Según estudios existen tres razones por las cuales la actividad sexual es probablemente el mejor tratamiento para la cruda.

Sobre la relación que existe entre el sexo y el alcohol se ha dicho de todo durante mucho tiempo. Diversos estudios sostienen que ambas cosas son incompatibles, ya que las bebidas alcohólicas, aunque ayudan al ser humano a desinhibirse y disfrutar más, pueden atentar contra la salud sexual.

Sin embargo, nuevas investigaciones apuntan hacia la dirección opuesta y señalan que puede existir otra relación entre el sexo y el alcohol: la resaca. Según el escritor inglés Kingsley Amis, existen tres razones por las cuales el sexo es probablemente el mejor tratamiento para la cruda. Veamos:

  1. Es antidepresivo. Mientras el alcohol es depresivo, el sexo tiene un efecto totalmente contrario. La razón es sencilla: la actividad sexual genera un cóctel de neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, como por ejemplo la oxitocina, llamada hormona del amor, y  hasta la serotonina,responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo.
  2. Es un buen ejercicio. Para la cruda una buena opción es sudar un poco ya que el sudor ayuda a limpiar al cuerpo de las toxinas acumuladas. Asimismo, existen estudios que demuestran que el sexo es mejor cuando se tiene el hábito del ejercicio, ya que fortalece el cuerpo y potencia muchos aspectos de la vida.
  3. Es bueno para tu sistema inmune. Según el sitio Web Med, dos de los principales beneficios físicos de los encuentros íntimos son que mantiene en mejor estado el sistema inmune y sirve como un analgésico que suprime el dolor. Por eso cuando se ha tenido una noche de excesos lo mejor es apostar al calor de la pareja.

FUENTE: www.mundodiario.com

Los prejuicios y la discriminación hacia las personas transexuales deben desaparecer de la sociedad cuanto antes, por eso debemos luchar contra la transfobia día a día.

Por desgracia, aunque se hayan alcanzado muchos derechos en países como España para el colectivo LGTBI+, aún queda mucho camino por recorrer. La fobia y la discriminación siguen presentes en nuestra sociedad, y aunque finjamos que nos parece bien que cada uno o cada una tenga una vida normal, tanto por su identidad como orientación sexual, seguimos prefiriendo mantenernos alejados. Si alguien es homosexual, está bien, pero no queremos que sea muy evidente, y si una persona es transexual, tiene que hacer un esfuerzo doble o triple para ser respetado o respetada. Hoy en nos centraremos concretamente en la transfobia, es decir, el rechazo y discriminación a las personas transexuales. En la actualidad, la transfobia no es tan rechazada como otro tipo de fobias a grupos sociales, es por eso que hemos tenido que ver cómo en España se permitía la circulación de un autobús publicitario con un fuerte mensaje transfóbico por diferentes ciudades. Aunque desde la ciudadanía se ha intentado boicotear esta iniciativa, y en algunos lugares no se ha permitido su entrada, las instituciones no han tenido una respuesta similar.

¿QUÉ ES LA TRANSEXUALIDAD Y LAS IDENTIDADES TRANS?

En general se habla de transexualidad para referirse a personas, hombres o mujeres, que han pasado por un procedimiento médico para adecuar su cuerpo a su identidad de género. Cuando una persona no ha hecho ese cambio completo, se habla de transgénero. Sin embargo, es común usar transexual para todo, pero lo más correcto, sobre todo si tenemos dudas, es hablar de indentidades ‘trans’. Se refiere a todo el conjunto de personas que no han nacido en un cuerpo biológico acorde a su identidad de género, y abarca tanto a los que han cambiado de cuerpo, como los que no lo han hecho, como los que sólo en parte. Cada persona trans se sentirá más cómoda con un término u otro, pero lo más sencillo e inclusivo para todos es hablar de personas trans. Como vemos, no son un grupo homogéneo, se trata de personas con unas circunstancias concretas y que se sienten más seguras de una manera u otra, y no podemos generalizar porque invisibilizamos la realidad de la diversidad humana.

También debemos tener una cosa muy clara, que es que la identidad de género y la orientación sexual son independientes. Una mujer puede sentirse hombre y ser heterosexual, homosexual o bisexual, y al revés igual.

NUESTRA CONCEPCIÓN DEL CUERPO Y LA SEXUALIDAD

Una de las ideas que debemos asumir como sociedad, es que no hay un cuerpo «normal» y unos cuerpos «anormales». Siempre hemos entendido que hay hombres y mujeres, con unos genitales concretos y además nos hemos impuesto unos roles de género para cada sexo biológico. Por esa cuestión, se ha entendido ese conflicto con la identidad de género como una desviación de la normalidad, incluso existía hasta hace poco como categoría diagnóstica de la salud mental el Trastorno por Identidad de Género, que se ha cambiado por Disforia de Género. Se contemplaba, y se sigue haciendo, como que la persona tiene algún fallo por el cual no coinciden cuerpo e identidad. Claro que eso también implica entender que la persona transgénero sufría y que todos los esfuerzos debían ser puestos en arreglar el cuerpo de la persona. Sin embargo, se está luchando mucho para que se deje de identificar como una patología.

 

Además, se debe aceptar la diversidad humana, tanto en cuerpos como en orientaciones, como en identidades. Hay hombres y mujeres que se definen como de género fluido, también las de género neutro, y en las identidades trans también hay quienes no hacen una transformación completa del cuerpo. Como sociedad nos parecen rarezas, pero entender la normalidad de ser tan diferentes unos de otros es el camino para que cada una de estas identidades o cuerpos sean aceptados. Eso sí, para ello debemos poner en marcha medidas específicas para combatir el rechazo a grupos concretos, y las personas transexuales sufren una discriminación muy grande. Además, se debe aceptar la diversidad humana, tanto en cuerpos como en orientaciones, como en identidades. Hay hombres y mujeres que se definen como de género fluido, también las de género neutro, y en las identidades trans también hay quienes no hacen una transformación completa del cuerpo. Como sociedad nos parecen rarezas, pero entender la normalidad de ser tan diferentes unos de otros es el camino para que cada una de estas identidades o cuerpos sean aceptados. Eso sí, para ello debemos poner en marcha medidas específicas para combatir el rechazo a grupos concretos, y las personas transexuales sufren una discriminación muy grande.

POR QUÉ DEBEMOS LUCHAR CONTRA LA TRANSFOBIA

Luchas contra la transfobia no es una cuestión de querer romper moldes antiguos por llevar la contraria. Las personas transexuales, ya sean hombres o mujeres, llevan siglos (porque esto no es algo de hace poco) sufriendo el rechazo de la sociedad. Eso se traduce en trastornos emocionales, como decíamos antes, y leíamos en un blog de Público a un padre de una persona trans que decía: «la enfermedad (social) es la transfobia, no la disforia de género». Acoso escolar, acoso laboral, violencia física y verbal, violencia institucional son algunos tipos de maltrato que sufren las personas trans, lo cual se deriva en baja autoestima, ansiedad, depresión, intentos de suicidio, etc. Invisibilizar la realidad de las identidades trans no hace más que estigmatizar y discriminar más a las personas, y el objetivo es crear un marco social en el que cada persona sea tratada con dignidad e igualdad, y no se puede conseguir si seguimos machacando a la persona transexual, así como a cualquier otra persona que no se ajusta a lo que injusta y erróneamente hemos definido como lo normativo.

LA EDUCACIÓN, EL MEJOR ARMA

La educación para combatir la transfobia debe comenzar desde ya en niños pequeños. Si crecen asumiendo como normal la diversidad de los cuerpos y las identidades, es más fácil que no tengan los conflictos por los que pasamos los adultos para llegar a implantar esta visión inclusiva. Existen muchas herramientas educativas contra la transfobia, desde el mismo Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno Español podemos descargar guías contra la transfobia y homofobia en los centros educativos, como una de las herramientas para acabar con este específico tipo de acoso escolar que muchos niños y niñas sufren en la escuela. Hay herramientas pedagógicas de muchos tipos que se pueden utilizar, tanto desde los colegios como desde nuestro propio hogar, para educar a los niños en la diversidad y que aprendan a respetar a todas las personas en temas de sexualidad e identidad.

Sin embargo, cuando la transfobia está tan implantada en la sociedad, los adultos también necesitamos educación. Desde la sanidad pública se está llevando a cabo, en diferentes comunidades autónomas españolas, pero que es algo que se debe poner en marcha en todos los países, iniciativas para enseñar al personal sanitario a evitar la transfobia en su día a día laboral. Este es uno de los ámbitos donde las personas transexuales pueden sufrir más discriminación, aunque en el judicial también, en acceso al empleo, etc. Por eso, todo tipo de profesionales deben recibir educación en este sentido.

Desde nuestro día a día también podemos hacer pequeñas acciones para normalizar la realidad trans. Por ejemplo, en nuestro lenguaje, no asumir que el sexo biológico caracteriza el comportamiento de las personas, ni perpetuar los roles de género que se nos imponen. Tampoco tenemos por qué asociar el pene o vagina a hombre y mujeres exclusivamente.

LOS PREJUICIOS ALIMENTAN LA TRANSFOBIA

Las situaciones de maltrato o humillación que sufren las personas trans tienen un fuerte origen de los prejuicios que tiene la sociedad, además de en la intolerancia que no nos sabemos quitar. Nos parece que un cuerpo transexual es un cuerpo extraño, y sólo lo respetamos si «no se nota» el cambio (por ejemplo, no notar que una mujer había sido un hombre, o viceversa). Además, se mezcla con otro tipo de tabú, y es que siempre hemos asociado a las personas transexuales a la promiscuidad, la prostitución, el espectáculo, etc. En verdad, estos aspectos no son nada reprochables en las personas, sobre todo en lo relativo a la manera de vivir la sexualidad propia (ya sea de manera activa, o incluso siendo asexual, o empleando tu sexualidad como fuente de ingresos), pero también debemos entender que las personas transexuales, así como cualquier otro tipo de identidades relativas a la vida sexual de las personas, no son grupos homogéneos. Cada persona vive su transexualidad de una manera, en unas circunstancias, se sienten más cómodas con un cuerpo u otro, han tenido más o menos apoyo por parte de su entorno, su autoestima es más alta o más baja, su aspecto físico, sus gustos, sus costumbres, en definitiva, su vida.

FUENTE: www.bekiapareja.com

La hepatitis C es un tipo de enfermedad hepática que se puede propagar de individuo a individuo.

Actualmente no existe una vacuna que proteja contra la hepatitis C, aunque se pueden tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de contraer la enfermedad. El sexo vaginal y anal sin protección puede llevar a contraer infecciones de transmisión sexual pero, ¿pasa lo mismo con el sexo oral?

La hepatitis C se propaga al entrar en contacto con la sangre de otra persona. Si la sangre infectada de una persona entra en el torrente sanguíneo de la otra, esa persona puede infectarse.

En general, el riesgo de transmitir hepatitis C durante cualquier tipo de actividad sexual es bajo. Aunque es muy poco probable, podría ocurrir el contagio durante el sexo oral si alguien con hepatitis C tiene grietas y sangrado en los labios y, a su vez, el compañero o pareja tiene una herida abierta.

Eso sí, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la hepatitis C no se transmite a través de los besos o la saliva.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 71 millones de personas tienen infecciones crónicas por hepatitis C a nivel mundial y poco menos de 400,000 mueren cada año de enfermedades hepáticas relacionadas con la hepatitis C.

No existe evidencia científica directa que demuestre que la hepatitis C se transmite solo por vía oral. Sin embargo, se debe tener precaución siempre que haya sangre presente, ya que aún podríamos infectarnos.

Si cualquiera de nuestras parejas sexuales tiene una ruptura en la piel, puede haber riesgo de que la sangre pase de una persona a otra.

Los factores de riesgo adicionales pueden incluir: menstruación, sangrado de la boca o las encías, una infección de garganta, herpes labial, verrugas genitales o herpes o labios dañados y agrietados

El riesgo de contraer o transmitir hepatitis C de una persona a otra durante el sexo oral es muy bajo. Esto es particularmente cierto en las parejas con relaciones monógamas.

Saber cómo se transfiere la hepatitis C de una persona a otra, así como comprender las prácticas sexuales más seguras, puede reducir aún más el riesgo de infección.

Factores de riesgo

-Una persona con una infección aguda a causa del virus de la hepatitis C

-Una carga viral alta

-Individuos que tienen múltiples parejas sexuales

-No usar protección de barrera, como los preservativos, durante la actividad sexual

-Actividades sexuales extremas

-Tener ya una infección de transmisión sexual o VIH

¿Cómo se transmite la hepatitis C?

Si bien la transmisión de la hepatitis C a través del contacto sexual es poco frecuente, hay muchas otras formas por las que podemos infectarnos.

El virus de la hepatitis C vive en la sangre y en ciertos fluidos corporales. Así, el intercambio de semen también puede causar infección, aunque las posibilidades de que esto ocurra son muy raras.

Además del contacto sexual, también podemos infectarnos con el virus de la hepatitis C a través de: la inyección de drogas, el uso de drogas intranasales o inhalación de drogas, tatuajes no regulados o insalubres y piercings en el cuerpo, haber nacido de una madre infectada con el virus, compartir maquinillas de afeitar, cepillos de dientes y tijeras de aseo o al amamantar, únicamente si los pezones están agrietados o sangrando, pues no se transmite en la leche materna.

Una persona con hepatitis C siempre debe tomar precauciones adicionales durante la actividad sexual para limitar el riesgo de transmitir la enfermedad a otra persona.

FUENTE: www.muyinteresante.es

 

El estigma social rodea a esta práctica sexual que, además de ser completamente saludable, puede proporcionar mucho placer para los amantes. Desterramos falsas creencias sobre el sexo anal.

1_ Es una práctica exclusiva de parejas homosexuales

Un error muy común es asociar esta práctica exclusivamente a las parejas de hombres.

No tiene por qué. El sexo anal es una práctica sexual que puede ser muy satisfactoria para ambos sexos.

2_ Es más placentero para ellos que el sexo vaginal

No necesariamente.

Según el sexólogo y antropólogo Carlos Horrillo, el interés masculino por esta práctica puede provenir de un impulso ancestral de «conquistar nuevos territorios» y considera de poca importancia el argumento extendido de que el conducto anal es más estrecho, con lo que proporcionaría una sensación más intensa del placer al varón.

No obstante, la percepción del placer es muy subjetiva.

3_ “Si lo pruebo y me gusta, ¿soy homosexual?”

En absoluto. El disfrute sexual de las prácticas relacionadas con el sexo anal no tiene por qué ir relacionado con la orientación sexual.

Si bien es cierto que los hombres heterosexuales suelen mostrar mucho interés por realizar esta práctica con sus parejas femeninas, esta intención suele manifestarse únicamente cuando el varón es quien penetra a la mujer.

Tal como detalla Horrillo, «existe una creencia o miedo generalizado en muchos hombres heterosexuales, que consiste en: «si lo pruebo y me gusta, significa que soy homosexual». Nada más lejos de la realidad.

Esta creencia, según el experto, responde a un estereotipo cultural.

La estimulación anal debería considerarse una práctica normal para todos los hombres, sea cual sea su orientación sexual.

4_ El punto G masculino

Para Carlos Horrillo, esta zona de la anatomía masculina está «mal llamada» punto G, dado que el placer sexual que se produce durante esta práctica viene dado por la estimulación de la próstata.

Aunque sí que es cierto que este tipo de estimulación es muy placentera para un hombre.

5_ No se puede tener un orgasmo solo con la estimulación de la próstata

No es cierto. Aunque el porcentaje es muy pequeño, sí existe un número considerable de hombres que es capaz de tener un orgasmo, la culminación del placer sexual, solo mediante la estimulación de esta zona.

Sería comparable al porcentaje de mujeres capaces de tener un orgasmo mediante la única estimulación de una zona erógena como los pezones.

No obstante, el orgasmo y la manera de obtenerlo, recuerda Horrillo, son muy subjetivos.

6_ Las mujeres no lo disfrutan

Otro falso mito del sexo anal es considerar que no es una práctica que pueda resultar placentera para la mujer.

Si bien es cierto que la mujer no comparte la anatomía masculina, y no posee una próstata que estimular, no olvidemos que el ano es una zona erógena muy importante en el cuerpo de la mujer, y puede proporcionar sensaciones muy placenteras.

Eso sí, el experto apunta que, en muchas ocasiones, el hombre «olvida» estimular otras zonas erógenas de su compañera, algo que resulta imprescindible para aumentar su excitación y relajación.

7_ Es una práctica ‘sucia’

Evidentemente, se trata de otro mito ligado al estigma cultural del sexo anal. Curiosamente, son las mujeres heterosexuales las que, en muchos casos, se aplican este argumento, evitando así realizar una práctica que puede ser muy satisfactoria para ellas. La clave es, como apunta el experto, «disponer de información suficiente».

En cualquier caso, cada vez son más las mujeres que lo practican sin complejos. Horrillo calcula que la cifra se sitúa en torno al 30% de las mujeres heterosexuales.

8_ Si un hombre heterosexual lo practica ‘pierde su virilidad’

De nuevo, este es un concepto cultural arcaico que nada tiene que ver con la realidad del sexo anal.

Está ligada a la falsa creencia de que es una práctica exclusiva de hombres homosexuales. Por ello, muchos hombres se niegan a atreverse a que sus parejas femeninas les penetren, utilizando el propio dedo o bien juguetes sexuales, evitando explotar así una parte importante de su sexualidad.

Para el sexólogo Carlos Horrillo, «ser penetrado tiene un componente psicológico, emocional y cultural».

9_ Los hombres no pueden estimularse solos

Falso. De hecho, la autoexploración anal puede ser una práctica muy saludable en una rutina de masturbación masculina. Ya sea manualmente o a través de aparatos preparados para este tipo de estimulación, es beneficiosa por dos razones:

La primera y más obvia, porque es una fuente de placer. Y, la segunda, porque puede incluso proteger la salud.

10_ El sexo anal puede prevenir enfermedades

La práctica de cualquier tipo de acto sexual es, de por sí, beneficiosa para la salud. Muchos estudios científicos han demostrado que eyacular a menudo puede proteger frente al cáncer de próstata.

Por otro lado, la autoexploración frecuente permite que los hombres sean conscientes de su anatomía, y ayuda a percibir anomalías y lograr prevenirlas; por ejemplo, una prostatitis.

El experto Carlos Horrillo lamenta que no se difunda la autoexploración masculina para prevenir enfermedades prostáticas igual que se hace con el sexo femenino, por ejemplo, con la autoexploración de los senos.

11_ La primera vez siempre duele

Efectivamente, suele ser así. El ano es un esfínter que, a priori, no está habituado a ser penetrado, por lo que es normal que la primera vez que se realiza sexo anal resulte dolorosa, y es así para la mayoría de las personas, según el sexólogo Carlos Horrillo.

Para disfrutar del sexo anal, la relajación y la excitación sexual son imprescindibles.

«El dolor disminuye y el placer aumenta con la práctica, especialmente si existe un componente emocional en la relación sexual«, apunta.

12_ Requiere mucha higiene

Cierto. El recto es un canal de desecho del cuerpo humano, por lo que, lógicamente, es recomendable procurar una correcta higiene del mismo antes del sexo para garantizar una experiencia satisfactoria.

13_ Es imprescindible lubricar la zona

Así es. Tal como recuerda Carlos Horrillo, el ano es un esfínter que «no se dilata igual que una vagina», una creencia errónea muy común a la hora de mantener este tipo de relación sexual.

Para disfrutar de una relación sexual anal satisfactoria, y evitar provocar dolor y daños innecesarios, es importante disponer de un buen lubricante, y, como describe Carlos Horrillo,«paciencia y cariño».

14_ El sexo anal transmite más infecciones

No necesariamente. En cualquier tipo de práctica sexual es vital una protección adecuada frente a Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). El preservativo es imprescindible.

Cuando se practica sexo anal sin preservativo, se corre el riesgo de contraer infecciones del tracto urinario; en los hombres, porque el conducto rectal está plagado de bacterias de tipo E. coli, que son las que provocan esta infección.

Las mujeres también corren riesgo de contraer una infección de orina cuando se da un tipo de situación muy frecuente: penetrar la vagina después de haber realizado sexo anal.

Como describe Horrillo, de manera muy coloquial, «cuando se utiliza la puerta de atrás no se vuelva a la puerta principal»; al menos, no sin antes haber lavado correctamente el pene, o bien haber colocado un nuevo preservativo.

Por su parte, el Virus del Papiloma Humano y otras enfermedades como la sífilis o la gonorrea presentan el mismo riesgo de contario en el sexo anal que en cualquier otra práctica sexual, siempre que se realice correctamente.

15_ El SIDA se contagia más a través del sexo anal

No es bueno señalar esta práctica como única vía de contagio, dado que esto contribuye a estigmatizarla y, aún más importante, a las personas que la practican.

Lo que sí es cierto es que el VIH se transmite normalmente a través de la sangre, o la sangre con otros fluidos (aunque también puede contraerse mediante mucosas).

Durante el sexo anal puede darse la situación de que se produzca un desgarro o leves microfisuras, debido a que el ano debe hacer un «esfuerzo». Si esto se produce, puede haber un contacto del pene con la sangre de la pareja y, de existir la infección, transmitirse más fácilmente.

El sexo anal sigue siendo uno de los grandes tabús de la sociedad. Esta práctica puede llegar a hacer muy placentera para aquellos que se animan a experimentar y disfrutar al máximo su sexualidad. Pero también debe ser puesta en marcha con sumo cuidado para evitar dolores innecesarios y enfermedades. Te dejamos algunas claves a tener en cuenta:

1_ Olvídate de pasar del ano a la vagina.

Puede sonar tentador pero no es la mejor opción. Pasar de la penetración anal a la vaginal sin que antes se cambie de preservativo podría llegar a ser muy peligroso para nuestra salud. Según advierte el experto de la Universidad de Indiana, Toyia James Stevenson, cuando se utiliza un condón nuevo se cierra la puerta a infecciones, no solo sexuales sino gástricas ya que en la vagina también habitan bacterias.

2_ Dile no a lubricantes de silicona.

Existen infinidades de opciones respecto a lubricantes sexuales, pero los que siempre se deben evitar para la práctica del sexo anal son aquellos que están hechos a base de silicona. Tal como explica la sexóloga y psicoterapeuta, Vanessa Marín, citada por el portal Salud180, los lubricantes de silicona pueden llegar a ser todo un tormento, puesto que no son tan fáciles de eliminar. Así que mejor apuesta por los sabores y la textura pero no por la silicona.

3_ Convierte los ejercicios en tus mejores amigos.

El sexo anal es una de las prácticas sexuales más placenteras. Sin embargo, practicarlo con frecuencia debe ir seguido de mucho cuidado, debido a que, según expertos, la penetración constante puede ocasionar debilitamiento del esfínter, lo cual, a su vez, aumenta el riesgo de incontinencia estomacal. Pero tranquilos. La mejor forma de evitar esta incomodidad es ejercitando el ano. Para ello tan solo media hora de ejercicios de Kegel al día es lo ideal.

FUENTE: www.muyinteresante.es / www.mundodiario.com

 

Hasta ahora, el estudio sobre los efectos de la marihuana en la satisfacción sexual había arrojado resultados mixtos.

La relación entre el consumo de marihuana y la actividad sexual aún no está clara, pero un gran estudio dirigido por el investigador Michael Eisenberg, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en California (EE. UU.) sugiere con contundencia que el consumo regular de cannabis puede aumentar el deseo sexual. Los hallazgos han sido publicados en la revista The Journal of Sexual Medicine.

«El uso de marihuana es muy común, pero su uso a gran escala y su asociación con la frecuencia sexual no se ha estudiado mucho de una manera científica», comenta Eisenberg.

En investigaciones anteriores, los experimentos con ratas descubrieron que el compuesto activo de la marihuana genera fluctuaciones en el deseo sexual. Sin embargo, estudios más recientes sugieren que los endocannabinoides aumentan la excitación sexual en las mujeres, y que la droga mejora la experiencia sexual tanto para hombres como para mujeres.

Con el fin de obtener una mejor comprensión del impacto de la marihuana en la función sexual, los expertos examinaron los datos de la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar, una investigación a gran escala llevada a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre fertilidad, maternidad, vida familiar, matrimonio, divorcio y hombres y la salud de la mujer.

Estudiando el uso de marihuana y la frecuencia sexual

La encuesta incluía preguntas sobre la frecuencia de las relaciones sexuales y el uso de marihuana. Más específicamente, 28.176 mujeres heterosexuales y 22.943 hombres heterosexuales fueron interrogados acerca de cuántas veces habían tenido relaciones sexuales en las últimas 4 semanas, así como con qué frecuencia habían consumido marihuana en los últimos 12 meses.

Los participantes tenían entre 25 y 45 años, las mujeres 29,9 años de media y los hombres con 29,5 años de edad, en promedio. Los investigadores incluyeron datos que se habían recopilado desde 2002 y ajustaron los posibles factores de confusión como el consumo de otras drogas como la cocaína o el alcohol.

En general, el 24.5% de los hombres y el 14.5% de las mujeres afirmaron haber consumido marihuana en los últimos 12 meses. Los expertos notaron una asociación entre la frecuencia con que las personas fumaban marihuana y la frecuencia con la que tenían relaciones sexuales. Más específicamente, las personas que consumían marihuana tenían un 20% más de sexo que las que no lo usaban, y esto se aplicaba a ambos sexos.

Las mujeres que se abstuvieron de consumir marihuana en el último año informaron haber tenido relaciones sexuales seis veces, de media, en las últimas 4 semanas, mientras que para las usuarias de marihuana, este número fue de 7,1 veces.

Los hombres que se abstuvieron de consumir marihuana tuvieron relaciones sexuales 5,6 veces en las últimas 4 semanas, mientras que los hombres que consumieron la droga diariamente tuvieron relaciones íntimas una media de 6,9 veces en este tiempo.

«La tendencia general que vimos se aplicó a personas de ambos sexos y todas las razas, edades, niveles de educación, grupos de ingresos y religiones, todos los estados de salud, ya sea que estuvieran casados o solteros y tuvieran o no hijos», explica Eisenberg.

A pesar de estas fuertes asociaciones, los autores advierten que este estudio no prueba la causalidad. «No dice que si fumas más marihuana, tendrás más relaciones sexuales», señala.

Sin embargo, el mensaje general de esta investigación es claro: «El uso frecuente de marihuana no parece afectar la motivación o el rendimiento sexual. En todo caso, se asocia con una mayor frecuencia del coito», concluye Eisenberg.

FUENTE: www.muyinteresante.es

El mundo de los sueños es un mundo todavía desconocido del que muchos han hablado pero del que poco se ha sacado en claro. En realidad, se sabe muy poco de los sueños a ciencia cierta, y mucho menos de los eróticos. ¿Por qué los tenemos? ¿Cumplen una función específica en nuestro cerebro? ¿Pueden controlarse?

¿Qué son los sueños eróticos?

A lo largo de la historia el mundo de los sueños siempre ha interesado pero nadie ha conseguido todavía desvelar sus secretos. Una de la primeras explicaciones a los sueños eróticos  fue hecha por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. Para él los sueños eran el resultado de las represiones sexuales y destructivas que teníamos durante el día y que se reflejaban mientras dormíamos. Sin embargo, lo que nos explica la ciencia es que los sueños eróticos son una consecuencia de la activación del circuito dopaminérgico mesolímbico-cortical, uno de los responsables del deseo y placer sexual en los seres humanos. Cuando entramos en fase REM o MOR en español (fase en la que tenemos ensoñaciones) todo nuestro cuerpo se activa y desactiva a intervalos, los músculos se contraen, tenemos Movimientos Oculares Rápidos (MOR), aumenta y disminuye irregularmente el ritmo cardiaco, la respiración…muchas partes de nuestro cuerpo se activan mientras que la corteza prefrontal disminuye su actividad, y es por eso que durante la fase REM el clítoris se dilata en las mujeres y los hombres tienen las erecciones. Por otro lado, eso no significa que todos tengan que terminar en orgasmo, solo un 5% de ellos tiene ese final, en otros casos puede que haya simplemente ligera lubricación.

En general, parece que no hay un consenso sobre el por qué de la aparición de los sueños húmedos, la mayoría coinciden en que aparecen porque una persona ha pasado bastante tiempo sin actividad sexual o porque tiene deseos sexuales que no se han llegado a satisfacer, pero las personas que tienen pareja o/y que son activas sexualmente tampoco se libran de tenerlos. ¿A qué es debido? La verdad es que la ciencia no tiene una respuesta clara, hay una relación entre la abstinencia y la frecuencia de los sueños en los hombres pero no está tan claro para las mujeres porque aun hoy en día muchas son reacias a compartir ese tipo de información.

¿Para qué sirven los sueños eróticos?

A lo largo del tiempo se han dado diferentes explicaciones a los sueños eróticos. La más conocida tal vez sea la dada por Sigmund Freud, para él los sueños eróticos que se tienen durante la noche son los reflejos de nuestros deseos inconscientes, deseos libidinosos y de destrucción que las personas tenemos hacia nuestros iguales pero que no dejamos que salgan a la luz porque resultarían inapropiados. Para la sociedad de la época esta interpretación era adecuada porque el tema de la sexualidad era visto como un tabú. Sin embargo, esa teoría se ha quedado desfasada y ahora la corriente predominante no lo defiende. Si bien los sueños eróticos pueden reflejar algunos de nuestros deseos sexuales no tenemos que tomarnos en serio todo lo que soñamos durante la noche. Por ejemplo, otra interpretación actual de los sueños eróticos es que cuando compartimos placer con la persona soñada en realidad estamos reconociendo que nos sentimos admirados por algunas de las características que esa persona tiene. Por ejemplo soñar con un compañero de trabajo, clase, etc aparte de lo evidente también puede significar gran admiración por su personalidad, profesionalidad o competencia en algún ámbito que nosotros consideramos importante.

Por otra parte, los sueños sexuales queramos o no pueden tener un efecto directo sobre nuestra forma de pensar y actuar. Así, si nosotros tenemos pareja y soñamos con otras personas podemos llegar a sentirnos culpable o dar vueltas a la idea de que ya no sentimos lo mismo por ellos y llegar a sufrir injustamente. No es agradable. Por eso, si tienes una relación de pareja en la que estás a gusto no merece la pena que te preocupes por estos sueños sino darles la vuelta y utilizarlos como un estímulo para la búsqueda de placer compartido.

Sueños eróticos más comunes

1- Sexo con desconocidos. Es uno de los sueños eróticos clásicos. El sexo con una persona a quién no conocemos puede significar que nuestra vida se ha vuelto aburrida y/o monótona. Es una señal que nos envía nuestro cerebro de que necesitamos romper con la rutina, un cambio. Ojo, no tiene por qué referirse a un cambio sexual, sino un cambio en nuestra vida.

2- Sexo con nuestra ex pareja. Si durante la noche tenemos sueños eróticos con una ex pareja puede significar lo evidente, que le echamos de menos, pero si no sientes nada por esa persona simplemente puede significar que en estos momentos de tu vida te sientes aislado y que te gustaría sentirte querido de nuevo. También puede ser una advertencia de nuestro cerebro para que no caigamos en errores pasados cuando estemos iniciando una nueva relación.

3- Sexo con un famoso. Soñar que tienes sexo con una persona famosa podría significar que sientes que no tienes el reconocimiento que te mereces, ya sea a nivel laboral, personal o sentimental. Crees que deberías tener mucho más de lo que tienes ahora y por lo tanto, estás a disgusto.

4- Eres infiel. Puedes ser infiel con un desconocido, con un amigo, con un famoso… Sea lo que sea el significado que se le suele atribuir es que te gustaría sentirte más valorado por tu pareja actual, pueden reflejar sentimientos de soledad, abandono y en general baja autoestimas, suelen ser más frecuentes si te han engañado con anterioridad.

5- Soñar con tu jefe o compañeros de trabajo. Soñar con tu superior podría reflejar tú propia ambición y el deseo sutil de querer más control sobre tu vida. Por otro lado, compartir placer con tus compañeros de trabajo es querer incorporar todas aquellas cualidades que admiras en ellos de forma consciente o inconsciente.

¿Debería influir en mi vida?

Los sueños que tengamos durante la noche no nos los deberíamos tomar en serio porque son solo reflejos de pensamientos y ocurrencias a las que damos vueltas durante el día a los que normalmente no damos importancia. Sin embargo, siempre es interesante reflexionar sobre su supuesto significado si ello nos ayuda a mejorar aunque sea un poquito nuestra situación actual.

FUENTE: www.bekiapareja.com

 

Atender a las necesidades sexuales es tan importante como cubrir las demandas del cuerpo relacionadas con la alimentación y el descanso.

Todas las necesidades básicas del ser humano que no son satisfechas producen efectos nocivos en el cuerpo. Y sexo no escapa a ello. La falta de sexo afecta física y emocionalmente al ser humano, incluso sin que este se llegue a dar cuenta. Si bien es cierto que cada cuerpo reacciona diferente, existen ciertas señales científicamente probadas que indican que tu cuerpo necesita sexo. Veamos algunas:

> Malestares físicos. Una de las medicinas más naturales para aliviar diversas enfermedades es el sexo. Al practicarlo se liberan endorfinas, las conocidas hormonas de la felicidad, que además tienen un potente efecto analgésico en el sistema nervioso central.

> Falta de sueño. ¿Te cuesta dormir en los últimos días? La actividad sexual ayuda a segregar una hormona conocida como oxitocina, importante para tener un sueño adecuado y placentero. Cuando una persona pasa mucho tiempo sin sexo puede empezar a tener dificultades para conciliar el sueño.

> Brotes de acné. El sudor que producimos en un encuentro sexual ayuda a limpiar la piel del rostro. Además libera mucho estrés manteniendo los poros limpios y sin imperfecciones.

> Caída del cabello. El sexo mejora la circulación del cuerpo, una acción que contribuye a que todo funcione como se debe. Sobre todo es ideal porque ayuda a llevar los nutrientes que comemos a los lugares donde se necesitan y esto lo podemos ver, además de en la piel, en la salud del cabello y las uñas. Si empiezas a ver más cabellos en la almohada puede ser una señal clara de que te falta una buena dosis de sexo.

FUENTE: www.mundiario.com

Hay un tipo de rostro que predispone a un mayor deseo sexual y a estar más abiertos a una infidelidad.

Existe un interés creciente en la comunidad científica por el estudio de la morfología facial. Ahora, un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Nipissing en Ontario (Canadá) y que recoge la revista Archives of Sexual Behavior, concluye que el tamaño y la forma de la cara pueden predecir el deseo sexual y la probabilidad de engañar a la pareja.

Los expertos exponen sus conclusiones en dos estudios separados. En el primero, examinaron a 145 estudiantes universitarios de ascendencia caucásica (el 48% eran hombres) que mantenían una relación sentimental heterosexual en el momento del estudio. Cumplimentaron diversos cuestionarios acerca de su comportamiento sexual y su deseo sexual y se realizaron fotografías de su rostro. También se tomaron medidas de las proporciones de su cara para obtener el índice FWHR (high facial width-to-height ratio), una medida del ancho y largo de la cara.

¿Cómo se mide el índice FWHR?

El ancho se mide por la parte más amplia de la cara, mientras que el largo del rostro se mide desde la parte de arriba de las cejas hasta el labio superior.

El segundo estudio, fue similar al anterior pero con una muestra mayor: 314 participantes,con el fin de ver si podrían replicar los hallazgos en una muestra más amplia, añadiendo a la mezcla preguntas sobre su orientación sexual, las posibilidades de considerar infieles a sus parejas y la orientación sociosexual (inclinación personal hacia el sexo casual).

Ambos estudios llegaron a la misma conclusión: los hombres y las mujeres con mayor índice FWHR (es decir, con rostro más ancho, más cuadrado y más corto), presentaban una mayor libido o deseo sexual que las personas con caras más pequeñas y estrechas. Además, estaban también más abiertas a tener relaciones sexuales casuales y podrían plantearse ser infieles a su respectiva pareja, aunque esto último solo fue asociado a los resultados en los varones, es decir, que los hombres con caras anchas y cuadradas pueden ser más propensos a la infidelidad y sentirse más cómodos con la idea de mantener deseo casual.

«Juntos, estos hallazgos sugieren que las características faciales podrían transmitir información importante sobre las motivaciones sexuales humanas», comenta Steven Arnocky, líder del trabajo.

Según los autores, esta es la primera vez que la investigación vincula el FWHR humano con el deseo sexual y la psicología sexual.

Aunque el estudio es puramente observacional y no puede explicar la causalidad, los investigadores apuntan a la testosterona como posible factor responsable de los resultados.

Limitaciones del estudio

La muestra de población era bastante limitada; eligieron a estudiantes universitarios como sujetos del estudio en el supuesto de que el interés sexual es más alto en la edad adulta temprana, pero esta suposición es discutible. En segundo lugar, la medida por la infidelidad era, según los autores, bastante restringida. Apenas dos valores del cuestionario abordaron esta cuestión. Por último, los investigadores sugieren que la investigación futura debe explicar otros factores que pueden influir en el comportamiento sexual, como las creencias conservadoras sobre el sexo o la pasividad sexual.

 

FUENTE: www.muyinteresante.es

  • Los expertos insisten en que no debe abusarse de ella y recuerdan que no es efectiva al 100%.
  • No produce infertilidad, no protege de enfermdades de transmisión sexual ni de un posible embarazo durante el resto del ciclo menstrual en el que se ha tomado.
  • Tampoco es peligrosa para la salud futura de la mujer, aunque deben conocerse sus efectos secundarios.

Expertos en materia de anticoncepción aseguran que en España no hay un uso abusivo de la píldora del día después y han aludido a diversos estudios que muestran que, si bien el 95% de las españoles conoce esta píldora, sólo un 14% señala haberla usado en alguna ocasión.

Ahora bien, tal y como ha señalado el jefe del servicio de Ginecología del Hospital de Requena (Valencia) y miembro del Patronato de la Fundación Española de Contracepción, Ezequiel Francisco Pérez Campos, aunque su utilización no sea excesiva, es necesario recordar que este tipo de anticoncepción «no debe utilizarse de forma regular» y que no protege frente a las enfermedades de transmisión sexual.

«Es una píldora de urgencia por lo que no se debe abusar de ella. Y es que, la mejor manera de evitar un embarazo no deseado es usar otros anticonceptivos que se administran de forma regular», apostillaba esta semana la farmacéutica y miembro del Comité Científico de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), Neus Caelles.

En este sentido, los expertos han explicado que su mecanismo de acción consiste en retrasar el momento en el que el ovario libera un óvulo, impidiendo así su encuentro con el espermatozoide y, por ende, el desarrollo embrionario. «Los espermatozoides pueden vivir en el aparato genital de la mujer entre tres y cinco días, momento en el cual la mujer puede quedarse embarazada si se produjera la ovulación, por lo que cuando la mujer ha ovulado, la píldora del día después no es eficaz», ha apostillado el doctor Pérez Campos.

Asimismo, los expertos han comentado diferentes «mitos» sobre esta píldora, negando que sea efectiva al cien por cien, que produzca infertilidad, que proteja de un posible embarazo durante el resto del ciclo menstrual en el que se ha tomado o que sea peligrosa para la salud futura de la mujer.

Desde el año 2009 la píldora del día después se dispensa en las farmacias sin prescripción médica, si bien, según ha informado Caelles, los farmacéuticos ofrecen información a las mujeres que lo solicitan y les realizan una serie de preguntas para ofrecerle la más adecuada para prevenir un embarazo no planificado.

«Las mujeres valoran muchísimo la efectividad del método y suelen seguir nuestros consejos. No obstante, los farmacéuticos debemos respetar su intimidad, informarles de los efectos secundarios y educarles para que hagan un uso responsable del medicamento», ha argumentado.

Finalmente, el director general de HRA Pharma, Miguel Noriega, ha avisado de la «gran desinformación» que existe en España sobre la píldora del día después, cuya seguridad y eficacia, tal y como ha asegurado, cuenta con respaldo científico.

FUENTE: www.20minutos.es

Masturbarse no significa estar insatisfecho.

Onanismo, masturbación, digiturbación, darse amor propio… Da igual cómo lo llames, todo el mundo lo hace (sí, tú también, no te escondas).

La masturbación, que implica excitarse uno mismo tocándose los genitales, es un asunto tan importante en la vida sexual de la gente que hasta el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS por sus siglas en inglés) le ha dedicado una entrada en su página web.

No existe una forma correcta o incorrecta de masturbarse, pero el NHS lo describe del siguiente modo: «Los hombres suelen hacerlo mediante el frotamiento del pene, mientras que las mujeres suelen acariciarse el clítoris y la zona que rodea la vagina».

Aunque es un hecho totalmente normal, el tema sigue siendo un gran tabú y todavía existen muchos mitos que hay que corregir.

  1. Casi todo el mundo se masturba.

El 95% de los hombres y el 89% de las mujeres se masturban, al menos en el Reino Unido. Por lo tanto, no hay ningún motivo por el que avergonzarse.

  1. Masturbarse teniendo pareja no implica nada malo.

Existe mucho debate en Internet sobre si tendrían que preocuparse aquellas personas cuyas parejas siguen buscando pasar esos ratos a solas.

Suzi Godson, columnista de asuntos sexuales en el periódico The Times y bloguera de la edición británica del HuffPost, escribió: «Algunas personas sienten su relación en peligro por el hecho de que su pareja tenga la necesidad de buscar satisfacción sexual por su cuenta. Al fin y al cabo, si pueden tener sexo, ¿para qué necesitan masturbarse? Este argumento pasa por alto la obviedad de que el sexo y la masturbación son experiencias completamente diferentes».

  1. Masturbarse no significa estar insatisfecho.

Tal y como dice Suzi Godson en el punto anterior, no hay ningún motivo por el que masturbarse signifique algo malo sobre tu relación o sobre tu vida sexual con otras personas. Los estudios científicos han descubierto que la gente que practica sexo regularmente suele masturbarse más que aquellas personas que llevan un tiempo sin acostarse con nadie.

De modo que no pienses que la masturbación es un sustituto del sexo, sino más bien una forma de matar el gusanillo de vez en cuando.

  1. No eres la única persona que se siente culpable cuando acaba.

Pese a que masturbarse no es algo de lo que haya que avergonzarse, hay un montón de razones personales, religiosas y culturales por las que una persona se puede sentir un poco sucia al terminar. No te pasa solo a ti.

De hecho, según un estudio, la mitad de las personas que se masturban experimentan dudas por lo que han hecho: «Aproximadamente el 50% de las mujeres y el 50% de los hombres que se masturban se sienten culpables por ello». Así que no te sientas excluido ni pienses que es una razón para dejar de masturbarte. Estamos todos en el mismo barco.

  1. Las mujeres que se masturban suelen estar más satisfechas en sus relaciones.

Un estudio de febrero de 2017 descubrió que las mujeres que se masturban con frecuencia suelen recibir más sexo oral, tener relaciones sexuales más largas, pedir más a menudo que les hagan lo que les gusta en la cama, elogiar a su pareja tras el acto, probar nuevas posiciones, intercambiar palabras eróticas y expresar su amor durante el coito.

  1. A los hombres les sirve como escudo contra el cáncer de próstata.

Parece el típico argumento de adolescente, pero es cierto: masturbarse al menos 21 veces al mes puede ayudar a reducir un 33% las probabilidades de sufrir cáncer de próstata. Los investigadores realizaron el seguimiento de 30.000 hombres durante casi 20 años para llegar a estas conclusiones.

  1. Es bueno para la salud.

La masturbación también ha demostrado producir beneficios en la salud tanto de hombres como de mujeres. Aparte de reducir el riesgo de cáncer de próstata en hombres, sirve para reducir la tensión arterial y para relajarse.

  1. No conlleva ningún riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual ni de embarazos indeseados.

El sexo está muy bien, pero siempre hay que acordarse de tomar precauciones, ya que puede acarrear sus riesgos. En cambio, con la masturbación tienes la seguridad de que estás a salvo.

FUENTE: www.huffingtonpost.es