SUEÑOS DE AÑO NUEVO
Pasada la Navidad serían un buen tema de estudio los deseos para 2013 que todos nos hemos hecho. Frases eternas o innovadoras, repetición o creatividad para conjurar la posibilidad de vivir peor. Hablaré, sin embargo, de otros deseos, los que un grupo de chicos y chicas adolescentes con vidas no muy fáciles escribían para soñar una realidad distinta. Las ilusiones que un grupo de adolescentes fuera del sistema escolar expresaban al finalizar el trimestre y colgaban de un árbol de deseos que preside la entrada de su escuela actual. Son pequeñas cartulinas que los educadores debemos tener en cuenta para definir motivaciones, para hacer proyectos con ellos. Como era de esperar, bastantes desean lo mismo que todos: salud, dinero, amor y un buen trabajo. Son adolescentes, pero son nuestros adolescentes. Tan iguales que desean "que se acabe la crisis". Sin embargo, pronto encontramos diferencias. Alguien que bordea la marginalidad activa piensa en "encontrarse" algunos miles de euros en la puerta del banco. Son bastantes los que desean "que no haya pobres" (quizá a lo que hay que añadir "como yo"). Pensando en la pobreza, aunque recuerdo que uno de ellos, singularmente desnutrido, me hacía leer su deseo antes de colgarlo: "Que haya comida para todos". No falta la chica enamorada que define su príncipe azul como un hombre rico.
Deseos justos
Adolescentes solos, que han vivido historias de migración, sueñan por un momento que su familia está aquí, o que han vuelto a sus orígenes pero de otra manera. Incluso sueñan cosas tan concretas como poder hablar catalán o castellano para poder existir socialmente. Buscan alguna salida a su soledad. En muchos otros casos aparecen los sufrimientos significativos que pesan sobre sus vidas y que forman parte de lo que querrían ver cambiar. Conseguir que desaparezca la depresión de la madre o que el padre deje el alcohol. La escuela todavía es su cruz, simboliza la síntesis de sus malestares. Algunos la querrían ver en llamas. Otros expresan la dicotomía que significa el espacio educativo nuevo: "No venir a la escuela o, si vengo, estar más centrado". No falta el hombre de negocios en una sociedad de negocios. Un chico recuerda a los Reyes que se porten bien, así que el regalo es que su plantación de maría tenga una buena cosecha. Tenemos dos trimestres para ayudarles a descubrir que las sociedades injustas difícilmente atenderán sus deseos justos.