Con la llegada del frío, uno de los mayores miedos de los hombres se hace realidad. Y es que muchos de ellos relacionan la hombría con el tamaño de su pene. Si las temperaturas bajan, independientemente del tamaño de miembro viril que tengan, verán cómo éste se reduce ya que querrá protegerse del frío. Esto se conoce como el efecto tortuga. El nombre le viene porque se hace pequeño escondiéndose como cuando una tortuga se esconde bajo su caparazón para protegerse.

Aunque en un primer momento puede chocar, sobre todo para aquellos hombres que le den una gran importancia al tamaño de su pene, se trata de algo pasajero que no dura más allá del tiempo que se encuentre en contacto con el frío. Por ello, han de estar tranquilos porque, cuando las temperaturas vuelvan a subir, el miembro viril saldrá de su ‘caparazón’ para volver a tener el tamaño que tiene normalmente.

¿POR QUÉ SE ENCOGE EL PENE CUANDO HACE FRÍO?

Como bien dice el título, es el frío el causante de que el miembro viril vea cómo se reduce su tamaño, pero la explicación no esconde ningún problema para el hombre, sino que se trata de un método de protección de su propio organismo. En primer lugar, hay que tener en cuenta la función reproductiva que tiene el pene. Por ello, se puede entender como una respuesta fisiológica para proteger los espermatozoides de las bajas temperaturas. Y es que estos pueden verse afectados o incluso destruidos por un cambio brusco de temperatura, tanto con mucho calor como con frío. Por esta razón, el órgano sexual masculino se encoge para evitar problema alguno con la calidad de los espermatozoides.

La siguiente razón por la que el miembro viril masculino ve modificado su tamaño por el frío también está relacionada con una reacción del propio cuerpo para protegerse de las bajas temperaturas. En este caso, los vasos sanguíneos se contraen para poder dotar de sangre caliente a los órganos internos. Esto también afecta al pene ya que tiene distintos conductos por los que llega la sangre para ponerlo erecto. En cualquier caso, se trata de una reacción puntual del cuerpo y sirve para que éste se auto proteja.

¿HAY QUE PREOCUPARSE?

Para nada. Cuando un pene se encoge por el frío es por las razones que acabamos de explicarte. Además, hay que tener en cuenta que cuando un miembro viril se encuentra en estado flácido, su tamaño puede variar sin que esto tenga especial relación con el tamaño que puede adquirir cuando se encuentra en erección. Y es que el tamaño del órgano sexual masculino puede ir variando cuando no se encuentra erecto por distintos factores como la temperatura o el estado en el que se encuentre. Una vez que la sangre llega a él y se produce la erección, es posible que aquellos que tenían una mayor longitud en estado flácido no lo vean reflejado en estos momentos y viceversa.

Por otro lado, hay que pensar que, como se trata de un mecanismo del propio cuerpo para que no se vean dañados los espermatozoides, conviene que, para una posterior función reproductiva satisfactoria, mengüe cuando nota un frío excesivo. Aun así, eso puede pasar no solo cuando la temperatura ambiente sea fría, también puede darse cuando un hombre entra en contacto, por ejemplo, con el agua del mar que suele tener una temperatura inferior a la que se puede encontrar fuera. Asimismo, el contraste también puede influir en que el miembro viril vea reducido su tamaño.

SÍNDROME DE KORO

Aunque se sepa que el hecho de que un pene vea reducido su tamaño en determinadas situaciones es algo biológicamente normal y que no supone ningún problema para los hombres, existen lugares en el mundo en el que ven esto como un riesgo y se ha llegado a diagnosticar como un trastorno psiquiátrico que recibe el nombre de síndrome de Koro. Es una enfermedad mental que se localiza en la zona sur de Asia y está relacionada con distintos mitos que hacen que los hombres tengan determinadas creencias sobre esta reacción de su cuerpo. Además, no es un miedo que aparezca únicamente durante el tiempo que ven que el pene reduce su tamaño, sino que es algo que tienen en mente constantemente.

Y es que los hombres de esta zona del mundo le dan tanta importancia al tamaño de su miembro viril que tienen un gran miedo a que éste reduzca su tamaño ya que piensan que acabará desapareciendo y, en los casos más extremos, que esto conlleva un riesgo para ellos que puede suponer la muerte. Para intentar evitar que esto se produzca, llevan a cabo prácticas extremas que buscan combatir esta reacción tan natural del pene. Entre otras cosas, se cuelgan peso o realizan estiramientos que acaban forzando la piel del órgano llegando a crear pequeñas lesiones que necesitarán de una asistencia médica posterior y que no siempre tienen solución.

FUENTE: www.bekiapareja.com

– La sabiduría popular enseña que quienes están tomando antibióticos deben abstenerse de beber alcohol.

– A veces se afirma que la combinación puede producir reacciones negativas, en otros casos se dice que la bebida reduce o anula la eficacia de la medicación.

– La ciencia aclara cuánto hay de cierto en esas creencias y qué sucede realmente cuando una persona ingiere ambas sustancias.

La relación entre los antibióticos y el alcohol siempre ha sido complicada. O siempre ha estado, para decirlo mejor, rodeada de creencias y afirmaciones que han generado dudas y temores a lo largo del tiempo. Sobre todo si se tiene en cuenta que, según la última edición de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES), publicada en diciembre de 2018, en nuestro país tres de cada cuatro personas beben alcohol: el 75,2 % de la población. “Beber alcohol si estás tomando antibióticos hace mal”, dice alguien. “No hace mal -responde alguien más- pero anula el efecto de la medicación”. ¿Qué tiene la ciencia para decir sobre esto?

Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, tomar un poco de alcohol cuando se están tomando antibióticos no representa un problema importante. Lo cual no quiere decir que la ingesta de alcohol sea recomendable durante un tratamiento con esta clase de fármacos. Por el contrario: lo mejor es evitarlo. Esto se debe a que el alcohol se metaboliza en el hígado, lo mismo que los antibióticos. En consecuencia, como debe ponerse a procesar el alcohol, el órgano tardará más en hacer lo mismo con la medicación.

Además de retrasar el tratamiento, ese “doble trabajo” del hígado puede ocasionar la acumulación de las toxinas propias de los antibióticos. Y más importante aún es que el consumo de alcohol reduce la eficacia del sistema inmune, tal como lo han demostrado numerosos estudios. Se supone que si alguien está tomando antibióticos es porque padece algún tipo de infección o enfermedad, ante las cuales lo deseable es que su sistema inmune pueda trabajar al máximo de sus posibilidades. Este es otro motivo por el cual conviene evitar las bebidas alcohólicas mientras dure esta clase de tratamientos.

Antibióticos que no se deben mezclar con alcohol

Pero no son un retraso en la acción del fármaco o la acumulación de toxinas las peores posibles consecuencias de mezclar antibióticos y alcohol. Esta combinación tiene efectos muy desagradables en el caso de ciertos antibióticos, como lo especifica un documento del National Health System (NHS), el sistema público de salud del Reino Unido. No están entre los más recetados, y por lo tanto son casos minoritarios, pero es importante prestar atención. Son los siguientes:

Metronidazol

De todos los antibióticos que causan problemas importantes con el alcohol, este es el único que se receta con cierta asiduidad. Se emplea sobre todo para el tratamieno de infecciones dentales o ginecológicas, así como también contra úlceras en las piernas o escaras. Si se consume alcohol cuando se ha administrado esta medicación, se produce el llamado “efecto disulfiram” (o “efecto antabús”, dado que Antabus es la marca comercial más conocida con la que se distribuye ese medicamento).

Disulfiram

Se utiliza para el tratamiento contra el alcoholismo. Como inhibe la acción de la enzima que procesa los metabolitos más tóxicos del alcohol, su ingesta -incluso en cantidades muy pequeñas- provoca en apenas diez minutos los efectos más desagradables de una borrachera: rubor, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor en el pecho, debilidad, visión borrosa, confusión, transpiración, asfixia, ansiedad y dificultades para respirar. Y ese mismo efecto es el que se produce al ingerir alcohol mientras se está tomando metronidazol.

Tinidazol

En general este medicamento se receta para el tratamiento de infecciones intestinales como la giardiasis y la amibiasis (causantes de diarrea, gases y retortijones de estómago) y para ciertas enfermedades de transmisión sexual, como la tricomoniasis. Su combinación con el alcohol también da lugar al “efecto disulfiram”, cuya intensidad depende de las cantidades del fármaco y de alcohol que se hayan ingerido: puede durar desde 30 minutos hasta varias horas, en los cuadros más severos.

Linezolid

Este antibiótico sirve para combatir la neumonía e infecciones de la piel. Origina reacciones secundarias cuando se combina con una sustancia llamada tiramina, presente no solo en las bebidas alcohólicas (en particular, en la cerveza y el vino tinto), sino también en alimentos que han sido escabechados, ahumados o fermentados. Como resultado, se puede producir somnolencia, mareos, dificultad para concentrarse y episodios de hipertensión.

Isoniacida, rifampicina y pirazinamida

Se trata de antibióticos empleados sobre todo para el tratamiento de la tuberculosis (una enfermedad que en España tiene índices bajos, pero que está lejos de ser erradicada), pero también en el tratamiento de otros problemas. Son medicaciones muy agresivas para el hígado, por lo cual se desaconseja la ingesta de alcohol durante su administración.

Doxiciclina

Este fármaco, empleado para el tratamiento de diversas infecciones, es el que más resentida ve su eficacia farmacéutica a causa del consumo de alcohol. Solo en casos excepcionales provoca efectos graves (sueño, dolor de cabeza, calambres, desorientación, alteraciones del ritmo cardíaco e incluso alucinaciones), pero su acción puede resultar muy reducida, dado que el alcohol acelera la descomposición del fármaco y su eliminación del cuerpo.

El efecto de estos antibióticos es duradero, por lo cual los especialistas aconsejan dejar pasar al menos 48 horas, en el caso del metronidazol, y 72 horas, en el del tinidazol, para volver a consumir bebidas alcohólicas. Por otra parte, hay varios otros antibióticos, de uso poco frecuente, que pueden ser responsables del efecto disulfiram. Conviene consultar con el especialista que los receta sobre los posibles riesgos del consumo de alcohol durante el tratamiento.

Los riesgos de interrumpir la medicación

De todo lo expuesto se desprende que, aunque no es del todo inocuo, tomar una copa de vino al día o un par de cañas en un acontecimiento social -una fiesta, una cena especial, etc.- mientras se toman antibióticos no implica consecuencias de gravedad (con la excepción de los fármacos mencionados arriba o una recomendación específica del médico que emite la receta). Aunque también puede ser una buena medida evitar el alcohol durante todo el tiempo que dure el tratamiento, y hasta algunos días después, como ya se ha destacado.

Mucho peor que eso es discontinuar las dosis de la medicación, que es lo que hace mucha gente por pensar que es inútil tomarla con la frecuencia indicada dado que quedará “anulada” por el alcohol. En realidad, lo que sucede en esos casos es que las bacterias que provocan las infecciones conviven durante más tiempo con el antibiótico, lo que las convierte en superbacterias y, por ende, hace más difícil acabar con la enfermedad, tanto en la situación actual como en alguna infección futura.

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¿Se pude cambiar el olor y el sabor del semen? Los estudios revelan que mantener una dieta sana y consumir más frutas afectan los químicos que componen el semen y pueden llegar a eliminar la acidez y amargura.

Salado. Dulce. Amargo. Ácido. Tú dile a tu pareja el sabor que te apetezca, que si se lo propone a eso le podrá saber el semen. No, no es una locura, es ciencia. Pero, ¿cómo puede suceder esto? Todo se lo debemos a los componentes químicos que conforman el semen. Y esto está más que comprobado, todo aquello que consuma el hombre en su dieta diaria -desde ciertos alimentos hasta substancias- puede cambiar la composición del semen y por lo tanto alterar o cambiar el sabor.

Que el semen cambie y esté compuesto por químicos naturales también significa que podrá variar de sabor según el paladar y ph de cada persona. Generalmente el semen suele ser tibio y salado.

¿Cómo afecta la alimentación al sabor del semen?

La alimentación no solo afecta el olor de fluidos como el sudor y saliva. También es capaz de cambiar el sabor de otros fluidos como la leche materna y obviamente el semen. Aunque esto se considera un hecho, los médicos y científicos continúan realizando estudios para determinar exactamente cuál es el vínculo entre la alimentación y el sabor del semen.

¿Te preguntas qué alimentos son los que más apestan y amargan el sabor del semen? Aquí va la lista:

  • Ajo
  • Cebolla
  • Brocoli
  • Repollo
  • Espárragos
  • Carne roja

Estos alimentos son los que hacen un poco más tolerante su sabor.

  • Cilantro
  • Perejil
  • Canela
  • Almendras
  • Piña
  • Papaya
  • Naranja

Ojo, que sea más tolerante no significa que alimentarte con estos productos vaya a hacer que el semen sepa dulce. Lo que sucede es que estos alimentos cortan y disminuyen la acidez y amargura del semen, pero eso no quiere decir que le aporten dulzura.

¿Cómo afecta el alcohol?

Los estudios confirman que el consumo de alcohol puede alterar los químicos que componen el semen y darle un sabor amargo y ácido. Aunque depende de qué tipo de alcohol consumas. Por ejemplo, lo que se conoce como alcohol fuerte (vodka, ron, ginebra, etc) tiene un impacto mucho más fuerte que la cerveza o el vino.

Y, ¿el tabaco?

Al igual que las bebidas alcohólicas, el tabaco, café y otras drogas también tienen un efecto directo con el sabor y olor del semen. Suelen hacerlo más amargo y ácido.

¿La higiene puede afectar?

Claro que puede afectar. Los hombres que no mantienen una buena y correcta higiene alteran, principalmente, el olor.

¿Se puede cambiar el sabor del semen?

“Los olores naturales cambian de persona a persona, pero aunque no todo depende de la alimentación, un gran porcentaje de lo que ingieres afecta directamente el sabor, por lo tanto podríamos decir que sí, que sí se puede cambiar y mejorar el sabor. Si se añade a la dieta diaria más frutas y alimentos frescos y se evitan los que producen más acidez seguramente el sabor cambiará”, aseguró la médico Debra Rose Wilson, en la revista especializada Medically.

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Un estudio mide el efecto de las dos drogas y confirma que este se acumula pero aparece muy pronto

El consumo de tabaco y alcohol deja su huella en los adolescentes casi desde el primer cigarrillo o el primer sorbo. Además, el daño de ambas drogas, que a menudo se consumen a la vez por las mismas personas, se acumula, según un estudio con información de la cohorte ALSPAC, que reúne datos de 14.000 adolescentes británicos y que ha publicado European Heart Journal.

Para llegar a la conclusión los investigadores, liderados por Marietta Charakida del University College de Londres, han medido la velocidad del pulso sanguíneo que va de la arteria carótida a la femoral (PWV) en jóvenes que no fuman ni beben, en los que fuman, los que beben y los que hacen ambas cosas. “Esta medida es la que se utiliza para estudiar el daño arterial y la rigidez de los vasos, por lo que resulta un marcador que nos aporta información sobre la posibilidad de desarrollar enfermedad arterial de manera más precoz”, explica Vicente Arrate, presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). De una manera resumida, los adolescentes que no beben ni fuman tienen una velocidad de este pulso de unos 5,7 metros por segundo de media. Si beben o fuman, este valor sube a alrededor de 5,8. “Uno de los puntos más significativos de este registro es que los que dejaron de fumar durante el seguimiento recuperaron su salud arterial”, detalla el cardiólogo.

Arrate aclara, sin embargo, que la relación entre esta forma de medir la rigidez arterial y los eventos cardiovasculares está muy estudiada en personas mayores y no en jóvenes. “Cuando hablamos de estos riesgos hablamos de probabilidades, y eso es muy difícil de determinar. Lo que está claro es que el efecto aparece desde las primeras copas y que si no se cambian los hábitos irá en aumento”, añade. Con la PWV no sucede como con la tensión o el colesterol, donde hay límites para los valores que se consideran saludables, advierte Arrate. Pero la literatura ofrece algunas pistas, como un estudio sobre alzhéimer en el que se analizaban personas mayores y se ponía el corte en 12 metros por segundo, u otro del argentino Alejandro Díaz en el que establecía una media para el conjunto de la población de su país de 6,84, con una media de 5,04 para los menores de 19 años y de 9,01 para los mayores de 70.

Al margen de la cuestión numérica, el trabajo destaca otro aspecto. “En contra de lo que parecen creer, los adolescentes no son inmunes” al efecto de estas sustancias, como demuestra que ya haya anomalías en personas que llevan poco tiempo consumiendo las drogas (el estudio acaba cuando tienen 17 años y la edad de inicio está entre los 14 y los 15 años).

Pero la conclusión no es tanto médica, sino educativa y social. En España, por ejemplo, la última encuesta sobre consumo de drogas en estudiantes del Ministerio de Sanidad (Estudes), arroja que 1,2 millones de adolescentes reconocieron que habían tomado alcohol en 2016 y medio millón aseguraron que habían consumido tabaco. Eso quiere decir que hay entre 1,2 y 1,5 millones de adolescentes que ya están sufriendo este daño.

Sin embargo, Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón, destaca que a esas edades el daño es reversible: “Teniendo en cuenta que a estas edades es posible restaurar la rigidez arterial normal si se cesa el consumo, es importante tratar de hacer entender a los adolescentes cuanto antes que ser joven no le hace a uno inmune a la enfermedad cardiovascular”.

FUENTE: www.elpais.com

Con tan solo tres sencillos pasos colocarás el preservativo de forma correcta y todo irá sobre ruedas.

Tener relaciones sexuales es algo completamente normal y natural que, sin embargo, suele requerir de un tiempo previo de preparación y documentación. Y es que, una vez que te has decidido a dar el paso, lo siguiente es ser conscientes de las responsabilidades que conlleva. Una de ellas y, probablemente la fundamental sea la de hacer uso del preservativo. Hoy día es el método más eficaz para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS) , así como embarazos no deseados y otro tipo de consecuencias derivadas de una práctica irresponsable del sexo.

Lo cierto es que el uso del condón por primera vez es una de las principales preocupaciones para aquellos que no gozan de cierta experiencia. Si ese es tu caso, no te preocupes porque en este artículo te presentamos todos los pasos que debes seguir de la manera más clara y sencilla posible para que esto no suponga ningún problema en un día tan esperado. En este sentido, hay quienes previamente practican en su casa con objetos similares para que, llegado el día, resulte más simple y todo vaya sobre ruedas.

TAN SOLO TRES SENCILLOS PASOS

Lo más importante y primordial al respecto es que cuentes con un preservativo de calidad y que esté avalado por los correspondientes organismos e instituciones. Lo más recomendable es que acudas a una farmacia y, aunque quizás te dé un poco de corte, debes saber que son profesionales y que están más que acostumbrados. De manera que, allí te aconsejarán acerca de cuál es el más adecuado, además de que resolverán cualquier duda que se te pase por la cabeza. Ahora bien, los pasos que debes seguir para colocarlo son:

1. Una vez que lo tienes, lo más importante es que lo abras con cuidado y te asegures de que cuando lo coges está en el sentido correcto. Para comprobarlo, puedes sacarlo o desenrollarlo un poco observando que su borde quede hacia fuera, pero ¡cuidado! no abras el condón del todo para evitar problemas a la hora de colocarlo adecuadamente.

2. Cuando ya te hayas asegurado de ello, colócalo en la punta del pene y desenróllalo hasta llegar al final. En este sentido, quizás podrías recurrir al lubricante para permitir así que se deslice mejor y evitar cualquier tipo de dificultad o complicación. De hecho, médicos y otros expertos recomiendan utilizarlo porque de lo contrario aumentarían las posibilidades de que el condón se rompa durante las relaciones sexuales.

3. Ahora bien, una vez hayáis terminado y con el pene todavía erecto, tira del borde del condón y retíralo completamente ¡con mucho cuidado! Es decir, hazlo alejado de tu pareja ya que de lo contrario podrías derramar sin querer algo de semen. Por lo tanto, cuando ya hayas cumplido con este paso tíralo directamente a la basura o envuélvelo primero en un pañuelo, pues siempre será algo más higiénico y así te asegurarás eliminar cualquier tipo de rastro. Ahora bien, nunca lo hagas por el inodoro, puesto que podrías llegar a atascar las tuberías.

TOMA NOTA DE LOS ERRORES

Ya has visto que, aunque no tiene mucha complicación, debes, no solo seguir adecuadamente los pasos marcados, sino también permanecer cauto. En este sentido, las primeras veces que los utilices durante tus relaciones sexuales, pon los cinco sentidos, pues así evitarás el mínimo susto. Y es que, a pesar de la cantidad de información que existe, como la que te hemos detallado en líneas anteriores, aún son muchos los que cometen numerosos errores a la hora de utilizar un preservativo.

El primero de ellos se da a la hora de sacarlo de su envoltorio, pues hay quienes lo intentan rasgar con los dientes o lo punzan involuntariamente con las propias uñas, anillos u otros accesorios aumentando así las posibilidades de que se rompa y, por lo tanto de ineficacia durante las relaciones sexuales. Al respecto, comprueba siempre la fecha de caducidad, ya que no todo el mundo la suele tener en cuenta, así como la presencia de cualquier fisura o rasguño que, de haberla, haría de ese condón uno inutilizable.

Por otro lado, ya lo hemos advertido antes, pero nunca lo desenrolles fuera del pene, pues esto también aumenta las posibilidades de fisuras y rupturas o, lo que es aún más importante, póntelo siempre a tiempo. Y es que, como hemos explicado, un temprano embarazo no es el único peligro derivado de no hacer uso del preservativo, sino que no debes olvidarte de las ETS. Para ello es fundamental que lo uses desde la primera penetración y no esperar hasta el último momento durante vuestras relaciones sexuales. Por último, nunca lo reutilices. Tanto si lo has usado correctamente como si no te has dado cuenta y lo has utilizado, por ejemplo, del revés, sobre todo no le des la vuelta. En este sentido, debes coger uno nuevo y repetir el proceso que arriba te hemos descrito en tres sencillos pasos.

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Puede producir sensaciones positivas como la desinhibición pero sobrepasar los límites puede interferir en la capacidad de tener sexo.

Expertos de Boston Medical Group han avisado de que la creencia de que su consumo de alcohol aumenta las relaciones sexuales es un mito, si bien han reconocido que un consumo moderado, lo que equivaldría a una dos copas, produce sensaciones positivas como la desinhibición.

“En el momento en que estos límites se sobrepasan, el hombre se libra de su timidez e incrementa la autoestima. Sin embargo, alcanzar este punto supone interferir en la capacidad de tener sexo. Al contrario de la creencia generalizada, el alcohol produce en los varones una interrupción de la erección al inhibir el buen funcionamiento del sistema nervioso central, por lo que directamente se disminuye la excitación y la respuesta sexual a la estimulación”, han aseverado.

Así, la ingesta etílica provoca trastornos sexuales, produciendo disfunción eréctil transitoria en muchos casos. Un situación que, tal y como han recordado los especialistas, puede representar un fracaso para el hombre, con el peligro de que comience a desarrollar sentimientos de ansiedad que dificultan la respuesta de excitación sexual en el siguiente encuentro.

El problema se agrava si se establece un círculo vicioso que lleve al desarrollo permanente de impotencia en el varón, porque incrementa su preocupación por saber si tendrá o no una erección adecuada que finalmente tenga que ser tratada por un especialista.

De hecho, según datos de Boston Medical Group, el 62 % de los pacientes que acudieron a sus clínicas en España en los últimos cuatros años consumían alcohol. Por provincias, lo que representaban un porcentaje más alto son Orense (88%), Lugo (86%) y Pontevedra (84%).

“El 50 %de los hombres menores de 50 años puede tener problemas de erección en estado de embriaguez. El alcohol inhibe el buen funcionamiento del sistema nervioso central, por lo que si no se produce una correcta comunicación entre el estímulos, el cerebro y el sistema circulatorio se entorpece la llegada de la sangre al pene, dificultando la penetración y el coito”, ha apostillado el director médico de Boston Medical Group, el doctor Benítez.

En ese sentido, el especialista ha señalado también que unos hábitos de vida poco saludables, como el abuso del alcohol o el tabaquismo, pueden tener a la larga consecuencias negativas en el correcto funcionamiento de otros órganos, ya que en ocasiones la disfunción eréctil es el primer síntoma de otras enfermedades como la hipertensión o problemas cardiovasculares.

FUENTE: www.heraldo.es

Es el órgano principal responsable del placer femenino y la única parte que no envejece.

El clítoris es un órgano del aparato genital femenino. Su única función conocida es la de proporcionar placer sexual a la mujer. Su punta o glande asoma en la parte superior de la vulva, pero se extiende por el interior de los labios mayores, del perineo y rodea el tercio inferior de la vagina.

Y aunque es una de las partes del cuerpo femenino más importantes, sabemos muy poco de él y su funcionamiento.

El clítoris es como un iceberg

Solo vemos la punta, pero dentro hay mucho más: rodea el conducto vaginal y se extiende hacia los muslos. La parte que solemos ver es solamente un pequeño glande que crea la cabeza de clítoris.

Hay más de 8.000 terminaciones nerviosas solo en la punta del clítoris, el doble que en el pene

Un clítoris se compone de 18 partes distintas: una mezcla de tejido eréctil, músculos y nervios. Todas las partes trabajan juntas para crear sensaciones que muchas veces culminan en el orgasmo. Eso sí la parte del clítoris que se aloja en el túnel vaginal no tiene casi ninguna sensación, de lo contrario dar a sería insoportable.

Pueden hincharse hasta un 300%

Los clítoris varían de entre 7 y 12 cm de longitud y se pueden llegar a hinchar o inflamar de 50 a 300% su tamaño. Esto sucede en un proceso, no es que pase de cero a 100%. A medida que te acercas al orgasmo el clítoris comienza a aumentar de tamaño.

Los orgasmos del punto G y por penetración también son clitorianos

Los orgasmos son clitorales. Esto sucede porque se estimula tanto la parte interna como externa del clítoris.

Es la única parte del cuerpo que no envejece

El clítoris de una señora de 80 años funciona exactamente igual que el de una veinteañera. Eso sí, sigue creciendo, así que cuando lleguemos a viejas lo tendremos 2,5 veces más grande que cuando estábamos en el instituto.

INFORMAZIO ITURRIA: www.mujerhoy.com

Utilizar el cannabis de manera terapéutica no equivale a fumarse un porro. Las evidencias científicas demuestran que el cannabis es “más perjudicial que beneficioso”, como afirma Francina Fonseca, psiquiatra del Hospital del Mar de Barcelona y miembro de la Societat Catalana de Psiquiatria i Salut Mental de la Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya. “Causa más accidentes de tráfico, mayor riesgo de sufrir psicosis y más fracaso escolar”, explica. Además, el 9% de quienes consumen marihuana desarrollarán una adicción a lo largo de los años, porcentaje que aumenta a un 25% cuando el consumo empieza en la adolescencia.

“Se ha demostrado que el cociente intelectual de los fumadores de marihuana es más bajo, algo a lo que se suman todos los riesgos asociados al tabaco, como el cáncer”, añade Fonseca. Ahora bien, existen fármacos derivados del cannabis cuya efectividad sí está demostrada científicamente, como es el caso del Sativex (el único aprobado en España), que sirve para la espasticidad (o rigidez muscular) en pacientes con esclerosis múltiple que no han respondido de forma adecuada a otros medicamentos antiespásticos. En algunos estados de EEUU y Canadá es legal el preparado farmacéutico de nabilona (un cannabinoide sintético), que se utiliza para tratar las náuseas y vómitos generados por la quimioterapia. “El cannabis tiene 4.000 componentes –explica Fonseca–. El tetrahidrocannabinol (THC) es el que coloca más; el cannabidiol es el que tiene un efecto más sedante y relajante”.

Es un argumento que refrenda Magí Farré, jefe de Farmacología Clínica del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol (Badalona) y catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).”Los cannabinoides [compuestos derivados o presentes en la planta ‘Cannabis sativa’] están aprobados para uso terapéutico en algunos países. En EEUU, por ejemplo, el cannabidiol se utiliza para tratar algunas epilepsias infantiles resistentes. En este país hay hasta cuatro medicamentos con cannabinoides aprobados por la Food and Drug Administration (FDA). En EEUU, Canadá y Holanda, por ejemplo, es legal utilizar terapéuticamente la planta del cannabis, aunque sus indicaciones son menos estrictas. Se ha aprobado para la esclerosis múltiples, para el glaucoma o para el dolor crónico, entre otras”, cuenta.

Prescripción

En estos países un médico puede prescribir cannabis para uso terapéutico. Así, con un cogollo de marihuana uno puede hacerse un té, un pastel o aceites. “No producen el colocón del porro”. Según el tipo de dolencia, se recomienda un tipo de preparado u otro. “En España no es legal, debes obtenerlo por tu cuento o ir a un club cannábico para comprar marihuana. Yo estaría a favor de que se regulase porque en los países en los que es legal el uso terapéutico está demostrado que no aumenta el consumo de porros. Así, la marihuana es de mejor calidad y sin mercado negro”, dice Farré, quien reconoce que también faltan ensayos clínicos para saber si el cannabis es realmente eficaz en enfermedades como la fibromialgia. “Con frecuencia el cannabis es la última alternativa terapéutica para muchos enfermos”, concluye.

Como recuerda Antoni Mur, jefe del Pediatría del Hospital del Mar y miembro de la Societat Catalana de Pediatria del Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya, “el cannabis es de las drogas más consumidas” a nivel mundial. En España, es la cuarta droga más consumida, después del alcohol, el tabaco y los sedantes. “La consumen más chicos que chicas y la edad de inicio son los 18 años. Genera problemas de comportamiento, de relaciones, de aprendizaje, de memoria… Y, a veces, es un escalón para consumir otros tipos de drogas”, relata Mur. Sin embargo, no considera negativo la legalización de esta droga. “Legalizar no implica fomentar el consumo. Legalizar permite acabar con la criminalidad que hay en torno a ella”, opina. Para él, el consumo es un “tema educacional” y aquí es donde radica la importancia de los “ejemplos en casa”. Si unos niños ven que sus padres fuman porros, tendrán más posibilidades de acabar fumándolos ellos también.

Pacientes con cáncer

El responsable de la unidad del dolor del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, Javier Medel, explica que si bien el cannabis no tiene efectos antitumorales (es decir, no cura el cáncer) sí puede tener efectos paliativos para tratar el dolor o las náuseas. Las unidades del dolor de Vall d’Hebron y el Hospital del Mar participaron hace años en un estudio sobre el Sativex. ” Yo trato a pacientes con neuropatías [enfermedades del sistema nervioso] y con ellos no ha habido resultados espectaculares. El uso de este medicamento es más bien compasivo, es decir, para pacientes que no mejoran con nada más”, dice Elisa Arbonés, anestesista y responsable de la unidad del dolor del Mar.

Álvaro Rodríguez-Lescure, oncólogo y vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es más tajante al respecto: “No hay evidencias sólidas que avalen el cannabis como tratamiento estándar en pacientes con cáncer. Tampoco hay evidencias muy concluyentes de que sirva para el dolor o como antiemético [fármaco que impide el vómito o la náusea]”.

Rodríguez-Lescure dice estar a favor de utilizar esta sustancia como arma terapéutica en programas de investigación, pero matiza que “mientras no haya evidencias sólidas, no tiene ningún sentido promover su uso terapéutico”. “La marihuana contiene compuestos como el cannabidiol que pueden ser objeto de uso farmacológico, pero eso no equivale a que fumarse un porro tenga eficacia terapéutica y que por tanto haya que legalizarlo. Es una reducción simplista teñida de postureo político”, concluye.

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Aunque deberás extremar las precauciones, no tienes por qué dejar de lado este tipo de práctica si te acaban de poner una ortodoncia.

Para mucha gente, sobre todo en el caso de los adolescentes, puede suponer un gran problema el hecho de que tengan que ponerse brackets. Las preocupaciones por el resultado final estético o la incomodidad que provoca en la boca durante las primeras semanas de su colocación invaden la mente de los pacientes, que normalmente son muy reacios a la hora de someterse a esta intervención. A parte de todas las inquietudes citadas anteriormente, existe otra muy común que se pasa por la cabeza de la mayoría de las personas que van a ponerse una ortodoncia: y ahora, ¿cómo practico sexo oral?

Es una pregunta bastante frecuente que pocos pacientes se atreven a hacerle a su ortodoncista, por culpa de los tabúes que existen alrededor de las relaciones sexuales y, en concreto, de este tipo de práctica. Lo cierto es que no hay una respuesta clara y concisa que pueda solucionar las dudas de todas las personas, pues cada una tiene una forma diferente de disfrutar con su pareja y los aparatos dentales varían mucho en función de las necesidades del individuo. Sin embargo, resulta obvio que son dos los conceptos que deben reinar a la hora de tener sexo oral si tienes brackets: cuidado y tranquilidad.

Por otro lado, cabe destacar que existe una clara desigualdad a la hora de hablar de las probabilidades reales de sufrir daños por culpa de la ortodoncia durante el sexo oral en función de si la persona que lo está disfrutando tiene pene o vagina.

Si entre tus piernas no tienes un falo, estás de enhorabuena, porque el hecho de que tu pareja tenga o no brackets apenas influirá en la calidad de las relaciones sexuales, y el mayor contratiempo que puede llegar a ocurrir es que se produzca un pequeño roce si el cunnilingus no se hace con cuidado. Sin embargo, las personas con miembro viril corren menos suerte y aquellos que practique una felación con ortodoncia deberán extremar las precauciones.

LA EXCUSA PERFECTA PARA SALIR DE LA RUTINA

Existen muchos aparatos que incluyen hierros o ganchos en el paladar y los molares, siendo este tipo de aparato el más complicado a la hora de tener sexo oral, porque el riesgo de sufrir arañazos o enganchones es bastante alto y se recomienda no recurrir a esta práctica si no se va a poner toda la atención. En estos casos, la felación debería limitarse a jugar con la lengua y los labios, sin llegar nunca a introducir el pene de forma completa en la boca. Lejos de suponer un inconveniente para tu vida sexual y la de tu pareja, piensa que así podéis imaginar nuevas posturas y experiencias que os hagan salir de la rutina y descubrir nuevos placeres que hasta ahora no se os habían pasado por la cabeza.

En cualquier caso, este tipo de elementos punzantes que se incluyen en la ortodoncia suelen retirarse al cabo de los meses, pudiendo así volver más o menos a la normalidad. Una vez que tu aparato solo cubra la parte delantera de los dientes, puedes tirar de un volumen mayor de cera para cubrir las celdas y evitar que salgan heridas cuando ocultes los hierros bajo tus labios para practicar una felación como las de antes de que los brackets llegaran a tu vida.

Disfrutar de tus relaciones sexuales siempre está en tus manos y la pérdida del miedo a probar cosas nuevas y a comunicarte con tu pareja jugará un papel fundamental a la hora de que un tratamiento de este tipo no llegue a hacer mella en vuestra pasión.

LA IMPORTANCIA DE LA HIGIENE: TU BOCA Y TU PAREJA LO AGRADECERÁN

Mantener unos brackets limpios no solo le vendrá bien a tu pareja, que disfrutará de las ventajas que conlleva tener un aliento fresco, sino también a tu propia salud bucodental. Si ya de por sí es importante mantener a raya a los gérmenes de tu boca, lo es más todavía cuando un montón de hierros están cubriendo tus dientes. Es bastante frecuente que algunos restos de comida se queden atrapados entre las celdas de la ortodoncia, y por eso se hace necesario lavar la boca con productos específicos para los aparatos, que pueden llegar hasta las zonas donde los cepillos normales no alcanzan.

Por otra parte, para cerciorarse de que se mantiene un sexo seguro, deberías cambiar el preservativo después de la felación si va a haber penetración, porque los hierros pueden haber producido alguna rozadura o arañazo en la goma que harían que perdiera su efectividad a la hora de proteger de las enfermedades de transmisión sexual o de los embarazos no deseados.

Del mismo modo, se recomienda que no comas alimentos duros o demasiado azucarados antes de practicar sexo oral porque a nadie le gusta que la boca se sienta pegajosa durante una felación o un cunnilingus. Igual de importante es mantener una buena higiene tanto antes como después de llevar a cabo esta práctica, por lo que no debes olvidarte de enjuagar tu boca después para que tu ortodoncia luzca tan brillante y lustrosa como el primer día.

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El consumo de cannabis se encuentra a nivel mundial en un momento de encrucijada, con diversos países donde se ha legalizado su uso recreativo y otros donde se está debatiendo. Un nuevo estudio releva las razones de por qué los riesgos de su consumo son distintos en los hombres y en las mujeres.

Esta nueva revisión de estudios en animales, publicada en Frontiers in Behavioral Neuroscience, ha revelado que las diferencias de sexo en respuesta al cannabis no son solo socioculturales, sino también biológicas. Para ello ha examinado la influencia de las hormonas sexuales, como la testosterona, el estradiol (estrógeno) y la progesterona, en el sistema endocannabinoide (las redes de células cerebrales que se comunican usando la misma familia de sustancias químicas que se encuentran en el cannabis, llamadas cannabinoides).

“Ha sido bastante difícil lograr que los animales de laboratorio se autoadministren cannabinoides como consumidores de cannabis —admite inicialmente Liana Fattore, coautora del estudio e investigadora principal del Consejo Nacional de Investigación de Italia y presidenta de la Sociedad Mediterránea de Neurociencia—. Sin embargo, los estudios en animales sobre los efectos de las hormonas sexuales y los esteroides anabólicos en el comportamiento de autoadministración de cannabinoides han contribuido mucho a nuestra comprensión actual de las diferencias sexuales en respuesta al cannabis”.

Más diferencias según el sexo

Además de los antecedentes genéticos y las fluctuaciones hormonales, el informe pone de manifiesto una serie de importantes diferencias sexuales. Así, por ejemplo, los hombres tienen hasta cuatro veces más probabilidades de probar el cannabis y consumen dosis más altas con más frecuencia.

“Los esteroides sexuales masculinos aumentan el comportamiento de riesgo y suprimen el sistema de recompensa del cerebro, lo que podría explicar por qué los hombres son más propensos a probar drogas, incluido el cannabis —explica Fattore—. Esto es cierto tanto para los esteroides sexuales masculinos naturales como la testosterona y los esteroides sintéticos como la nandrolona”.

Pero a pesar del menor consumo promedio de cannabis, las mujeres pasan de golpe al hábito más rápido que los hombres. De hecho, los hombres y las mujeres difieren no solo en la prevalencia y frecuencia del consumo de cannabis, el patrón y las razones de uso, sino también en la vulnerabilidad para desarrollar el trastorno por consumo de cannabis. “Las hembras parecen ser más vulnerables, a nivel neuroquímico, al desarrollar adicción al cannabis”, explica Fattore.

“Los estudios en ratas muestran que la hormona femenina estradiol afecta el control del movimiento, el comportamiento social y el filtrado de la información sensorial en el cerebro, todos ellos objetivos de la toma de drogas, a través de la modulación del sistema endocannabinoide, cuya respuesta a su vez influye en la producción de estradiol —explica—. Específicamente, las ratas hembras tienen diferentes niveles de endocannabinoides y receptores más sensibles que los machos en áreas clave del cerebro relacionadas con estas funciones, con cambios significativos a lo largo del ciclo menstrual. Como resultado, las interacciones entre el sistema endocannabinoide y el nivel cerebral de dopamina, el neurotransmisor de placer y recompensa, dependen del sexo”.

Edad y menstruación, factores que también influyen

La inconsistencia de las condiciones en estos estudios complica enormemente la interpretación de un papel ya complejo de las hormonas sexuales en el sistema endocannabinoide y la sensibilidad a los cannabinoides.

“Los efectos variaron según el cannabinoide específico estudiado, así como la cepa de los animales analizados y la duración de la exposición a la hormona —admite Fattore—. Sin embargo, los datos humanos hasta ahora son consistentes con la idea de que el estradiol regula la respuesta femenina a los cannabinoides. Al igual que en los animales, hombres y mujeres son diversos en su comportamiento genético y hormonal y procesan la información de manera diferente, perciben las emociones de diferentes maneras y su vulnerabilidad es distinta a desarrollar adicción a las drogas”.

“Los niveles sanguíneos de las enzimas que descomponen los cannabinoides fluctúan a lo largo del ciclo menstrual de las mujeres, y los estudios de imagen muestran que los niveles cerebrales de los receptores de cannabinoides aumentan con el envejecimiento en las mujeres, reflejando en cada caso los cambios en los niveles de estradiol”, añade.

Fattore cree que profundizar en la comprensión de las interacciones entre los cannabinoides y los esteroides sexuales es crucial para evaluar el impacto del aumento del consumo de cannabis y para hacer frente a las consecuencias.

“Los tratamientos de desintoxicación adaptados al género y las estrategias de prevención de recaídas para pacientes con adicción al cannabis son cada vez más solicitados. La optimización de los protocolos personalizados de prevención y tratamiento basados en la evidencia exige más investigación sobre la fuente de las disparidades sexuales en la respuesta al cannabis”.

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