Según estudios existen tres razones por las cuales la actividad sexual es probablemente el mejor tratamiento para la cruda.

Sobre la relación que existe entre el sexo y el alcohol se ha dicho de todo durante mucho tiempo. Diversos estudios sostienen que ambas cosas son incompatibles, ya que las bebidas alcohólicas, aunque ayudan al ser humano a desinhibirse y disfrutar más, pueden atentar contra la salud sexual.

Sin embargo, nuevas investigaciones apuntan hacia la dirección opuesta y señalan que puede existir otra relación entre el sexo y el alcohol: la resaca. Según el escritor inglés Kingsley Amis, existen tres razones por las cuales el sexo es probablemente el mejor tratamiento para la cruda. Veamos:

  1. Es antidepresivo. Mientras el alcohol es depresivo, el sexo tiene un efecto totalmente contrario. La razón es sencilla: la actividad sexual genera un cóctel de neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, como por ejemplo la oxitocina, llamada hormona del amor, y  hasta la serotonina,responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo.
  2. Es un buen ejercicio. Para la cruda una buena opción es sudar un poco ya que el sudor ayuda a limpiar al cuerpo de las toxinas acumuladas. Asimismo, existen estudios que demuestran que el sexo es mejor cuando se tiene el hábito del ejercicio, ya que fortalece el cuerpo y potencia muchos aspectos de la vida.
  3. Es bueno para tu sistema inmune. Según el sitio Web Med, dos de los principales beneficios físicos de los encuentros íntimos son que mantiene en mejor estado el sistema inmune y sirve como un analgésico que suprime el dolor. Por eso cuando se ha tenido una noche de excesos lo mejor es apostar al calor de la pareja.

FUENTE: www.mundodiario.com

Beber menos alcohol es uno de los propósitos de Año Nuevo más recurrentes entre las personas que quieren mejorar su salud.

Además de ayudar al bolsillo, tiene un impacto positivo para nuestro cuerpo, tanto inmediato como a largo plazo.

Según el servicio de salud pública de Reino Unido (NHS, por su sigla en inglés), entre los efectos inmediatos que puedes notar al reducir el consumo de alcohol están:

  • Encontrarte mejor por las mañanas
  • Sentirte menos cansado durante el día
  • Sentirte más en forma
  • Perder peso o dejar de ganarlo

Pero a largo plazo tu salud también puede beneficiarse de estos 4 cambios:

1. Mejora el sueño

Aunque beber alcohol puede ayudar a una persona a quedarse dormida rápidamente, también puede interrumpir más la segunda fase de sueño más profundo.

Una revisión de estudios de 2013 publicada en la revista científica Alcoholism sobre el impacto del consumo de alcohol en el sueño nocturno, concluyó que «cualquier dosis de alcohol causa una reducción en el período de latencia antes del inicio del sueño, una primera mitad del sueño más consolidada y un aumento de la interrupción del sueño durante la segunda mitad».

«Reducir el consumo de alcohol debería ayudarte a sentirte más descansado cuando te levantas», dice el NHS.

2. Un sistema inmunológico más eficaz

Beber en exceso debilita tu sistema inmunológico, haciendo que tu cuerpo sea más vulnerable ante las enfermedades.

Según el NHS, quienes beben en exceso tienden a contagiarse de más enfermedades infecciosas.

Esto se debe a que el exceso de alcohol interrumpe la producción de citocinas, que son agentes responsables de la comunicación intercelular y son clave para que el cuerpo se pueda defender de infecciones.

Según un informe del Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo (National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism), de Estados Unidos, una producción más lenta de citocinas puede reducir tu capacidad para combatir infecciones hasta 24 horas después de haber estado borracho.

3. Puede mejorar tu estado de humor

Según el NHS, hay un fuerte vínculo entre el abuso del alcohol y la depresión y las resacas con frecuencia hacen que las personas se sientan ansiosas y en un estado de humor bajo.

Si ya tienes ansiedad o tristeza, beber puede empeorar esos sentimientos, así que reducir el consumo puede ponerte en general de mejor humor, dice el NHS.

4. Puede mejorar el aspecto de tu piel

Algunas personas pueden notar mejorías en el aspecto de la piel inmediatamente después de reducir el consumo de alcohol o a largo plazo.

Según la Asociación Estadounidense de Dermatología, el alcohol es malo para la piel: «La deshidrata y con el tiempo la daña. Eso puede hacer que tengamos un aspecto más envejecido».

¿Cuánto es demasiado?

En Reino Unido, la agencia de salud pública recomienda un máximo de 14 «unidades» de alcohol a la semana tanto para hombres como para mujeres.

El gobierno determina que una «unidad» de alcohol es equivalente a 10 mililitros de alcohol puro, es decir, que el máximo semanal recomendado en ese país equivale a unas diez copas pequeñas de vino.

FUENTE: www.bbc.com

El alcohol afecta a todo tu organismo, pero muchos ignoran que la piel es una de las víctimas inesperadas.

El alcohol es un enemigo inesperado para toda tu piel. Sabemos que afecta a todo el organismo, pero es prácticamente desconocido los daños que puede causarle a la piel y que se reflejan principalmente en la cara. Puede causar el envejecimiento prematuro,  aparecer acné y te deshidratas, por lo que la piel pierde muchos de los nutrientes que necesita.

Hay tipos de alcoholes que hacen más daños que otros y nosotros te presentamos cuáles son los siete más peligrosos:

> Cerveza: contiene sal y esto puede ser peligroso, pero no es el peor de todos. Mientras se beba despacio, los efectos deshidratantes serán menos peligrosos.

> Vino blanco: este alcohol tiene altas cantidades de azúcar, por lo que tu piel se deshidratará rápidamente, causa envejecimiento y puede causar daños celulares.

> Vino tinto: esta bebida es una de las preferidas de los españoles, pero cuidado, porque es la que mayormente enrojece la piel.

> Mojito: tiene altos contenidos de azúcar lo que resulta en acné y arrugas.

> Tequila: tiene propiedades negativas para la piel, pero no es tan mala como los vinos.

> Margaritas: contiene altos niveles de azúcar y sal, siendo capaz de envejecer la piel.

> GinTonic: pasa lo mismo que con el tequila. Es un alcohol “bueno” que puede ser consumido tranquilamente, pero si se liga con otros alcoholes dulces, las cosas pueden cambiar.

Ya conoces cuáles debes evitar, así que estas navidades, sé cuidadoso.

FUENTE: www.mundodiario.com

Se ha celebrado el primer congreso internacional en Galicia sobre cannabis. El contraste entre la percepción pública de esta droga (considerada inocua por algunas personas) y la contundencia de la ciencia es notable cuando se trata de advertir sobre sus riesgos.

¿Cómo actúa el cannabis? El cuerpo humano es un circuito eléctrico andante, conectado por interruptores que son como cerraduras que se activan al introducir la clave correcta: los neurotransmisores. El cannabis contiene una molécula en forma de dos de estas claves: es decir, encaja en algunas de las cerraduras naturales de ese circuito eléctrico y lo hace funcionar de manera anormal. De ahí vienen los efectos del cannabis en el funcionamiento de nuestro cerebro. Afortunadamente, no interfiere con las cerraduras del bulbo raquídeo, que controlan el corazón y la respiración, de modo que no se muere debido a una sobredosis de cannabis (de ahí la falsa sensación de inocuidad). Algo también evidente en los estudios científicos es que afecta más a unas personas que a otras. Para ciertas variantes genéticas, el consumo de cannabis en la adolescencia multiplica hasta por siete el riesgo de trastornos psicóticos y por más de dos el de esquizofrenia antes de los 26 años.

Es necesario decir que existen algunas aplicaciones terapéuticas, para ciertas enfermedades y solo bajo prescripción médica. La prescripción se receta en píldoras, aceites o aerosoles, pero nunca se fuma. Al fumar un porro, los llamados terpenos se queman, que son como el alquitrán de los pitillos y causan daños a nuestros pulmones. Tengámoslo claro: el porro es más peligroso que el ya peligroso pitillo.

FUENTE: www.lavozdegalicia.es

Hasta ahora, el estudio sobre los efectos de la marihuana en la satisfacción sexual había arrojado resultados mixtos.

La relación entre el consumo de marihuana y la actividad sexual aún no está clara, pero un gran estudio dirigido por el investigador Michael Eisenberg, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en California (EE. UU.) sugiere con contundencia que el consumo regular de cannabis puede aumentar el deseo sexual. Los hallazgos han sido publicados en la revista The Journal of Sexual Medicine.

«El uso de marihuana es muy común, pero su uso a gran escala y su asociación con la frecuencia sexual no se ha estudiado mucho de una manera científica», comenta Eisenberg.

En investigaciones anteriores, los experimentos con ratas descubrieron que el compuesto activo de la marihuana genera fluctuaciones en el deseo sexual. Sin embargo, estudios más recientes sugieren que los endocannabinoides aumentan la excitación sexual en las mujeres, y que la droga mejora la experiencia sexual tanto para hombres como para mujeres.

Con el fin de obtener una mejor comprensión del impacto de la marihuana en la función sexual, los expertos examinaron los datos de la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar, una investigación a gran escala llevada a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre fertilidad, maternidad, vida familiar, matrimonio, divorcio y hombres y la salud de la mujer.

Estudiando el uso de marihuana y la frecuencia sexual

La encuesta incluía preguntas sobre la frecuencia de las relaciones sexuales y el uso de marihuana. Más específicamente, 28.176 mujeres heterosexuales y 22.943 hombres heterosexuales fueron interrogados acerca de cuántas veces habían tenido relaciones sexuales en las últimas 4 semanas, así como con qué frecuencia habían consumido marihuana en los últimos 12 meses.

Los participantes tenían entre 25 y 45 años, las mujeres 29,9 años de media y los hombres con 29,5 años de edad, en promedio. Los investigadores incluyeron datos que se habían recopilado desde 2002 y ajustaron los posibles factores de confusión como el consumo de otras drogas como la cocaína o el alcohol.

En general, el 24.5% de los hombres y el 14.5% de las mujeres afirmaron haber consumido marihuana en los últimos 12 meses. Los expertos notaron una asociación entre la frecuencia con que las personas fumaban marihuana y la frecuencia con la que tenían relaciones sexuales. Más específicamente, las personas que consumían marihuana tenían un 20% más de sexo que las que no lo usaban, y esto se aplicaba a ambos sexos.

Las mujeres que se abstuvieron de consumir marihuana en el último año informaron haber tenido relaciones sexuales seis veces, de media, en las últimas 4 semanas, mientras que para las usuarias de marihuana, este número fue de 7,1 veces.

Los hombres que se abstuvieron de consumir marihuana tuvieron relaciones sexuales 5,6 veces en las últimas 4 semanas, mientras que los hombres que consumieron la droga diariamente tuvieron relaciones íntimas una media de 6,9 veces en este tiempo.

«La tendencia general que vimos se aplicó a personas de ambos sexos y todas las razas, edades, niveles de educación, grupos de ingresos y religiones, todos los estados de salud, ya sea que estuvieran casados o solteros y tuvieran o no hijos», explica Eisenberg.

A pesar de estas fuertes asociaciones, los autores advierten que este estudio no prueba la causalidad. «No dice que si fumas más marihuana, tendrás más relaciones sexuales», señala.

Sin embargo, el mensaje general de esta investigación es claro: «El uso frecuente de marihuana no parece afectar la motivación o el rendimiento sexual. En todo caso, se asocia con una mayor frecuencia del coito», concluye Eisenberg.

FUENTE: www.muyinteresante.es

El tipo de alcohol que consumes determina tu estado de ánimo, según un estudio internacional.

Se formuló en 11 idiomas diferentes, con participantes de 21 países de todo el mundo. Los resultados revelan que ciertos tipos de bebidas parecen estar vinculados a emociones particulares.

Por ejemplo, casi el 53% de los participantes dijo que beber vino tinto los hacía sentir relajados, una emoción que también estaba relacionada con la cerveza en casi el 50% de los participantes y el vino blanco en casi un 33%. Por el contrario, las bebidas de alta graduación se relacionaron con sentimientos de confianza en más de la mitad de los encuestados, de energía en más del 58% y también aquellos relacionados con la sensualidad en algo menos del 42%.

Sin embargo, los este tipo de bebidas también tenían más probabilidades de estar vinculados con sentimientos negativos, incluido el llanto, con casi el 48% de los participantes relacionando esas sensaciones con el malestar y casi el 30% con la agresividad. Mientras tanto, más del 60% de los participantes dijeron que relacionaban el vino tinto con el cansancio.

Este informe es importante porque según afirma su coautor, Mark Bellis miembro del Sistema Público de Salud de Gales «desde una perspectiva de salud pública, muchas veces nos hemos centrado en cuestiones relacionadas con el cáncer, las enfermedades cardíacas y las enfermedades hepáticas, pero un aspecto importante es el equilibrio de los resultados emocionales que las personas obtienen del alcohol».

También asegura que el entorno en el que se consumía el alcohol era un factor importante que el estudio trató de tener en cuenta al preguntar sobre si sus participantes bebían dentro o fuera de la casa. «Por ejemplo, los jóvenes a menudo consumen bebidas de alta graduación en sus salidas nocturnas, mientras que el vino lo pueden beber más en casa, con una comida». Lo que lleva a concluir que «alguien que quiera relajarse puede elegir tomar una cerveza o una copa de vino».

Por eso, este estudio destaca la importancia de comprender por qué las personas eligen beber ciertas bebidas alcohólicas y qué efecto esperan que estas tengan sobre ellas.

Aunque tomar algunas bebidas puede tener alguna consecuenca agradable en el comportamiento de las personas, los investigadores esperan que sus hallazgos ayuden a resaltar los peligros del consumo de alcohol generalizado. Y es que las personas acumulan tolerancia al alcohol con el tiempo y pueden terminar bebiendo más para sentir los mismos efectos positivos que disfrutan cuando consumen un tipo determinado.

FUENTE: www.abc.es

Un estudio firmado por varias universidades europeas afirma que unas copitas (no muchas) nos ayudan a hablar en cualquier idioma que no sea el nuestro

Toda la vida creyendo que el alcohol acababa con nuestra capacidad de concentración y dinamitaba nuestra memoria y ahora resulta que, lejos de eso, estimula nuestro cerebro y nos ayuda a hablar en cualquier idioma que no sea el nuestro. Evidentemente, la idea no es ponerse ciego de cubatas y luego lanzarse al bilingüismo, sino tomar solo un poco, lo justo para que nos suelte la lengua sin que llegue a trabárnosla.

Eso es al menos lo que asegura un estudio realizado por la Universidad de Liverpool, el King’s College y la Universidad de Maastricht. Los analistas convocaron a un grupo de 50 alemanes que acababan de aprender a hablar, leer y escribir en holandés después de darles a algunos de ellos un par de chupitos. Más tarde los dejaron -a todos- con unos cuantos súbditos del rey Guillermo y los invitaron a hablar largo y tendido. Finalizado el encuentro, los holandeses, que no sabían quiénes andaban alegres y quiénes no, debían evaluar la entrega y el nivel de cada uno. El resultado fue incontestable: los alemanes que habían ingerido alcohol obtuvieron notas más altas, especialmente en la categoría de pronunciación.

«Nuestro estudio muestra que el consumo de alcohol puede tener efectos beneficiosos en la pronunciación de una lengua extranjera en gente que ha aprendido recientemente un idioma», concluye Inge Kersbergen, coautora del estudio e investigadora del Instituto de Psicología, Salud y Sociedad de la Universidad de Liverpool, desde donde no han tardado en recordar que el consumo, en cualquier caso, debe ser moderado, y que los alemanes que hicieron de conejillos de indias habían tomado aproximadamente 470 ml de cerveza (poco más de un vaso).

Lo que dice la ciencia

No es la primera vez que alguien defiende científicamente los beneficios de echar un trago de vez en cuando. Muchos especialistas mantienen que el consumo moderado diario -dos o tres copas de vino al día los hombres y una o dos las mujeres- reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares; que beber moderadamente vino y cerveza protege el corazón y nuestra salud neuronal y ósea, y que los polifenoles del vino tienen propiedades claramente anticancerígenas, aportan beneficios antiinflamatorios y antienvejecimiento y ayudan a prevenir los problemas gástricos, además de mejorar la respuesta inmunitaria ante determinadas enfermedades infecciosas. Vamos, que tenemos la panacea a todos los males en el mueble bar.

Los más entusiastas -según refleja un reciente informe publicado por la web Made Man- añaden a esa interminable lista de supuestas bendiciones la idea de que los bebedores moderados tienen menores tasas de absentismo laboral; que un estudio finlandés demostró que las personas que no beben, o beben mucho, estuvieron ausentes del trabajo en torno a 1,2 veces más que aquellos que lo hacen de manera contenida. Y, ya puestos, que éstos son mucho más astutos y rápidos.

Sí parece ser cierto, según un informe publicado por la revista científica ‘Science News’, que un poco de alcohol fomenta la creatividad. En este caso los investigadores sometieron a una sesión de dibujos animados a 20 personas, a algunas de las cuales habían animado previamente con un poco de vodka. Una serie de pruebas mientras visionaban los dibujos les llevaron a la conclusión de que los bebedores eran capaces de contestar las preguntas adecuadas alrededor de cuatro segundos más rápido que los no bebedores.

Todos estos estudios, sin embargo, pueden ser contestados con otros tantos (o más) que dicen exactamente lo contrario. Para arrojar luz sobre el asunto, el mundo científico analiza con detalle todo lo que tiene que ver con el tema, especialmente después de que científicos de la Universidad de California (UCLA) demostraran que una pequeña cantidad de alcohol duplica la esperanza de vida de los gusanos pequeños.

Dicho esto, ahí va lo que sí parece un hecho incontestable: el control del consumo de bebidas alcohólicas es una de las prioridades en el ámbito de la salud pública mundial. Y es que, a pesar de que sólo la mitad de la población lo consume, el alcohol es a escala global la tercera causa de enfermedad y de muerte prematura, después del bajo peso al nacer y el sexo sin protección. En Europa, además, es también el tercer factor de riesgo en relación con la salud y la mortalidad, por detrás sólo del tabaco y la hipertensión arterial. Vamos, que igual conviene seguir acudiendo a clase de inglés hasta que sea el conocimiento lo que nos suelte la lengua.

FUENTE: www.diariovasco.com

Son la primera causa de los contagios de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados

El juego el muelle, serosorting, fuck of death, Chemsex o stealthing son algunas de las prácticas sexuales peligrosas que pueden dar lugar a embarazos no deseados y al contagio de enfermedades de transmisión sexual, según advierten los expertos.

A pesar de que existen infinidad de formas de buscar y alcanzar el placer, ya que la imaginación y la creatividad son infinitas, cada vez resulta más común encontrar prácticas sexuales en las que la salud corre peligro. «Innovar en el terreno de las relaciones sexuales juega un papel fundamental para tener un sexo pleno y satisfactorio. Sin embargo, la línea entre el placer seguro y el riesgo de infección es fina, por lo que determinadas prácticas pueden acarrear riesgos para nuestra salud», explican los expertos.

Prácticas de alto riesgo

Estas prácticas ponen en peligro la salud de quienes las realizan, principalmente porque la mayoría evitan usar métodos anticonceptivos como el preservativo, pero no es éste el único motivo. La combinación de drogas, sexo y falta de precaución da lugar a un peligroso cóctel, especialmente en el caso de los más jóvenes. En la actualidad, se han extendido las siguientes prácticas sexuales de riesgo:

El juego del muelle.

Este ‘juego’ consiste en que varios jóvenes se sientan desnudos, mientras un grupo de chicas son penetradas durante 30 segundos por cada uno de los participantes hasta que sólo queda uno. El mayor peligro de esta práctica reside en que el uso del preservativo no se encuentra entre las reglas, por lo que existe un alto riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, así como que alguna de las chicas se quede embarazada.

Bareback y Serosorting.

El bareback es un tipo de práctica sexual de riesgo entre homosexuales que se lleva a cabo sin utilizar preservativos. Dentro de esta nueva corriente existe otra alternativa, el ‘serosorting’, en el que se busca personas que no están contagiadas para mantener relaciones sexuales sin el uso de preservativo. Esta misma práctica también se da entre personas seropositivas. Finalmente, la vertiente más extremista de esta práctica sexual, el ‘Fuck of death’, consiste en personas que buscan mantener relaciones sexuales para ser contagiados.

Chemsex.

Son fiestas en las que las drogas y el sexo (grupal) van de la mano. La desinhibición llega a tal punto que algunos participantes llegan a realizar prácticas de ‘slamming’ o ‘slamsex’, es decir, comparten jeringuillas para drogarse mientras practican sexo. Esta es sin duda una de las más peligrosas para la salud, ya que puede suponer no solo el contagio del virus del sida, sino también el de la hepatitis. Las cifras son alarmantes, ya que según los últimos estudios alrededor del 47% de los diagnósticos de VIH en España se producen a través de esta práctica.

Stealthing.

Es la práctica de quitarse el preservativo durante las relaciones sexuales sin que la pareja sexual sea consciente de ello, por lo que tampoco da su consentimiento. Evidentemente, uno de los mayores riesgos de este tipo de práctica sexual son los embarazos no deseados. Según los últimos de estudios de Lelo, cada año se producen más de 250.000 no deseados en nuestro país.

FUENTE: www.mujerhoy.com

Existen muchas formas de “atacar” una resaca siguiendo ciertos hábitos.

La resaca es un cuadro de malestar general que se padece tras un consumo excesivo de bebidas alcohólicas, aunque no lo suficiente para llegar al coma profundo.

Entre los síntomas de la resaca están la amnesia ligera o pérdida de la memoria de lo ocurrido durante el episodio etílico; alteraciones gástricas: vómitos, casi siempre, y más raramente diarrea; dolor de cabeza; sed intensa; dolor abdominal y muscular; posibles flatulencias; y embotamiento nervioso.

Para evitar esto, sigue las siguientes recomendaciones:

1.Nunca bebas con el estómago vacío: sin embargo, los lácteos son recomendados. Según el nutricionista Kerry Torrens, «la leche y el yogur son excelentes protectores estomacales, así que si no vas a poder comer mucho por la noche, merienda un bol de plátano y yogur, bébete un tazón de leche con cereales o come un poco de queso y galletas antes de la aventura».

2. Evita o limita las bebidas alcohólicas burbujeantes como los vinos espumosos o los cockatils con champán o cava. Las burbujas aceleran la absorción de alcohol.

3. Evita las bebidas alcohólicas más oscuras, como el brandy o el whisky. Tienen un nivel más alto de compuestos llamados congéneres, los cuales se producen en el proceso de fermentación y destilación.

4. En un momento de la noche, parar de beber alcohol y cambiar por agua. Esto hará que la llegada a casa sea mejor y el despertar menos doloroso.

5. Tras una noche de copas, beber agua no es la única solución. Puedes sustituirla por agua de coco, bebidas deportivas o isotónicas. El doctor Torrens recomienda “disolver una cucharada de azúcar y otra de sal en medio litro de agua, e ir bebiendo poco a poco a lo largo de la mañana”.

6. Evita la cafeína. Si quieres recuperar tus niveles de hidratación deberás esperar a tomarte el ansiado café.

7. Come. La mejor forma de quitar esa resaca es sustituir las vitaminas y los minerales que tu cuerpo ha perdido con un buen desayuno. Torrens recomienda “unas tostadas integrales con huevos revueltos, unos tomates asados y champiñones, sumado a un buen vaso de zumo de naranja”.

8. Querer cortar el dolor con aspirinas o ibuprofeno pueden fastidiarte el estómago.

FUENTE: www.mundodiario.com

La culpa es del cerebro.  Según la ciencia ambas adicciones tienen mecanismos cerebrales comunes que aumentan el placer y por eso, se llevan tan bien juntos.

Que la nicotina y el alcohol son adictivos no es un secreto. Que ambas sustancias van de la mano tampoco lo es. Seguramente te has preguntado alguna vez porque cuando bebes las ganas de fumar aumentan, creyendo tal vez que se trata de un fenómeno extraño e individual. Pero no. La realidad es que este hecho es común en la mayoría de los consumidores de bebidas alcohólicas y cigarrillos y la razón no es otra que una jugada del cerebro. Según la ciencia, ambas sustancias aumentan el placer en el organismo y es por eso que se llevan tan bien.

Un estudio desarrollado por un grupo de investigadores del Colegio Baylor de Medicina en Houston, Texas, ha revelado que el tabaco y la nicotina aumentan el consumo de bebidas alcohólicas, en especial si se empieza a fumar desde la adolescencia. Esto ocurre principalmente porque, por separado, ambas sustancias aumentan de forma exagerada la liberación de dopamina (hormona de la felicidad), pero cuando se consumen al mismo tiempo, los adictivos producen interferencias entre sí. En ese sentido, la nicotina se impone al alcohol y hace que la respuesta placentera por parte del cerebro ante el licor sea menor, por lo que necesita una mayor dosis para conseguirla.

Otra de las razones por las que las sustancias comulgan en par es que el alcohol acelera el proceso de metabolización de la nicotina, tal como explica un informe del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo español: “Al beber alcohol, la nicotina se descompone más rápidamente en el organismo y el cerebro pide más; así que se fuma más”.

A esto hay que sumarle lo que en el campo de la psicología se conoce como condicionamiento clásico, un acto que expone que, básicamente, si dos cosas suelen ocurrir juntas, el cerebro acaba asociándolas. En nuestro contexto social es habitual fumar mientras se bebe, por eso ambas acciones terminan siendo relacionadas entre sí por el órgano motor.

Así mismo, según una investigación de la Universidad de Missouri, el tabaco contrarresta el efecto somnoliento del alcohol, hecho que podría significar otra potente causa por la que el organismo despierta la necesidad de combinar ambas drogas.

Es por todo esto que los expertos recomiendan que se suprima el alcohol cuando se pretende dejar de fumar. Sin mencionar que la mezcla del tabaco y licor es una explosiva y peligrosa combinación para la salud. Estudios médicos han revelado que, a la larga, los fumadores y bebedores tiene más probabilidad de sufrir un deterioro cognitivo del 36%, respecto aquellos que solamente beben.

FUENTE: www.mundodiario.com