Algunas preguntas (y respuestas) sobre la eyaculación femenina

¿De dónde sale? ¿Es orina? ¿Puedo provocarlo? La eyaculación femenina es la expulsión de un líquido vaginal que les ocurre a algunas mujeres antes o durante el orgasmo. Pero el acto en sí está lleno de preguntas y mitos.

La primera vez que Gilly, de 41 años, tuvo una eyaculación con chorro, quedó fascinada.

«Me impresionó. Fue algo increíble, como una liberación. Hasta tomé una foto de la mancha húmeda que había dejado para asegurarme de que de verdad había experimentado eso».

A Tash, de 26 años, la experiencia la dejó un poco más preocupada.

«Estaba usando mi vibrador y sentada de espaldas a la puerta de mi habitación, en caso de que alguien quisiera entrar. De repente, salió un chorro y me asusté pensando que me había meado encima».

 

«Fue una sensación muy extraña. Me asusté un poco y sentí vergüenza porque no entendía lo que acababa de pasar. Limpié la moqueta y después me fui directa a Google».

La eyaculación a lo largo de la historia

Sabemos desde hace tiempo que algunas mujeres pueden producir con sus genitales cantidades notables de líquido. En algunos casos, durante la excitación sexual y/o el orgasmo la expulsión se produce con tanta fuerza que pareciera un chorro de agua.

Ya el griego Hipócrates y el mismo Kamasutra hacían referencia en sus escrituras al «semen» femenino.

El médico griego pensaba que este líquido ayudaba a crear niños. El manual indio sobre sexualidad contenía una descripción detallada de cuándo debería esperarse y por qué.

En el siglo XVII, el anatomista holandés Regnier de Graaf escribió un innovador tratado sobre los órganos reproductivos femeninos. En él hay una descripción del líquido y lo vincula a una zona erógena dentro de la vagina que se parece mucho a la próstata masculina, explica el texto.

Pero todavía no está claro cuántas de nosotras somos realmente capaces de tener una eyaculación de este tipo. Con chorro incluido.

Estudios recientes estiman que entre un 10% y un 54% de mujeres la han experimentado.

Además, un estudio realizado en 2013 en el que participaron 320 personas demostró que la cantidad eyaculada puede variar de los 0,3 ml a más de 150 ml. Eso es desde unas pocas gotas a una taza entera.

Este amplio espectro de resultados se debe en parte a las diferencias en la forma en la que se realizan los estudios y las definiciones; pero muchos especialistas ven la eyaculación femenina y el chorro propiamente dicho como dos cosas diferentes.

Es un tema muy controvertido que, a medida que se va conociendo más el cuerpo femenino, se van descubriendo más detalles.

Vamos con algunas preguntas (y sus respuestas).

¿Es orina?

Una de las preguntas más importantes que rodean a la eyaculación femenina es si el misterioso fluido producido es simplemente orina. Y lo cierto es que el resultado de algunos estudios, aunque pequeños, apuntan a que podría tratarse de simplemente eso: pis.

Durante una investigación realizada en 2014, se pidió a una muestra de mujeres que acudieran al baño antes de tener relaciones sexuales y después se hicieran una ecografía para demostrar que sus vejigas estaban vacías.

Una vez las mujeres habían experimentado una excitación sexual, un segundo ultrasonido mostró que sus vejigas se habían llenado de manera significativa.

Y finalmente, en una tercera exploración después de haber eyaculado se pudo ver que estaban nuevamente vacías, sugiriendo que el líquido que habían liberado provenía de esta fuente y que, al menos en buena parte, se trataba de orina.

«El líquido expulsado probablemente se origina en la vejiga, ya que no hay ninguna otra estructura dentro de esa área de la anatomía femenina que sea capaz de contener tanto líquido, o propulsarlo con tanta fuerza», afirma el farmacéutico Abbas Kanani.

«Durante el orgasmo, los músculos se relajan y dificultan la retención de orina, por lo que se libera a través de la uretra».

Pero muchos otros investigadores piensan que es incorrecto descartar que la eyaculación femenina sea un proceso tan sencillo.

Un análisis científico de los fluidos liberados por las mujeres en otro estudio realizado por la sexóloga estadounidense Beverly Whipple a principios de los años 80 (y al que luego siguieron otros de más científicos) descubrió que la urea y la creatina (constituyentes químicos de la orina) aparecían, pero en niveles muy bajos.

También detectaron sustancias adicionales que normalmente no se espera estén en un el pis.

Uno de estos fue el antígeno prostático específico, o PSA, por sus siglas en inglés.

En los hombres, la próstata es la encargada de producir PSA.

El miedo a mojar

El cuerpo de una mujer también contiene prostático en estructuras conocidas como glándulas de Skene o glándulas parauretrales, que se encuentran en la pared frontal de la vagina.

Algunos estudios muestran que el drenaje se produce a través de esos conductos hacia el extremo inferior de la uretra. Hay incluso especialistas que ahora creen que estas glándulas desempeñan un papel crucial para ayudar a crear el líquido que se libera durante la eyaculación.

«Los diferentes niveles de desarrollo y tamaño de estas glándulas entre distintas personas pueden explicar parcialmente por qué algunas mujeres experimentan eyaculaciones notables mientras que otras no», dice la educadora sexual Samantha Evans.

«Pero el miedo psicológico de mojarse uno mismo es lo que impide que muchas no experimenten estos chorros, más allá de tratarse de un obstáculo físico. El líquido que sale tiende a ser claro, no amarillo, y no tiene el mismo olor o sabor que el de la orina. Como exenfermera, he tratado muchas veces con orina y no creo que sean lo mismo».

Anecdóticamente, decenas de mujeres que eyaculan están de acuerdo.

«Ha habido veces en los que tenido una eyaculación y después sigo necesitando hacer pis», reflexiona Hazel, de 30 años.

«Mi líquido es incoloro, incluso si estoy bastante deshidratada, pero el de mi chica tiene un ligero tono anaranjado», agrega Rashmi, de 25 años.

Algunos científicos han llegado a sugerir que la eyaculación puede tener un propósito más allá del placer: hacer que las mujeres orinen sin dolor después del sexo.

Otros han planteado la hipótesis de que el líquido eyaculado podría tener como función expulsar bacterias dañinas de la uretra que hayan podido llegar allí durante el coito, ayudando a prevenir infecciones en el tracto urinario.

Pero, si el cuerpo expulsa un líquido, si tiene o no beneficios o si se trata el chorro en cuestión, ¿debería tener tanta importancia si es algo que hace que una mujer se sienta bien?

¿Cómo se consigue?

Muchas mujeres que eyaculan dicen que lo que les provoca el chorro es estimular el punto G: un área de unos 5 a 8 cm dentro de la vagina.

Está en la pared frontal (hacia el ombligo, no la espalda) y, a veces, se siente un poco más áspero o con una textura como de carne circundante.

En lugar de tener una forma anatómica discreta, el punto G es más bien un área en la que se pueden masajear las glándulas de Skene, junto con partes internas y ocultas del clítoris.

El clítoris es, en efecto, como un iceberg: la capucha y la cabeza que se pueden ver en la parte externa del cuerpo son simplemente la punta de un órgano mucho más grande que se extiende hacia abajo y alrededor de la vagina.

«Hago que mi compañero frote mi punto G con los dedos, con un movimiento de «ven aquí » a la vez que le pido que presione de forma firme», dice Saffron, de 34 años.

«Los juguetes sexuales marcadamente angulares hacen que sea más fácil para mí lograr el mismo efecto cuando me masturbo».

«Si sigo usando mi vibrador después de haber alcanzado el clímax, eso puede hacerme expulsar líquido a chorros», revela Daphne, de 23 años.

«Sin embargo, es una sensación intensa, casi diría abrumadora; ¡Siento como si me fuera a mear encima, pero después es tan primitivo y liberador!»

¿Otros consejos?

Pon una toalla abajo primero. Y, como todos estamos hechos de manera diferente, recuerda que no a todos les gusta este tipo de estimulación. De hecho, algunas consideramos que la búsqueda del punto G es incómoda, asegúrate de experimentar por tu placer propio, no porque sientas algún tipo de presión para eyacular.

¿Todas las mujeres tienen que eyacular?

Algunas mujeres sienten que deben responder a las expectativas de expulsar un chorro de líquido como si se tratara de las cataratas del Niágara.

Es la imagen que puede haber dejado el porno en algunas personas.

«He conocido a chicos que piensan que las chicas pueden producir chorros a demanda por lo que han visto en las películas para adultos», dice Tash.

Una búsqueda de «squirt» (o eyaculación femenina) en uno de los sitios de pornografía más grandes de internet obtiene más de 110.000 resultados. Eso sí, la página informa que son las mujeres las que más buscan este tipo de contenido.

¿Se trata de investigación? ¿Curiosidad?

Las propias actrices porno aseguran que cada vez se ha vuelto eyacular en cámara se ha vuelto un requisito cada vez más frecuente.

Silvia Saige lleva trabajando en la industria pornográfica cuatro años y dice: «Cada vez se pide más, y la carrera de una mujer puede beneficiarse mucho económicamente si es capaz de producir chorros».

«No me contratan para trabajos específicamente sobre eyaculación porque no es algo que pueda garantizar que me vaya a suceder».

Otras actrices dicen lo mismo. No están seguras de lograrlo en el momento adecuado así que suelen beber mucho o usan duchas vaginales para llenarse de agua y después, mediante la contracción de los músculos vaginales, pueden simularlo.

Eso es lo que, muchas veces, ven los espectadores en la pantalla. Y si uno trata de que ocurra lo mismo en casa puede llevarse una desilusión.

Hay mujeres que también sienten que deben ser como unas mangueras de alta presión porque ellas o sus parejas creen erróneamente que el chorro es algo «superior» a otros orgasmos y la certeza de haber conseguido una especie de trofeo de índole sexual.

«Algunas personas ven la eyaculación femenina como el Santo Grial del placer sexual», dice Karen Gurney, psicóloga clínica.

«Esto refleja nuestra relación histórica con el sexo como sociedad: a menudo lo basamos en objetivos; algo que debemos conseguir o una habilidad a practicar en lugar de que sea algo con lo que experimentemos y disfrutemos».

Miedo y vergüenza

Pero mientras algunas personas persiguen desesperadamente conseguir cascadas porque las han visto en películas XXX y creen que les hace ser mejores amantes, otras muchas mujeres se contienen o sienten cohibidas cuando les ocurre por una cuestión de estigma y miedo.

«He conocido a mujeres que se sienten profundamente avergonzadas porque les pase esto. Sienten que no es normal y tienen la sensación de que las parejas se sorprenderán o perderán la excitación», reflexiona Karen.

«Tienen miedo de que sus amantes piensen que se han meado y, lamentablemente, esto puede aumentar la angustia y la vergüenza que algunas mujeres ya sienten por su cuerpo y su sexualidad».

Entonces, ¿cuál es la lección? No hay nada de malo en la eyaculación femenina. Al igual que no hay nada malo en no experimentarla.

Una experiencia sexual más húmeda no es necesariamente mejor ni peor.

Es mejor acercarse a esta experiencia, como a otras, con una mente abierta, desde el punto objetivo de la diversión, libre de obligaciones o estigmas.

FUENTE: bbc.com