Qué es el porno ético y por qué es tan importante

Lejos de las cintas de porno comerciales en las que solo se cumple con los deseos y fantasías sexuales de los hombres, hoy en día son muchas las mujeres cineastas que apuestan claramente por crear un tipo de porno ético, feminista, inclusivo y en el que todas las personas disfruten de la misma manera, con independencia del género.

Hasta hace muy poco tiempo, la industria del porno estaba liderada mayoritariamente por hombres cisgénero blancos. ¿Qué quiere decir esto? Que las películas de corte erótico se hacían, básicamente, según el gusto y los intereses de los hombres. El resultado era siempre el mismo: el cuerpo de la mujer sometido a una mirada masculina. Con el tiempo, hemos podido colocarnos las gafas violetas —aquellas que nos permiten ser críticas desde el feminismo— para observar con mayor amplitud la cantidad de machismos y micromachismos que circulan en numerosos sectores. Es el caso del porno, donde no solo se objetiviza el cuerpo femenino, sino que además se perpetúan la mayoría de los roles de género. Ellas adoptan un rol pasivo, mientras que ellos salen victoriosos de una escena que luego verán miles de espectadores, cayendo en la falsa idea de que solo existen mujeres perfectas, altas, delgadas…, esas que solo una industria tan potente como la del porno es capaz de recrear.

Pero, ¿acaso está todo perdido? ¿Cómo profundizar en un porno mucho más seguro e inclusivo? Por suerte, como decimos, la historia ha cambiado en numerosas cuestiones relacionadas con la igualdad de género. Y, aunque sigue habiendo producciones comerciales que socavan la libertad sexual de la mujer, a día de hoy podemos decir que ya existen grandes cineastas cuya labor ha sido la de sacar adelante un porno ético, consciente, seguro, diverso y feminista.

Es el caso de cineastas como Erika Lust, Irina Vega, Anneke Necro, Paulita Pappel o Petra Joy. Todas ellas han asentado las bases de un género que también requiere de una perspectiva feminista, lejos de los estereotipos y los binarismos.

Porno ético y feminista: qué es y dónde verlo

Pero, ¿qué quiere decir realmente el porno ético? Primero de todo, es ese que escapa de las lógicas sexistas del mercado. Se filma bien, con consentimiento, los actores y actrices cobran salarios dignos y nadie trabaja gratis; así que para verlo hay que pagar en plataformas de porno feminista como Lust Films, AltPorn4You, Ersties o Four Chambers.

Lo importante: en este tipo de películas se muestra sexo explícito, pero con cuerpos y prácticas diversas. ¿Acaso no somos ya más que conscientes de que la penetración no es el único aliado para alcanzar el orgasmo? La revolución de los vibradores y succionadores de clítoris es un gran ejemplo. El “mete-saca”, que popularmente reinaba en la industria del porno comercial, ya no es el protagonista del porno ético. Este va un paso más allá, huyendo de las temáticas, imágenes y estereotipos habituales.

De hecho, mientras que la mayoría de cintas mainstream cumplen con los deseos y fantasías sexuales de los hombres, ¿cuántas están hechas bajo el prisma y los gustos de la mujer? El porno ético defiende todo lo contario: las mujeres no son objetos pasivos centrados principalmente en agradar a los hombres.

Además, para el porno feminista, es muy importante la representación de todos los cuerpos, razas e identidades de género. Nada es excluyente. Cualquier cuerpo, lejos de lo normativo y los cánones de belleza, tiene cabida. Lo que busca este género es crear un espacio seguro y positivo, en el que las mujeres puedan reivindicar su sexualidad, mostrarse libres y disfrutar plenamente de su placer y sus deseos.

A continuación, os dejamos con algunas claves que os ayudarán a distinguir si una película es ética o no. Recuerda que cuanta más variedad de cuerpos y personas distintas haya, más inclusiva será. Apunta bien, porque este porno democrático y feminista ha llegado para quedarse.

Todas las personas experimentan el mismo placer

A diferencia del porno más tradicional y mainstream, es decir, aquel que se hace desde la mirada heterosexual de hombre privilegiado y blanco, el porno ético y feminista valora a las mujeres desde todas sus perspectivas, empoderándolas y mostrando que el placer femenino importa y mucho. En estas películas independientes, los personajes que se identifican como mujeres tienen su propio impulso sexual y deseo. “No son objetos pasivos centrados principalmente en agradar a los hombres”, tal y como explica en su página web Erika Lust, directora de películas y series para adultos.

Pago justo

En el cine ético cada persona involucrada en la realización de la película, tanto artistas como cineastas, cobran de forma justa. Nunca se trabaja de forma gratis. Las películas para adultos producidas éticamente reconocen a los artistas como trabajadores que deben recibir una compensación justa, al igual que cualquier otro actor o cualquier otro tipo de empleado en el mundo.

Por eso, generalmente, se tiene que pagar para acceder a estas plataformas, ya que a diferencia de otras en las que contenidos son gratuitos, aquí no se vulnera ningún derecho laboral. El dinero se usa para pagar a todos los que participan en el proceso y para garantizar que se cree una película en un espacio seguro.

Diversidad

Una de las bases del porno ético y feminista es la aceptación por igual de todos los cuerpos, razas, edades, capacidades u orientaciones e identidades sexuales. Las filmaciones de este tipo de escenas representan de forma equitativa y respetuosa a todas las personas. No existe un solo prototipo de belleza o un solo canon, pues el mundo está repleto de personas que, lejos de la perfección, también disfrutan del sexo de maneras muy distintas. La regla es que, cuanto más inclusivo, mejor. Al fin y al cabo, siempre es importante encontrar en las películas eróticas a personas que se parezcan a nosotras.

Todo se crea y se comparte de forma consensuada

En el porno ético no hay sorpresas para los actores. Cada escena del rodaje es discutida y acordada de antemano con todos los intérpretes. No hay nada que se cree sin el consentimiento de los involucrados y se comparte con el consentimiento de todos. Además, en la mayoría de las productoras feministas y éticas, se les da la oportunidad a los actores y actrices de indicar qué actividades sexuales desean hacer, así como aquellas que no se sienten cómodos haciendo.

Entorno sexual seguro

Una de las cosas más importantes, y que más tranquiliza a los actores y actrices porno es sentirse en un entorno sexual seguro. Para los espectadores, saber que una productora tiene en cuenta la vida privada y emocional de sus involucrados es también muy importante. De hecho, la mayoría de películas de porno ético dejan bien claro que, en ellas, cada intérprete debe proporcionar una prueba ETS actualizada y elige su forma de protección antes de cada filmación.

FUENTE: Sara Roqueta en objetivobienestar.com