PORROS Y TETRIS, UNA PIEZA DIFÍCIL DE COLOCAR

Fuente: http://periferics.blogspot.com.es
La adolescencia es una edad que muchas madres y padres temen. Contrariamente a la realidad se puede llegar a pensar que la adolescencia es una lotería que por el simple hecho de elegir unos amigos y no otros, de escoger un tipo de estudios concretos o ponerse a trabajar en un tipo de trabajo , o en uno totalmente contrario, el futuro de nuestros hijos e hijas puede cambiar radicalmente por simple cuestión de suerte.
No nos engañemos, salvo en contadas ocasiones, un adolescente elegirá un tipo de amigos concretos, estudiará según qué, o querrá dejar los estudios para dedicarse a según qué trabajo, en relación a lo que él haya ido aprendiendo a lo largo de la su vida, a lo que desde casa o desde otros referentes educativos le han conseguido traspasar y a lo genéticamente heredado de sus padres biológicos. Por lo tanto, las decisiones que toman nuestros hijos e hijas (como las nuestras) tienen nada o poco que ver con una lotería, ni a cara y cruz.
Durante el crecimiento de ellos y ellas, los padres deberán tomar muchas decisiones, y debemos tener en cuenta que no tomar decisiones es también una manera de tomarlas. La manera en que educamos a nuestro hijo, las responsabilidades que le traspasamos, los límites que le marcamos, la sobreprotección que le encubrimos, no dejan de ser acciones que conformarán su ser y que marcarán sus propias decisiones y su futuro.
Los porros ya son una pieza habitual en la adolescencia
Lógicamente, no todo serán decisiones sobre situaciones previsibles, sino que hay muchas que no nos esperamos y que aparecen de la nada. Todas ellas, las esperadas y las inesperadas las podríamos situar metafóricamente dentro del famoso juego del Tetris. Sí, ese juego donde va cayendo pieza tras pieza, sin posibilidad de seleccionar el pause y que dependiendo cómo hayamos colocado las piezas anteriores y de cómo complicada tengamos la partida, las piezas serán más fáciles de resituar y tendremos más tiempo para reaccionar y pensar dónde colocar la siguiente.
Los porros se han convertido ya en una pieza muy habitual en la adolescencia y la gran mayoría de padres, sorprendidos de su aparición, no tienen claro dónde situarla, ni de qué manera. Los padres reciben muchas presiones totalmente contrapuestas, desde una normalización del consumo de cannabis que la sociedad está experimentando en los últimos años hasta el recuerdo de su adolescencia donde el consumo de porros entraba dentro del mismo saco de la heroína o la cocaína .
Los progenitores perciben como existen cada vez más indicios de que el cannabis no es aquella droga de la que les hablaban sus padres, sus maestros o la televisión de su juventud, pero tampoco quieren sentirse culpables por si realmente los porros terminan dificultando el crecimiento de sus hijos adolescentes y ellos no le han dado la importancia que se merecía.
Entonces, ¿dónde situamos el consumo de porros?
Parece claro pues, que aquellos jóvenes que tengan el resto de piezas bien ordenadas, el consumo de porros simplemente será una pieza más que no tiene porque llevarnos hacia excesivos problemas, por otro lado, si la partida de Tetris está complicada y ya tenemos bastante trabajo en intentar situar todavía un puñado de piezas muy complejas, el cannabis puede ser esa pieza que nos lo enrede todo y termine complicando la partida.
Una última reflexión, así como en el Tetris , una vez aparecía el Game Over , teníamos la posibilidad con una insignificante moneda de 5 duros de comenzar de nuevo, en la vida real, por mucho que no lo queramos ver, las piezas se van amontonando y la partida no acaba nunca. Cuanto más tarde nos ponemos, más trabajo acumulado tendremos que recuperar. Todo aquello que no hayamos hecho en su momento, nos devolverá, pero de forma multiplicada.
Otger Amatller – @ otgervila
Psicólogo
CAS Mancomunidad Penedès Garraf

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