Tusi, la ‘cocaína rosa’ de moda entre los jóvenes fabricada con Ketamina, MDMA y cafeína: «Cada gramo es diferente»

«Es tremendamente rentable para los traficantes, ya que se compone de sustancias mucho más baratas»

Con un color que recuerda a los polvos Tang de fresa, la droga popularmente conocida como Cocaína Rosa o tusi (una hispanización del nombre en inglés de compuesto químico abreviado por las siglas 2-CB, 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina) cuesta entre 60 y 100 euros el gramo. Sin embargo, aunque suele consumirse por la nariz, su nombre es una mera cuestión de marketing, ya que este polvo no contiene ni cocaína, ni 2-CB.

Según los análisis realizados por Energy Control gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, la droga que se vende como tusi en España suele ser una combinación de Ketamina -un anestésico de uso animal con propiedades psicoactivas que se absorbe por el hígado-, MDMA -una anfetamina sustituida que actúa como estimulante produciendo un efecto energizante y alucinógeno, distorsionando la percepción sensorial- y cafeína.

«Esto quiere decir que lo más probable cuando alguien se haga una raya de tusi es que vaya a consumir MDMA, ketamina y cafeína, pero no siempre va a ser así. También hemos encontrado otras sustancias que pueden variar desde NPS [vasodilatadores] a fármacos como el paracetamol», explican desde Energy Control.

El tusi, cuya popularidad en España comenzó a dispararse en las fiestas nocturnas celebradas durante la pandemia. Desde entonces, comenzó a ser cada vez más conocida como una droga chic -fue incautada en el polémico puti-after de Nuevos Ministerios en el que se encontraba Froilán- con unos precios que oscilan entre los 60 y los 100 euros el gramo.

Fuentes policiales explican a GRAN MADRID que se trata de una droga «muy peligrosa» y «tremendamente rentable para los traficantes, ya que se compone de sustancias mucho más baratas»: ketamina, por 45 euros el gramo; MDMA, por 40 euros el gramo; y la cafeína, con un precio inferior a los dos euros por gramo.

En este sentido, desde Energy Control advierten que «la gran variabilidad en la composición y concentraciones de las sustancias que aparecen en este tipo de producto hace que los efectos puedan ser bastante diferentes e impredecibles de una muestra a otra».

Una aleatoriedad en la composición química que, según fuentes del Hospital 12 de Octubre, se traduce en «riesgos significativos para la salud debido a las propiedades y los efectos de cada uno de sus componentes». Por un lado, cuentan que la ketamina puede causar un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, así como dañar el hígado. Por otro lado, el MDMA actúa como un potente estimulante y altera la liberación de neurotransmisores como la serotonina, provocando euforia, aumento de la sociabilidad y energía, pero también puede llevar a hipertermia, deshidratación y trastornos cardiovasculares. La cafeína, siendo también un estimulante, puede exacerbar estos efectos aumentando aún más la presión arterial y la frecuencia cardíaca, pudiendo conducir a problemas cardiovasculares,.

«La combinación de estas sustancias incrementa los riesgos para la salud, ya que la acción estimulante del MDMA y la cafeína puede ocultar los efectos sedantes de la ketamina, llevando a una sobredosificación inadvertida», cuentan. «Además», prosiguen, «la mezcla puede provocar una sobrecarga en el sistema cardiovascular y termorregulador del cuerpo, aumentando el riesgo de episodios de hipertermia, deshidratación severa y fallos orgánicos críticos».

Para un adolescente de 14 años como Rayan, que falleció el viernes pasado junto a la estación de Espartales en Getafe, los expertos en toxicología insisten en que el consumo de tusi puede ser particularmente letal. «A esta edad, el cuerpo y e l sistema nervioso aún están en desarrollo, lo que los hace más vulnerables a los efectos tóxicos de las drogas. La capacidad de metabolización del hígado y la función renal no son tan eficientes como en un adulto, aumentando el los daños a órganos vitales», explican los galenos.

FUENTE: elmundo.es