Investigadores catalanes han identificado un mecanismo por el que el cannabis afecta a la capacidad que tienen las neuronas de responder frente a estímulos, modificando sus conexiones, y que es necesaria para procesos como el aprendizaje y la memoria, tras analizar sus efectos en ratones.

El estudio, publicado en la revista Biochemical Pharmacology y liderado por el investigador de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona Andrés Ozaita, ha mostrado cómo el principal componente psicoactivo del cannabis afecta a la maquinaria necesaria para mantener el balance de proteínas en el hipocampo, han explicado los investigadores en un comunicado.

Se analizaron las proteínas del hipocampo que presentaban alteraciones tres horas después de administrarse a los roedores una dosis amnésica del principal componente psicoactivo del cannabis, el tetrahidrocannabinol (THC).

Posteriormente vieron que estas proteínas estaban relacionadas con el proteasoma, que es un complejo proteico que se encarga de la degradación de las proteínas que no son necesarias, o están dañadas, facilitando su continuo recambio.

FUENTE: www.20minutos.es

 

Aunque sus efectos negativos sobre nuestra salud son numerosísimos y están constatados, un estudio sugiere que el alcohol podría tener un limitado efecto positivo en nuestra memoria.

Muchos dicen que beben alcohol para olvidar las penas, pero si solo lo hacen por esa razón, tal vez deberían pensárselo dos veces, ya que un reciente estudio sugiere que el consumo de este tipo de bebidas podría tener en las personas justo el efecto contrario: es decir, que mejoraría nuestra memoria. En concreto, la información aprendida antes de que empezáramos a beber.

Tras esta investigación, publicada en la revista Nature Journal Reports, se encuentra la Universidad de Exeter (Inglaterra). Por supuesto, los científicos que la han llevado a cabo destacan que este pretendido y limitado efecto positivo hay que tomarlo en consideración junto a los numerosos efectos negativos que la ingesta de alcohol tiene en nuestra memoria y también en nuestra salud mental y física.

Para llegar a sus conclusiones, el grupo de investigadores llevaron a cabo un experimento en el que participaron 88 personas –31 hombres y 57 mujeres, de entre 18 y 53 años de edad–. Se les sometió a una tarea de aprendizaje de palabras en sus respectivos hogares y después, al azar, se los dividió en dos grupos diferentes: a los del primero se les dijo que bebieran todo lo que quisieran (la media fue de 82,59 gramos durante toda la noche, es decir, unas cuatro consumiciones); a los del segundo, que no ingirieran nada.

Llegado el día siguiente, se les pidió que de nuevo llevaran a cabo la misma tarea de aprendizaje, y detectaron que aquellos que en la jornada anterior habían bebido alcohol tras el ejercicio, recordaban mejor lo que habían aprendido durante la realización del mismo.

“Nuestra investigación no solo mostró que aquellos que habían bebido alcohol mejoraron al repetir la tarea de aprendizaje de palabras, sino que este efecto fue más fuerte entre aquellos que bebieron más», explicó la profesora Celia Morgan, de la Universidad de Exeter, en una nota de prensa. Los investigadores reconocen no entender del todo las causas de este efecto, pero creen que la principal explicación estaría en que “el alcohol bloquea el aprendizaje de la nueva información y, por lo tanto, el cerebro cuenta con más recursos disponibles para establecer otra información recientemente aprendida en la memoria a largo plazo”. La teoría es que el hipocampo, el área del cerebro realmente importante en la memoria, consolidaría los recuerdos, de manera que estos se transferirían desde la memoria a corto plazo hasta la de largo plazo.

Anteriormente, se había llegado a esta conclusión en condiciones de laboratorio, pero este es el primer estudio que pretende probarlo en un entorno natural, con las personas bebiendo en sus propios hogares.

No es el primer estudio que sugiere que el alcohol mejora la memoria. Otro, llevado a cabo por investigadores de la Universidad John Hopkins de Baltimore (EE. UU.) y publicado en la revista Translational Psychiatry, explicaba que, si bien al día siguiente de emborracharnos puede que no recordemos todo lo que sucedió, las experiencias negativas, sin embargo, podrían afianzarse aún más en nuestra materia gris que si no hubiéramos bebido.

Opciones mucho más saludables

Dados los numerosos efectos nocivos que el alcohol tiene en nuestro cuerpo y en nuestra mente (daña de manera irreversible nuestras neuronas, afecta a la fertilidad y al sistema inmunológico, deteriora órganos tan importantes como el hígado, el estómago, el páncreas…), si necesitas mejorar tu memoria, te proponemos que pienses en alternativas mucho más seguras y beneficiosas para tu salud.

Por ejemplo, hacer ejercicio físico, dormir bien, utilizar reglas mnemotécnicas, llevar una alimentación saludable (el chocolate, por ejemplo, ayuda), abrir y cerrar las manos –sí, suena raro, pero apretar el puño derecho durante un minuto y medio ayudaría en el proceso de formación de la memoria– o practicar juegos de entrenamiento cerebral.

FUENTE: www.muyinteresante.es

La memoria se divide en dos: corto y largo plazo. Los recuerdos inmediatos son de corto plazo, pero nuestro cerebro elige cuáles guardar en la memoria a largo plazo. Cuando consumimos grandes cantidades de bebidas alcohólicas, la memoria a corto plazo no funciona de la misma manera que estando sobrio. Por tanto, el cerebro no procesa la información correctamente para llevarla a los recuerdos de largo plazo.

Las lagunas de memoria después de beber alcohol pueden ser en bloque o fragmentario. El primero, significa perder la memoria de esa noche por largo tiempo; mientras que en el segundo, es de forma intermitente. La diferencia entre ambas, es que en bloque no recuerdas nada, pero en la otra puedes recordar si te cuentan lo ocurrido. Sin importar el tipo, la ciencia dice que son provocadas por la misma razón.

¿Cómo ocurren?

Según estudios, esto ocurre porque el alcohol interfiere en los receptores del hipocampo, se bloquean las vías neuronales en el cerebro y no se comunican entre sí con normalidad. En pocas palabras, no somos capaces de crear nuevos recuerdos. No obstante, la memoria podría estar escondida en alguna parte del cerebro, y quizá vengan a la luz de repente.

El efecto del alcohol en nuestra memoria es igual que la amnesia anterógrada. Es decir, que podemos perfectamente recordar lo sucedido antes de comenzar a consumir y luego de ahí, hasta cierto punto. Comer antes ayuda a prevenir, o retardar la embriaguez. Pero si no comes, la sangre se intoxicará mucho más rápido. La razón de las lagunas mentales es porque el nivel de alcohol en la sangre llega a 0.15 % velozmente. Beber lento pudiese evitar que al día siguiente tu mente esté en blanco.

Por lo tanto, una laguna de memoria te puede pasar si la sangre se intoxica rápido. Cada vez que se interfiere en las funciones del cerebro, se está más propenso a tener un daño considerable en este órgano tan importante del cuerpo.

FUENTE: WWW.SUPERCURIOSO.COM