ESPACIOS
Habrá veces que tendrás que compartir momentos con esa persona que ha roto un poquito tu corazón, pero no tendrás más remedio que hacerte la o el fuerte y salir hacia delante. Si ves que te cuesta mucho mantener la compostura delante de tu expareja no contengas las lágrimas, pero trata de no ser el centro de atención en todo momento porque seguro que lo último que quieres hacer es dar pena a todo el mundo.
Conviene guardar la compostura ante la persona que te ha dejado y relegar los momentos de bajón para uno mismo o para compartir con amigos verdaderos que te apoyen y te comprendan. Tampoco peques de exceso intentando llamar la atención pero por lo contento o contenta que estás, aparentando que no te ha afectado nada la ruptura cuando, en realidad, estás emocionalmente tocado/a. Simplemente, trata de comportarte de la forma más normal posible, que incluso esa persona intente averiguar cuál es tu verdadero estado de ánimo. No des síntomas de flaqueza pero tampoco hagas como si no te hubiera importado nada. ¡No te desanimes!