USO DEL PRESERVATIVO
Según el estudio Rin2 “Sexo, alcohol y anticoncepción entre las jóvenes de España”, realizado mediante un cuestionario a 3.163 mujeres de entre 18 y 29 años, que representa una población de 3.584.923 españolas, a través de un muestreo estratificado por comunidades autónomas.
Un 30 % de las jóvenes españolas que mantienen relaciones sexuales sin utilizar métodos anticonceptivos lo hacen tras haber consumido alcohol, en el caso de Euskadi el porcentaje se eleva hasta el 47,3%. El 41% de las encuestadas reconoce que haber bebido influyó para no utilizar un método anticonceptivo durante la relación sexual, una influencia que aumenta hasta un 46% entre las jóvenes de 18 y 20 años. Además, seis de cada diez consideran que beber elimina “mucho” y “bastante” las barreras para practicar sexo.
Por otro lado, el 60% de las mujeres que tienen un embarazo no deseado afirma usar preservativo, lo que quiere decir que lo utilizan mal, y el alcohol es uno de los factores que influyen en ello. Muchas parejas se lo colocan cuando el hombre está a punto de eyacular, habiendo realizado penetración sin ningún tipo de protección. Otras personas no creen que en el sexo oral sea necesario el uso del preservativo, algo erróneo ya que esa también es una práctica de riesgo. Lo mismo ocurre con la penetración anal: aunque no hay percepción de ello, constituye una práctica de riesgo de transmisión de enfermedades de transmisión sexual.
Al no utilizar ningún tipo de protección, el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual es altísimo, y la población no es consciente del daño que pueden provocar en su salud. No hay que olvidar que algunas de estas enfermedades no tienen cura, puede que sean crónicas (para toda la vida) o también hacer que te vayas al otro barrio.
Tampoco las usuarias de la píldora son conscientes de que el alcohol puede inducir al olvido de la toma, a desajustes horarios o al vómito, todos ellos factores que influyen en la pérdida de eficacia de este método.