HAZ LO QUE DEBAS
Cuando tomamos una decisión, muchas veces lo hacemos de forma inconsciente, otras nos dejamos seducir por la publicidad, o también puede pasar que nos rindamos ante la presión de nuestro grupo de amig@s.
“Libertad es poder decir sí o no, lo hago o no lo hago, ésto me conviene y lo hago, ésto no me conviene y por tanto no lo quiero. Libertad es decidir, pero también es darse cuenta de que estás decidiendo. Lo más opuesto es dejarse llevar. Y para no dejarte llevar no tienes más remedio que intentar pensar al menos dos veces lo que vas a hacer… Nadie puede ser libre en mi lugar, nadie puede disuadirme de elegir y buscar por mí mism@. Entre órdenes, costumbres y caprichos tenemos que aprender a elegir por nosotros mism@s. Si deseas saber en qué puedes emplear mejor tu libertad, no la pierdas poniéndola al servicio de las decisiones de otr@…” (Extraído de Etica para Amador, F. Savater).
Siendo niñ@s, las decisiones importantes las toman nuestros padres/madres u otros adultos, pero a partir de la adolescencia, esta responsabilidad le toca a un@ mism@. Es importante distinguir cuando podemos ceder ante los deseos de l@s demás y cuando no. No tenemos que hacer algo que no queramos, tenemos que ser conscientes de la presión que l@s demás tienen sobre nosotros. Pero ojo!!!, si no defendemos nuestra decisión, es probable que terminemos haciendo algo que no queramos, y cuando se trata de situaciones arriesgadas, las consecuencias pueden ser muy negativas.
Cuando empezamos a tomar decisiones es normal tener sentimientos contradictorios, dudas ante algo que no se conoce, y ésto genera inquietud, porque no se sabe qué hacer o qué decidir. Por éso es muy importante decidir en función de lo que piensa un@ mism@ y valorar detenidamente las consecuencias de lo que vas a decidir.
A la hora de tomar una decisión la información es muy importante, ya que si no disponemos de ella no podremos valorar las diferentes alternativas ni tampoco pensar nuevas. En ocasiones tenemos la información pero nos falta la capacidad para utilizarla. Sabemos cuando no queremos algo o no nos conviene, y en cambio no sabemos cómo evitarlo. A veces nos resulta más fácil ver qué pasa y esperar que no pase nada (ojalá…). Si ésto no quiero o ésto no me gusta, ¿cómo se lo digo a la otra persona?; y si insiste y no escucha mis deseos, ¿cuánto debo resistir?.
A veces hacer las cosas como un@ mism@ decide hacerlas no es fácil, incluso puede parecer imposible. Pero hacerlas como quieren los demás es del todo desaconsejable para tí y también en futuras ocasiones cuando te veas obligad@ a imponer tu criterio.
Por ejemplo, tod@s sabemos cómo se pone un condón, pero no tod@s sabemos en qué momento proponérselo a nuestra pareja: para no cortar el rollo, para no molestarle, para no negarle nada…. Piensa un poco en las desventajas y riesgos innecesarios si te dejas llevar en esta situación.
Podemos aprender a tomar decisiones, y será mucho mejor si lo hacemos de forma autónoma y responsable. Esto quiere decir que un@ tiene que aprender a pensar por sí mism@, a ser crític@, a analizar las situaciones, las posibles alternativas, y también a ser conscientes de las decisiones que tomamos y aceptar sus consecuencias.
En una determinada situación, tenemos que valorar las ventajas y las desventajas de cada alternativa, y las consecuencias que cada una conlleva. Cuando un problema o una situación es importante, las consecuencias de la decisión también lo serán, por eso es importante no hacer lo primero que se nos ocurra o “lo que hace todo el mundo”, conviene, a veces, pensar las cosas dos veces.
SIEMPRE QUE TOMES UNA DECISIÓN, TAMBIÉN DECIDES ASUMIR SUS CONSECUENCIAS.