¿Por qué hay personas más propensas a las adicciones?

Los principales detonantes de una adicción son factores genéticos, ambientales y sociales, y además el consumo de sustancias genera circuitos de recompensa en el cerebro.

 

Cuando se consumen drogas de forma prolongada, ciertas áreas específicas del cerebro quedan afectadas, y se producen en ellas cambios físicos y químicos. Los factores sociales llevan a las personas a entrar en contacto con esas sustancias, pero no a todo el mundo le afectan por igual, pues la vulnerabilidad a la adicción depende de factores individuales. Por eso, solo algunas personas llegan a tenerla. Como en todas las enfermedades, hay factores de riesgo y medidas de prevención, aunque, a fin de cuentas, esta condición es impredecible.

Una adicción se considera un trastorno mental crónico que genera cambios en los circuitos del cerebro, de modo que la persona lleva a cabo un consumo de forma compulsiva y durante un tiempo prolongado, a pesar de las consecuencias negativas que esto pueda acarrear. Entre las drogas más consumidas, el tabaco, en la población mayor de 15 años, alcanza el 24% de la población, mientras que el consumo de riesgo de alcohol es del 3,4%. Un 2% de la población consume cannabis diariamente, y entre un 2% y un 4% es adicta a la cocaína. El consumo de estas dos últimas sustancias, además, va en aumento.

Pero, ¿cómo funcionan las adicciones para que algunas personas las tengan y otras no? Entre las causas que motivan que alguien pueda desarrollar una adicción hay factores genéticos, ambientales y sociales. También depende de la personalidad de cada cual. Cuando se inicia el consumo de una droga, los circuitos de recompensa propician que la persona repita la conducta, incrementando su dosis y su frecuencia. La droga pasa a ser su prioridad, y esto acaba teniendo consecuencias físicas, psicológicas y sociales.

Para superar una adicción, la persona afectada debe estar dispuesta a hacer cambios importantes en su estilo de vida. El doctor Toni Gual, jefe de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Clínic Barcelona, señala: “Es absolutamente esencial que el paciente entienda que no se trata de dejar las drogas y hacer exactamente lo mismo que hacía, sino de abandonar las sustancias y adoptar un estilo de vida saludable”.

Sin embargo, una adicción no desaparece de la noche a la mañana, sino que es algo con lo que se vive durante mucho tiempo. El doctor Gual añade: “Las adicciones son enfermedades crónicas”. La principal consideración, pues, es la abstinencia, es decir, no consumir. También hay que seguir el tratamiento médico de forma correcta. Se debe dormir lo suficiente, comer de forma equilibrada y no consumir en exceso café, té o refrescos de cola. Igualmente, evitar el estrés es de gran ayuda. No hay que huir de la enfermedad, sino aprender a convivir con ella.

El tratamiento psicológico busca el empoderamiento del paciente mediante un abordaje motivacional. Normalmente, se recurre a la terapia individual, pero el doctor Pol Bruguera, psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Clínic Barcelona, afirma que la terapia de grupo “es muy útil para compartir experiencias en los diferentes estadios de la enfermedad con el objetivo de prevenir recaídas”. Esto se puede complementar con un tratamiento farmacológico, que variará según el tipo de fármaco y su función: para sustituir la droga, bloquear sus efectos o reducir el deseo de consumir.

Una recaída no es sinónimo de fracaso. Si alguien se ve en esta situación, debe parar el consumo, visitar a su médico y no automedicarse. Hablar con una persona de confianza puede suponer un gran apoyo, y seguir con los hábitos saludables ayudará a sentir menos malestar general. Lo mejor es evitar situaciones de riesgo en las que se esté en contacto con la sustancia. Es fundamental tener claro que, una vez se ha tomado una droga en exceso, queda una huella en el cerebro. Por ello, no es recomendable consumir ni siquiera una dosis pequeña, ya que podría terminar en recaída.

El mayor apoyo que puede tener una persona con una adicción es la familia. Este círculo puede ayudar al paciente retirando de casa todos los tóxicos u objetos relacionados con el consumo y llamar a los servicios de emergencia en situaciones de riesgo. Es aconsejable escucharle y preguntarle cómo está, creando un clima acogedor y preguntando en positivo. Dialogar, y no acusar, puede ayudar al paciente a no sentirse culpable; y la aceptación, animar al paciente a seguir adelante, también es prioritario para su recuperación.

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