La falta de educación permite que persistan falsas creencias alrededor de las relaciones íntimas que pueden perjudicar la salud sexual.

Cuando se piensa en el bienestar de las personas, la salud sexual no es exactamente el primer factor que viene a la cabeza. Se debe, en parte, a la falta de educación específica: cuando se habla de relaciones íntimas, son muchos los tabús que aún sobreviven, incluso en las sociedades y entornos más abiertos y sexualmente positivos. “La sexualidad es una parte importantísima de la salud, pero está rodeada totalmente de falsas creencias que hacen que sea complicado tener una vida sexual sana”, reconoce la psicóloga clínica y sexóloga Miren Larrazábal. El problema, explica, es que mucha de la información que se da por sentada no tiene bases científicas, y se traspasa de generación en generación en forma de “mitos” que acaban perjudicado las relaciones íntimas.

La sensación de no llevar el mismo ritmo que los demás. Pensar que el placer y el deseo tienen que llegar al mismo tiempo —o que el sexo tiene que ser espontáneo y que no se puede programar— son algunas de las creencias que los expertos consultados por este periódico estiman fundamental derrumbar para mejorar la salud sexual de sus pacientes.

El resto no tiene más relaciones

Uno de los mitos más comunes es pensar que todos los demás, sobre todo cuando se tiene una relación que perdura en el tiempo, tienen más sexo que nosotros. Larrazábal indica que es un asunto que trata mucho en sus consultas, a pesar de que no exista una “frecuencia sexual normativa” con la cual compararse. “Es un gran error mirar a los demás. Primero, porque lo más importante es encontrar el ritmo que es correcto para nosotros, que puede variar según muchos factores. Y segundo, porque es imposible saber con certeza cuál es la intimidad de los demás, ni debería importarnos”, explica la sexóloga.

Varios estudios apuntan a que el número de relaciones sexuales promedio ha disminuido en los últimos años, sobre todo entre los jóvenes con una edad comprendida entre los 18 y los 24 años. En España, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) más reciente indica que un 17% no mantiene ningún tipo de relación ni sentimental ni sexual con nadie. Además, para el 16% de los encuestados, la frecuencia de los encuentros ha empeorado después de la pandemia.

Estela Buendía, fundadora del Centro Sexológico Borobil de Bilbao, reconoce: “Desafortunadamente, vivimos en un contexto que prima la cantidad sobre la calidad. Sentimos la exigencia de tener que disfrutar al máximo de nuestras posibilidades, y si esto no pasa nos frustramos”. La sexóloga pone el ejemplo de las parejas más jóvenes, que frecuentemente tienen la sensación de no tener suficientes relaciones sexuales para la edad que tienen. “No es algo que se puede o que se tenga que cuantificar. Lo adecuado es lo que a cada individuo le hace sentir bien”, remata.

“El sexo tiene que ser espontáneo”

Aunque se desconocen exactamente las razones que han llevado a una bajada de la frecuencia de las relaciones, los terapeutas sexuales están de acuerdo en que los ritmos de vida frenéticos pueden ser una de las causas. Por esto, rechazan el mito según el cual el sexo tiene que surgir de forma espontánea y no se puede programar. “El sexo nunca es espontáneo. Ni cuando pensamos que lo es”, señala Buendía. “No surge si no hay al menos una persona que motiva a la otra y que promueve la relación”.

Una vez que se ha tumbado el mito de la espontaneidad, los terapeutas animan a las personas que experimentan dificultades a la hora de encontrar el tiempo a programar los encuentros sexuales. Silberio Sáez, profesor del máster en sexología de la Universidad Camilo José Cela, reflexiona: “Planificamos todas las cosas importantes de nuestras vidas. Nos ponemos horarios para ir al gimnasio; planificamos un viaje o las salidas con nuestros amigos, y acabamos disfrutándolo. Entonces, ¿por qué debería ser diferentes con las relaciones sexuales?”.

Crear un espacio en las propias agendas resulta útil también para mejorar la calidad de las relaciones, ya que en lugar de tener sexo cuando se está muy cansado o deprisa, el hecho de haber reservado un momento de la jornada permite que el encuentro se viva al máximo de sus posibilidades. “Lo que es antierótico es tener una actitud negativa hacia programar o abrir espacio a nuestro erotismo”, insiste Larrazábal. Aun así, la programación no se tiene que confundir con obligatoriedad. “Llegado el momento, tenemos que sentirnos libres de decir que ya no nos apetece”, añade.

“El sexo es penetración”

Los terapeutas sexuales a menudo se encuentran con que sus pacientes, que lamentan la falta o la poca frecuencia de relaciones sexuales, tienen una idea equivocada de lo que es el sexo. “Los encuentros sexuales van mucho más allá de lo que es el coito como tal”, insiste García. “Sería mucho más sano pensar en la actividad sexual como en un menú donde hay muchos platos, y la penetración es uno más”.

El coitocentrismo, explica la experta, es la razón por la cual existe una brecha entre hombres y mujeres a la hora de hablar de orgasmos en encuentros heterosexuales. De ahí que los expertos rechazan la definición de “preliminares” para hablar de todas las prácticas —que involucran en mayor o menor medida a los genitales— que históricamente se relacionan a la que es la fase previa al coito. Larrazábal destaca: “Cuando llamamos preámbulo al juego erótico que es la suma de las caricias, los tocamientos y la estimulación de los genitales, le estamos quitando importancia. Es como si todos estos contactos fueran la antesala de algo, cuando en realidad el juego erótico es sexualidad pura y dura, igual que la penetración”.

“Los hombres tienen más ganas”

“Probablemente, es el mito más antiguo y difícil de erradicar de todos. Pero no, los hombres no tienen más deseo que las mujeres. Lo que han tenido es más permiso para expresar su sexualidad, mientras las mujeres normalmente han tenido una sexualidad más reprimida”, contesta la sexóloga Sonia García. De hecho, aunque existen datos que demuestran que los hombres se masturban más que las mujeres —una encuesta con 2.000 participantes en España indica que el 50% de los hombres se masturba semanalmente, frente al 20% de las mujeres—, la variación del deseo es muy similar entre los dos grupos.

“Es curioso ver cómo hay mujeres que han comprado este relato, que claramente se arrastra del machismo histórico que permitía al hombre expresar su sexualidad, mientras las mujeres tenían que parecer sumisas”, explica Sáez, que todavía reconoce que este tipo de dinámica también afecta negativamente a los hombres: “Sienten la presión de tener que iniciar los encuentros sexuales, y vergüenza cuando experimentan falta de deseo”.

“La lubricación es sinónimo de excitación”

Un error común durante los encuentros sexuales, y que hace sentir incómodas a las mujeres, es pensar que si no están suficientemente lubricadas significa que no están disfrutando. “La excitación es solo uno de los muchos factores que influyen. Que la vagina no esté lubricada depende también de la fase del ciclo menstrual, o de la edad. Es normal, por ejemplo, que las mujeres posmenopáusicas experimentan mayor sequedad vaginal”, explica Larrazábal.

Como explica la doctora Emily Nagoski en el libro Tal como eres. La sorprendente nueva ciencia que cambiará tu vida sexual, la “idea de que la fisiología puede demostrar si a una persona le gusta algo sexual es una falacia antigua”, que tiene sus raíces en el mito de que la concepción era la parte placentera del sexo para las mujeres. Sin embargo, la explicación más probable a la incoherencia entre lubricación y excitación es la llamada “hipótesis de la reparación”, teorizada hace más de una década por la Universidad de Lethbridge, en Canadá, que ha sido confirmada con un estudio publicado en 2020 por los mismos investigadores.

Dicha hipótesis sugiere que los genitales femeninos responden más o menos a cualquier estímulo relacionado con el sexo para prepararse para la actividad sexual; y que la lubricación sirve para evitar lesiones, y no indica ni promueve necesariamente el interés y la motivación sexual. “Una mujer en un momento determinado puede tener mucha lubricación y, sin embargo, no tener ninguna excitación sexual. Y al contrario, estar muy excitada y no tener lubricación”, remata Larrazábal.

FUENTE: elpais.com

El primer beso parece importante porque es el primero que se da pero no hay que pensar que será un recuerdo único para toda la vida porque después de uno vendrán otros muchos más especiales.

La primera vez que se tiene que hacer algo siempre resulta complicado, pero cuando se trata del amor la cosa se pone más difícil de lo que nos gustaría. Siempre se dice que el primer beso es algo que recordaremos toda la vida, es algo muy importante que debes cuidar como si fuese una rosa dentro de una vitrina de cristal. Llega a ser incluso una misión que se debe conseguir, dar un primer beso y hacerlo bien para poder recordarlo siempre. Lo cierto es que no se debe tener tanta presión, el primer beso es algo que se recuerda, lógicamente, pero no tiene por qué ser el momento más importante de tu vida, ni es algo a lo que se deba tener tanto respeto, pues si resulta que el primero es decepcionante, siempre recordarás aquel segundo beso maravilloso.

NO HAY QUE PREOCUPARSE

Es fundamental que surja de un modo natural. Habitualmente será durante una cita, en un momento a solas y cuando tanto tú como la otra persona estéis seguros y queráis hacerlo. Por tanto, este es el primer paso a seguir la primera vez que queremos dar un beso a alguien, hay que crear una situación cómoda y agradable para ambos. Es posible que la otra persona sea tu futura pareja, o puede que no, eso no importa y no es algo que debas pensar en ese momento, simplemente disfruta de la situación, hablad y gastad bromas, cread un ambiente divertido para que el beso surja de una forma fluida y no sea un momento tan tenso, aunque esto es algo complicado en una primera cita.

NO TE SIENTAS OBLIGADO/A

Es habitual pensar en las películas a la hora de imaginar cómo será nuestro primer beso, la típica pareja en un coche descapotable, en lo alto de una colina, vestidos de universitarios y bajo una noche estrellada. Bien, pues ha llegado la hora de saber la verdad, hay besos que sí son así de bonitos estéticamente hablando, pero la gran mayoría surgirán en lugares y situaciones mucho menos cinematográficas. Es posible que te apetezca besar por primera vez a la otra persona y resulte que estáis en casa, en un bar o en un banco, no importa si no es el lugar que siempre has soñado, lo importante es que lo hagas justo en el momento en que a los dos os apetezca. Además, si las dos personas lo hacéis por primera vez, será más cómodo, pero no pasa nada si no es así.

Cuando termine ese beso, habrás pensado tantas veces en cómo sería que seguramente sentirás una pequeña decepción, pensarás que debió haber sido más largo o que debiste haber dicho algo al terminar. No te preocupes, hagas lo que hagas sentirás que no fue como lo imaginaste, porque es real. Simplemente disfrútalo tal y como sea, no te esfuerces en hacerlo demasiado largo, ni en decir nada demasiado interesante o en sacar la lengua, no intentes rodar la escena de una película, simplemente da ese primer beso como te apetezca hacerlo, y si dura un segundo, el segundo durará más, y llegará un momento en que besar saldrá de una forma tan natural que no tendrás ni que pensar en ello.

TODOS LOS BESOS SON IMPORTANTES

El primer beso no es más importante que los demás, ha llegado la hora de que rompas ese mito. ¿Sabes cuál es realmente importante? El primer beso que le des al amor de tu vida, el primer beso que le diste a la persona que fue tu pareja y con la que más tarde te casaste… esos besos son los más importantes, los que podrías recordar si quisieras a los 60 años y sería perfecto, pero el primer beso es algo que se hace siendo muy joven, cuando todavía quedan tantas cosas por delante y tanto por vivir, que simplemente es un paso más en la vida, un aprendizaje.

Es completamente normal sentir nervios, y esos nervios los sentirás siempre que tengas que hacer cualquier cosa por primera vez, pero es fundamental que sientas algo por la otra persona para que el beso sea sincero, tenga sentimiento. Aunque no lo creas, mucho más importante que humedecerte los labios o saber qué movimientos debes hacer, es el sentimiento que pongas a la hora de besar a tu pareja. Si sientes verdadera atracción, si estabas deseando dar ese primer beso, seguro que se notará y será algo memorable.

NO HACE FALTA PRACTICAR CON LA MANO

No practiques con la mano, porque no se parece en nada a la boca de la otra persona. No es necesario que hagas un estudio exhaustivo antes de dar el primer beso, lo importante es que no tengas prisa, que lo hagas con la persona que deseas hacerlo, que esa persona también quiera hacerlo, y una vez todo esto se cumpla, ese primer beso surgirá de un modo tan natural que ya no recordarás ni los nervios que sentías al principio.

FUENTE: www.bekiapareja.com

Los besos no son solo besos. Los besos nos ayudan a conectar emocionalmente con otras personas. Cuando se tratan de besos románticos, son mucho más importantes de lo que te piensas ya que los primeros besos pueden indicarte si una persona puede ser tu pareja perfecta… o si mejor que la dejes pasar como pareja.

Un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Oxford, sugiere que los besos te ayudarán a saber si realmente esa persona puede ser una buena pareja para ti una vez que iniciéis una relación… Y que además, sea una pareja duradera.

LOS BESOS NO SON SOLO BESOS

Los besos en las relaciones sexuales humanas son frecuentes. Además, también se utilizan los besos para conectar emocionalmente con los seres queridos, como familiares o amigos cercanos. En el cortejo humano, el beso es único, es algo generalizado y en realidad, nos encanta a todos.

Rafael Wlodarski y el profesor Robin Dunbar establecieron para más de 900 adultos donde tenían que responder sobre la importancia que les daban a besar en las relaciones cortas y también en las relaciones más largas. Según estos investigadores hay tres principales teorías sobre el papel que juega el beso en las relaciones sexuales:

– De alguna manera ayuda a evaluar la calidad genética de los posibles compañeros

– Se utiliza para aumentar la excitación (e iniciar el sexo por ejemplo)

– Es útil para mantener relaciones emocionales y conectar con el otro.

Los investigadores informan de sus resultados en dos artículos, uno en la revista Archives of Sexual Behavior, y la segunda en la revista Human Nature.

En sus resultados afirmaban que las mujeres daban más importancia a los besos que los hombres, pero que los hombres y las mujeres clasificaban los besos como algo imprescindible en las relaciones a corto y largo plazo.

Las mujeres de forma natural tienden a ser más selectivos para elegir a una pareja y tanto hombres como mujeres usan los besos para evaluar si pueden ser parejas potenciales o no. El beso puede permitir a la gente evaluar inconscientemente una pareja potencial a través del gusto o el olfato, recogiéndolas señales biológicas para la compatibilidad, la aptitud genética o la salud en general. Las personas no nos damos cuenta de esto, pero la naturaleza es más sabia de lo que nos imaginamos. Hay que hacer caso a estos instintos a la hora de escoger pareja.

Cuando se entra en la etapa de cortejo y aparecen los besos, las personas evaluamos más concienzudamente si esa persona podría ser una buena pareja para nosotros. En la elección de la pareja es importante ser exigente para después no llevarse sorpresas, y el beso es una formad de saberlo.

MEJORES BESOS, RELACIONES MÁS LARGAS

Aunque sean las mujeres quienes dan más importancia a los besos para evaluar a las parejas, al mismo tiempo que el olfato o las sensaciones al compartir momentos íntimos con la persona que puede ser pareja… Tanto hombres como mujeres aprovechan este recurso del cortejo para disfrutar y para evaluar al otro.

Además, las investigaciones anteriores también encuentran que los besos que son mejores sentidos y que las parejas disfrutan, harán que las relaciones sean más a largo plazo. El beso juega un papel importante para mediar en el afecto entre las personas, mejorar el apego y además, potenciar la vinculación emocional en la pareja.

Los altos niveles de excitación también pueden aparecer gracias a los besos, sobre todo en los juegos previos a las relaciones sexuales, esto no es un factor determinante del por qué besamos en las relaciones románticas. En cambio, sí se tiene en cuenta el beso como un factor para determinar si la otra persona puede ser una buena pareja para una relación estable.

FUENTE: www.bekiapareja.com

Un estudio que revela lo que las mujeres, en el caso de la investigación, las hembras rechazan de su pareja sexual, ¿quieres descubrirlo? Fíjate bien en lo que unos científicos canadienses han observado en un grupo de roedores.

El rechazo que despierta una pareja sexual estresada

Un grupo de investigadores de las universidades de Ontario y Binghamton en Canadá observó el comportamiento sexual de las ratas. Estos descubrieron que cuando un ratón pasa una adolescencia estresante, presenta un comportamiento pasivo cuando es adulto. Esto no les beneficia nada en su vida amorosa, porque las ratas rechazan dicha actitud vital.

Para llegar a esta conclusión, los científicos sometieron a estrés a un grupo de ratones durante su desarrollo, en la adolescencia. El procedimiento consistió en cambiar sus compañeros de jaula regularmente, de manera que se ponía a prueba su liderazgo. Más tarde, se creaba un espacio para el apareamiento, donde se introducía a una hembra, junto con un ratón que había sufrido ansiedad durante su adolescencia y otro que no.

Ya podréis imaginar el resultado. Las hembras preferían al segundo como pareja sexual. Identificaban perfectamente los comportamientos dominantes y sumisos y optaban por el más seguro de sí mismo.

La directora afirma que las conclusiones podrían aplicarse a los humanos

Cameron declara creo que este estudio puede llevarnos a un mejor entendimiento de las funciones reproductivos de los mamíferos, incluyendo a los humanos. Además, cuentan con el apoyo de un estudio similar en 2015, en el que se descubrió que los niveles de estrés influían en cómo nos veían los demás. Del mismo modo que la aportación de los canadienses, cuanta más ansiedad trasluces, menos posibilidades tienes de ser elegido como pareja sexual.

Resulta sorprendente que cuando estamos menos atractivos, el cortisol y la glucosa aumenta, al tiempo que se frena el crecimiento muscular y óseo. Por tanto, tenemos un aspecto menos saludable y menos sensual. No identificaron cuáles eran las manifestaciones faciales de dicha situación, pero sospechan que están en la misma línea.

Tras ello, pudieron aseverar que los hombres que se manejan mejor en situaciones de estrés son más atractivos para las mujeres. Según afirman, la razón reside en que ellas prefieren que su pareja sexual presente esta característica. La misma implica una mayor adaptación a los avatares de la vida, lo que constituye el primer paso para solucionarlos. Además, inconscientemente creen que dicha habilidad se transmitirá a las siguientes generaciones.

A partir de estos dos estudios, Cameron se propone realizar un experimento similar, pero con animales que no hayan recibido cuidados maternales. Posteriormente colocarlos en situaciones de ansiedad. ¿Qué ocurrirá en este caso? ¿Serán menos atractivos? ¿Cómo afectará a otras facetas de la vida, como su capacidad cognitiva?

En cualquier caso, parece claro que las mujeres buscamos alguien que no parezca superado por la ansiedad o el estrés, es decir, que no se deje vencer por la adversidad cuando ésta se presente y sepa avanzar. No está mal para un compañero de vida, sea hombre o mujer, ¿no te parece? ¿Tú que piensas?

FUENTE: www.supercurioso.com