Es probable que las resacas te sean cada vez más duras y tardes más en recuperarte tras una larga noche a medida que vas sumando años. No es ninguna sorpresa desde el punto de vista biológico: igual que tu cuerpo cambia con la edad, también lo hace su capacidad de digerir el alcohol.

“Cuando eres joven, el organismo tiene mucha capacidad de respuesta a sustancias tóxicas. Al hacerte mayor vas perdiendo parte de esa capacidad”, explica George Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de Estados Unidos.

Con los años, una noche de juerga con alcohol puede ser más peligrosa que antes. En los últimos tiempos, en Estados Unidos el abuso del alcohol y la dependencia se han duplicado entre las personas mayores. Simplemente, el organismo no puede mantener el mismo ritmo.

“Lo que antes era una cantidad de alcohol moderada que podías tomarte sin emborracharte cambia con la edad. Como tu sistema ya no funciona igual de bien [cuando envejeces], es más probable que alcances una tasa de alcohol en sangre mayor que cuando eras más joven”, explica James Galligan, profesor de Farmacología y Toxicología en la Universidad Estatal de Míchigan.

¿Cómo reacciona tu cuerpo al alcohol cuando ya has superado la treintena?

Tu organismo ya no metaboliza el alcohol de forma tan eficiente como antes

El alcohol se neutraliza en un proceso que consta de dos fases y que se desarrolla en el hígado, según explica David Sack, médico jefe de la compañía Elements Behavioral Health.

“El alcohol se transforma en acetaldehído, que es la sustancia responsable de muchos de los efectos secundarios del alcohol, como son el dolor de cabeza, el enrojecimiento del rostro y el mareo”, explica. Luego el acetaldehído se transforma en ácido acético, que es expulsado en la orina.

Este sistema funciona bien cuando las personas son jóvenes, señala James Galligan. “Pero, como sucede con todo, cuando envejeces, las cosas ya no funcionan como antes. Cuando una persona alcanza los 60 o los 70 años, las enzimas que metabolizan el alcohol ya no funcionan igual de bien”.

“Parte de ello es consecuencia del proceso normal de envejecimiento, aunque parte también puede deberse a alguna enfermedad. Los bebedores moderados y excesivos suelen provocar daños a su hígado y experimentar cambios en la eficiencia de este órgano a la hora de metabolizar el alcohol”, advierte David Sack.

Una reciente investigación descubrió que tanto el cerebro como el hígado son más sensibles a la toxicidad del alcohol con la edad, lo cual afecta a su capacidad de reacción. Lo que solías beber cuando eras joven tiene un efecto mayor cuando envejeces, según indica James Galligan.

El estilo de vida influye en tu capacidad de procesar el alcohol

Tu índice de grasa corporal al envejecer es uno de los factores que influyen en tu capacidad de metabolizar el alcohol, afirma David Sack.

“El alcohol, a diferencia de la mayoría de las demás drogas, solo se distribuye en las partes acuosas del cuerpo. Por lo tanto, si tienes una menor proporción de agua que de grasa corporal, más alcohol llegará al hígado”, explica.

Hay otras enfermedades que pueden contribuir a una deficiente digestión del alcohol. Por ejemplo, la hepatitis C puede afectar a la capacidad del hígado de eliminar el alcohol y otras drogas, señala.

Tomar más medicamentos también afecta a la capacidad de metabolizar el alcohol, según George Koob. “Las personas mayores tienden a tomar muchos medicamentos, y algunos pueden interferir negativamente con la digestión del alcohol, como es el caso del Xanax o del Valium”, comenta.

El tiempo que llevas consumiendo alcohol a lo largo de tu vida también afecta a tu capacidad de metabolizarlo

Si alguna vez has bebido siendo menor de edad, también puede haber afectado a tu capacidad de metabolizar el alcohol, advierte George Koob. Además, el hecho de beber siendo menor se asocia a cierto deterioro de las funciones cognitivas.

“Beber en exceso puede afectar al lóbulo frontal, que es la parte del cerebro que más tarda en madurar, motivo por el que se lucha contra el consumo de alcohol en menores”, añade.

Con el paso del tiempo, el consumo excesivo puede afectar a tu capacidad de metabolizar el alcohol en el futuro, apunta David Sack.

“Hay gente que empezó a beber en la veintena o en la treintena y que ahora, a los sesenta años, es más propensa a sufrir problemas emocionales, como depresión, un consumo más frecuente de alcohol y más problemas relacionados con el tratamiento de afecciones causadas por la bebida. Y luego están quienes empezaron a beber cuando ya eran mayores, a los cincuenta o sesenta, y que tienden a estar más sanos y a sufrir menos consecuencias”, prosigue.

Aunque los beneficios para la salud de beber uno o dos vasos de vino tinto han llegado a ocupar los titulares de algunos medios recientemente, los estudios no son concluyentes y la moderación es la única clave evidente para permanecer sanos, concluye Sack.

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Es probablemente el órgano menos divulgado y más desplazado de la historia de la Medicina, a pesar de ser el centro del placer sexual femenino.

Posiblemente el órgano peor tratado de la historia de la Medicina, desplazado en los tratados médicos y en la cultura popular durante siglos, y relegado injustamente a un mero ‘botón’ preliminar de las relaciones sexuales, el clítoris trata ahora de recuperar su estatus como órgano central del placer sexual de la mujer.

Darle al clítoris el lugar que merece, y divulgar acerca de este órgano tan maltratado históricamente es el objetivo de Entre mis labios, mi clítoris: confidencias de un órgano misterioso, de Alexandra Hubin y Caroline Michel. Este libro hace un repaso de los primeros avances en anatomía del clítoris, y cómo este experimentó avances y retrocesos hasta situarse donde debe estar, en el centro del placer femenino.

No obstante, han tenido que pasar siglos para ello. Aunque es mucho lo que hemos avanzado desde su primera disección en 1559, todavía existen falsas creencias sobre el clítoris que han hecho mucho daño a la mujer como propietaria de su propio placer independiente de su función reproductiva, centrada en el coito.

Historia de un órgano maltratado

El hecho de que el clítoris sea un órgano que sirve exclusivamente al placer sexual ha frustrado durante siglos a los científicos, que trataban de buscar una función reproductiva, relacionada con el coito; para estos, tenía mucho más sentido que el placer se obtuviera de la estimulación vaginal.

Siglos de historia de discriminación de la principal fuente de placer femenino ha dado como resultado una colección de mitos, falacias, frustraciones y conceptos erróneos. Uno de ellos es el punto G, que tanta frustración ha provocado a millones de mujeres tratando de encontrarlo.

Hoy sabemos que el clítoris no es solo un pequeño área visible, como decíamos, sino que es un órgano mucho más grande y complejo, que se extiende varios centímetros bajo la piel, y que puede estimularse desde diferentes ángulos. Por supuesto, aunque de manera indirecta, también desde el interior de la vagina.

Sin embargo, la manera más efectiva de obtener un orgasmo es la estimulación directa de la parte externa del clítoris, el glande, vía manual o mediante la práctica del cunnilingus. Esta zona visible es solo la punta del iceberg. Es en realidad el glande de un aparato mucho más complejo, que se extiende interiormente en ramificaciones a ambos lados de la entrada de la vagina.

Por ello, es fácil que desde el interior de esta se pueda estimular algunas zonas de este complejo órgano, pero todo dependerá del tamaño y forma del clítoris, que varía en cada mujer, y de su cercanía a las paredes vaginales.

El mecanismo del placer femenino depende de muchos factores: existen muchas zonas erógenas y el placer sexual (culmine el orgasmo o no) puede obtenerse por muchas vías. Lo que los científicos ya no pueden negar es que el órgano clitoriano es la fuente de este placer.

Pero, para llegar a esta conclusión, el clítoris ha tenido que sufrir maltrato y discriminación. A continuación, algunos datos que toda persona debería conocer sobre el clítoris, curiosidades, y algo de historia.

El clítoris solo sirve para el placer

Durante décadas se ha especulado sobre la función reproductiva del clítoris en general y el orgasmo femenino en particular, sin llegar a una conclusión. No la hay. Este órgano no tiene ninguna otra función más que proporcionar placer; y, desde luego, no posee una función reproductiva.

No obstante, algunos biólogos han especulado en ocasiones que el orgasmo femenino tendría una utilidad: las contracciones de la vagina en este momento ayudarían al esperma a alcanzar las trompas de Falopio para fecundar a un óvulo.

El orgasmo vaginal es un mito

Hoy podemos afirmar que no existen dos tipos de orgasmos, sino uno solo. Eso sí, existen diferentes formas de obtenerlo.

El cuerpo de la mujer tiene muchas zonas erógenas, y caricias de diferente naturaleza pueden abrir un mundo de posibilidades a la hora de alcanzar un orgasmo.

No hace muchos años era común y aceptada la pregunta: ‘¿eres clitoridiana o vaginal?’ La mayoría de las mujeres no se sentirían identificadas con la última acepción. Eso es debido a que lo que comúnmente se conoce como orgasmo vaginal, técnicamente, no existe, sino que es producto de la estimulación del clítoris desde el interior de la vagina.

El tamaño sí importa

Si bien se ha escrito mucho sobre el tamaño del pene y su relación con el orgasmo masculino, ¿qué hay del clítoris? La obra de Hubin y Michel revela que las mujeres que tienen un glande de mayor tamaño y situado más cerca de la entrada de la vagina disfrutan de orgasmos con más facilidad.

Es posible que la razón de esto sea que la fricción entre las zonas es más asequible.

El clítoris también tiene erecciones

Al igual que le ocurre al pene, la excitación sexual provoca que todo el órgano se llene de sangre y se hinche. En este momento, el glande ‘sale de su capuchón’ y aumenta de tamaño.

Durante la fase REM, como también ocurre en los hombres, es posible que el clítoris se hinche y esta reacción se acompañe de lubricación vaginal, un hecho que no tiene por qué ir relacionado con un sueño de carácter erótico.


El clítoris también tiene glande

Efectivamente, el glande del clítoris es esa parte visible, situada por encima de la abertura de la vagina y de la uretra, y cubierto de una especie de capuchón de piel, llamado prepucio.

Este mal llamado ‘botoncito’ es solo la parte visible de un órgano mucho más sofisticado que se extiende varios centímetros en el interior del cuerpo de la mujer.

Mide de media 1 centímetro y posee miles de terminaciones nerviosas.

Cada clítoris es diferente

El órgano entero mide una media de 9 a 11 centímetros, y el glande, como mucho, 1 centímetro. Cada mujer tiene su propio glande, y es tan diferente como cualquier otra parte del cuerpo, como la nariz: única e indistinguible.

La penetración no es la mejor forma de obtener el orgasmo

Las mujeres alcanzan más fácilmente el orgasmo cuando reciben múltiples estimulaciones, según un estudio publicado por The Journal of Sex Research en 2006, solo el 49,9% de las mujeres llegan al orgasmo únicamente mediante la penetración vaginal. En cambio, cuando la penetración se acompaña de estimulación manual, la cifra era del 70,9% y alcanzaba el 72,8% cuando se acompañaba de estímulos orales.

El órgano menos divulgado

Si bien el órgano reproductivo femenino se ha representado con frecuencia, y de hecho es materia importante en los libros de texto escolares, no ocurre lo mismo con el órgano del placer.

Según la publicación de Hubin y Michel, el 84% de las niñas de 13 años no sabe representar su sexo (aunque el 54% sí sabe representar el masculino). Por otro lado, una de cada cuatro chicas de 15 años desconoce la existencia de su clítoris.
Estuvo a punto de denominarse ‘órgano de Falopio’

La primera vez que se diseccionó el clítoris fue en 1559 a cago del investigador italiano Mateo Realdo Colombo, como plasmó en su obra De Re Anatomica.

No obstante, de no ser por esta publicación, tal vez hubiéramos llamado a este órgano de otra forma que, además, nos resulta familiar. Su colega, el también anatomista italiano Gabriel Falopio (quien dio nombre a otra parte de la anatomía femenina, las trompas) trató de robarle el mérito a Colombo.

Freud, enemigo número 1 del clítoris

En 1850, el descubrimiento de la ovulación y de los detalles sobre la reproducción sexual humana (óvulo y espermatozoide), quedó demostrado que el clítoris no tenía utilidad reproductiva: solo servía para el placer.

A comienzos del siglo XX, Sigmund Freud sostuvo que las mujeres que disfrutaban con el clítoris eran inmaduras, incluso, neuróticas.

La primera recreación en 3D del clítoris

Gracias a la investigadora Odile Fillod, obtuvimos la primera reconstrucción del clítoris en 3D en el año 2015.

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El deterioro mental perceptible en los alcohólicos tiene poco que ver con esa asentada leyenda urbana.

Huelga decir que de ninguna manera estamos respaldando el consumo de alcohol. El alcohol daña casi todos los órganos vitales de nuestro cuerpo. Pero solo para dejar de lado esta leyenda urbana, el alcohol no ha matado ni mata neuronas. El alcohol afecta más bien a las conexiones neuronales del cerebelo, zona de la que dependen el aprendizaje y la coordinación motora. Pero, como se puede comprobar en las autopsias, los encéfalos de los abstemios y los adictos a la botella tienen el mismo número de neuronas. Es su calidad, no la cantidad, lo que sufre con las borracheras.

¿De dónde procede este mito?

El mito que afirma que el alcohol mata las células cerebrales se remonta a tiempos lejanos y, sobre todo, está relacionado con la aprobación de la 18ª Enmienda en Estados Unidos, cuando el movimiento de la Templanza comenzó a difundir el rumor de que el consumo de alcohol mataba nuestras valiosas neuronas.

Debido a la lentitud del movimiento, la dificultad para hablar y simplemente la torpeza de los borrachos, este rumor fue ampliamente aceptado como un hecho y se extendió como un reguero de pólvora. De hecho, no fue hasta 1993, exactamente 60 años después de la derogación de la Ley de Prohibición, que la ciencia finalmente pudo concluir sin ninguna duda que el alcohol no mataba las neuronas. Básicamente los investigadores compararon las neuronas de los alcohólicos con los no bebedores y no encontraron diferencias notables.


Según José Manuel Moltó, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ‘durante décadas los neurocientíficos pensábamos que el número de neuronas se estabilizaba tras el desarrollo prenatal y postnatal y que empezaba un lento declive que algunas cosas como los tóxicos podían agudizar. En la década de 1960 descubrimos, sin embargo, que se forman nuevas neuronas en el encéfalo a lo largo de la vida adulta a partir de células madre. Estas nuevas neuronas están en localizaciones determinadas y no sustituyen a las que pueden perderse como resultado de un accidente o de una enfermedad neurodegenerativa. No obstante se supone que son imprescindibles para procesos tales como la memoria’.

Cuando el alcohol llega al cerebro, desactiva la función al dañar el tejido conectivo al final de las neuronas. Esto interrumpe la comunicación entre las neuronas y hace que sea más difícil para un individuo concentrarse o completar tareas menores. Sin embargo, nuestros cuerpos son increíblemente resistentes y en su mayor parte ‘perdonan’ las obras de la naturaleza. Este alboroto celular inducido por el alcohol causa un daño menor y definitivamente no da como resultado la muerte de la neurona.

Ahora bien, aunque el alcohol no mate las neuronas, pues para aniquilar cualquier tipo de célula, se necesitan altísimas concentraciones de alcohol –próximas al 100%–, y empezamos a emborracharnos a partir de un nivel en sangre del 0,1%, sí mata a millones de personas cada año. De ahí que pedimos que no se vea este artículo como una excusa para beber en exceso. Como todo en esta vida, lo importante es la moderación.

El consumo de alcohol altera la estructura y la función de las neuronas en un área del cerebro llamada cuerpo estriado dorsomedial, una región del cerebro que impulsa comportamientos dirigidos a objetivos, y el alcohol da como resultado “alteraciones persistentes de la morfología neuronal” en esta zona.

Modifica la estructura de las neuronas

Los estudios han determinado que el alcohol cambia la estructura física de las neuronas espinosas medianas, el tipo principal de célula en el cuerpo estriado. Estas neuronas pueden facilitar o inhibir la realización de comportamientos específicos debido a uno de los dos tipos de receptor de dopamina: D1 o D2. El consumo periódico de grandes cantidades de alcohol actúa sobre las neuronas D1, lo que las hace mucho más excitables y, por lo tanto, se activan con menos estimulación.

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Consultamos con especialistas sobre los principales quebraderos de cabeza de ellas y ellos cuando se trata de sexo

La sexualidad es más que tamaños, tiempos y frecuencias. Con un poco de experiencia, uno descubre que las relaciones sexuales y el placer tienen más que ver con las emociones, porque el sexo nos pone contentos, dicen los expertos. También tienen que ver con lo que el cuerpo permita. Pero las dudas sexuales persisten, y llegan en tropel a los gabinetes de sexólogos/as. Dos expertas desvelan cuáles son las más frecuentes: eso que le pasa “a su mejor amigo/a” en la cama y otros enigmas amatorios que no siempre se atreve a preguntar.

1. Mi amiga no llega al orgasmo

¿Sabe que mi amiga…? A día de hoy el orgasmo femenino todavía es un tabú (entre amigas o no). Y lo mismo pasa con la masturbación. Según María Hernando, sexóloga y terapeuta del gabinete sexológico Plátano Melón, “la mitad de las preguntas sexuales que hacen las mujeres están relacionadas con la dificultad para llegar al orgasmo”.

Muchas de estas personas lo consiguen con facilidad masturbándose a solas pero, cuando están en la cama con sus parejas, no sucede. “El orgasmo es complejo porque creemos que es algo que ocurre entre las piernas, cuando lo cierto es que tiene lugar entre las orejas: el órgano de placer por excelencia no es otro que el cerebro”, matiza Hernández.

La clave está en estimular las 8.000 terminaciones nerviosas del clítoris y por todos sus extremos. “Si estimula la zona G o el ano, en realidad, está estimulando también el clítoris”, incide la sexóloga. Si aún tiene dudas, Cristina Corbella, sexóloga y psicóloga de la Federación Española de Sociedades de Sexología, aclara que “todas las personas son sexuadas y pueden sentir placer; llegar al orgasmo consiste en reunir las condiciones para una interesante y apasionante aventura de exploración y conocimiento”.

2. ¿El tamaño del pene influye en el placer?

La respuesta es no. “Hay una diferencia fundamental entre la sensibilidad del pene y la de la vagina: mientras que todo el pene es sensible, hay zonas del interior de la vagina más sensibles que otras; y la mayor concentración de terminaciones de placer se reúne en la parte más exterior”, afirma Corbella. Aclarado: la longitud del pene no aporta o resta placer a una mujer.

3. Pero, ¿mi pene es pequeño?

La preocupación sobre los centímetros que mide el pene es casi milenaria. De hecho, el órgano del cuerpo más buscado en Google es el pene y la gran mayoría de búsquedas son masculinas y se centran en sus dimensiones: cómo hacerlo más grande o qué tamaño es “normal”.

“Es absurdo centrarse en el tamaño del pene teniendo en cuenta que tanto el clítoris como el punto G se encuentran a pocos centímetros de la entrada de la vagina”, dice Hernando. El consejo es, por tanto, explorar el propio cuerpo y aprender a aceptarse.

4. ¿Los abuelos tienen vida sexual?

Si cree que ellos ya no disfrutan de las artes amatorias, nada más lejos de la realidad. Según un estudio publicado en ‘The Journal of Sexual Medicine’, un 37 % de las mujeres mayores de 65 años y un 62 % de los hombres de esa edad mantienen una vida amatoria activa.

5. ¿Por qué el sexo me pone contento?

El sexo nos hace sentir mejor y nos pone felices. “El deseo erótico tiene mucho de química, ya que entran en acción hormonas y neurotransmisores como la testosterona y la serotonina que, además, están relacionados con el placer y la felicidad”, comenta la bioquímica y sexóloga Natalia Urteaga, de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología.

Además, tiene beneficios para la salud, ya que previene el envejecimiento prematuro, mantiene en forma el corazón y hasta hay estudios que afirman que las relaciones sexuales frecuentes mejoran la piel y fortalecen el sistema inmune. La regla para disfrutar a tope, apuntan los expertos, es cuanto más, mejor. Una vida sexual activa mejora las relaciones de pareja y aumenta su autoestima.

6. ¿Qué le pasará a mi cuerpo si sigo sin tener sexo?

“No tener sexo durante un largo periodo de tiempo hace que perdamos ese chute extra de energía y sus beneficios mentales y físicos. Así que es probable que nos sintamos algo más decaídos y apáticos”, dice Hernando. Además, el sexo, cuando nos acostumbramos a no mantener relaciones sexuales, cuesta despertar el deseo ya que estamos desentrenados. Para recuperarlo, entrene su fantasía.

7. ¿Por qué desaparece el deseo?

Hay un dicho: el sexo es como montar en bicicleta, que nunca se olvida. Pero en realidad la frecuencia de las relaciones amatorias puede influir en nuestro nivel de destreza en la cama y hasta en el deseo; tanto para bien, como para mal.

En el inicio de toda relación, la mezcla de dopamina, serotonina, adrenalina y vasopresina -un buen cóctel de hormonas- nos hace sentir enamorados y capaces de todo. Con el tiempo, el efecto de las hormonas disminuye y las ganas locas se disipan. Y esto parece que es más común en las mujeres que en los hombres, según un estudio publicado en ‘Sexual and Relationship Therapy’. Es aquí donde nos queda jugar, innovar y probar cosas nuevas.

8. ¿Y a menos sexo, menos ganas?

Si el deseo crece con la cantidad de relaciones sexuales, también puede ocurrir lo contario. En otras palabras, tras un tiempo sin disfrutar del placer amatorio, el cuerpo puede acostumbrarse a no tenerlas e, incluso, es posible que se muestre reticente. La respuesta tiene que ver con su cabeza: si hace mucho que no tenemos relaciones sexuales, al pensar en ello aumenta la sensación de miedo y ansiedad.

9. ¿Por qué la primera vez da tanto miedo?

Según el Instituto de la Juventud (Injuve), el 60 % de los adolescentes ha tenido al menos una experiencia sexual con penetración antes de los 16 años. Pero el miedo de la primera vez existe. Y, además, es normal, teniendo en cuenta que lo desconocido puede causar temor.

Lo importante de la primera vez es que la relación sea consensuada y consentida. Y será más fácil al escoger a alguien de confianza y saber que si quiere parar, puede hacerlo. Y relájese: no será perfecto. Y eso es una buena noticia; en el sexo, como en todo, cuanta más práctica e información se tiene, más se disfruta.

10. ¿Qué diferencia hay entre los penes de carne y los penes de sangre?

Lo crea o no, esta es una pregunta frecuente en los consultorios. Y aunque para cada hombre su pene puede sea único, a ojos del sexólogo existen dos variedades. Los expertos hablan de los penes de carne y los penes de sangre. “Los primeros son aquellos que no cambian notablemente su tamaño cuando pasan de un estado de reposo a un estado erecto”, aclara Hernando. Por otro lado, “los penes de sangre son aquellos que son bastante pequeños en estado de reposo, pero que aumentan considerablemente su tamaño cuando se excitan”, concluye.

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La cantante de pop británica Lily Allen dijo que pasa unas cinco horas al día en Twitter y que tiene “una relación de amor-odio” con la red social.

Esta semana admitió que mantener al día a sus cerca de seis millones de seguidores le roba “demasiado tiempo“. Pero, ¿cuánto es demasiado tiempo?

Allen, de 33 años, fue una de las primeras cantantes en impulsar su carrera a través de las redes sociales: fue una de las figuras pioneras de la “generación MySpace“, la plataforma digital enfocada en videos musicales y canciones. Gracias a eso, saltó a la fama y selló un contrato discográfico.

Sin embargo, teme que la obsesión por obtener likes en Twitter, Instagram y otras redes sociales pueda estar afectándole no sólo a ella, sino también a sus hijas Ethel y Marnie, de 6 y 5 años respectivamente, quienes a menudo le preguntan por qué pasa tanto tiempo usando el celular.

Son muchos los internautas que comparten este tipo de preocupaciones.

En un mundo dominado por las redes sociales, ¿cómo saber cuándo estamos abusando de ellas?

Te contamos lo que opinan los expertos.

1. Mejor menos de 2 horas diarias

De acuerdo con una investigación publicada en 2015 por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), las personas que pasan dos o más horas al día usando las redes sociales tienen más probabilidades de tener problemas de salud mental.

El doctor Hugues Sampasa-Kanyinga, del departamento de epidemiología del Departamento de Salud Pública de Otawa, Canadá, autor del estudio, dijo que aunque la relación entre la adicción a las redes sociales y los problemas mentales aún no está del todo clara, el uso diario durante al menos dos horas de las redes sociales está vinculado a trastornos psicológicos.

El especialista llegó a esta conclusión tras analizar el comportamiento y datos facilitados por parte de 753 estudiantes sobre su actividad en Facebook, Twitter e Instagram.

Entre los problemas psicológicos, el científico habla de ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas.

“Es posible que los adolescentes con problemas de salud mental estén buscando interacciones porque se sienten solos”, escribió en el informe. Y añadió: “La relación entre el uso de sitios de redes sociales y los problemas de salud mental es compleja”.

Por eso, es difícil encontrar una causalidad directa. Sin embargo, son varios los especialistas que alertan que pasar más de dos horas al día es peligroso.

La psicóloga infantil Nadia Goren dice que los niños que dedican más de dos horas de su día a las redes sociales pueden presentar una baja en el rendimiento de sus actividades escolares.

2. De 5 a 7 horas al día, dañino

De acuerdo con otro estudio publicado en 2017, se necesitan más de dos horas al día para decir que hay un problema.

Uno de los autores de esa investigación, Andrew Przybylski, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, le dijo a la BBC que no comienza a ser perjudicial “hasta que se alcanzan las 5, 6 ó 7 horas al día”.

Y suelen ser, mayoritariamente, mujeres jóvenes y solteras, explica en el informe.

Przybylski y su equipo escribieron en el documento que el uso moderado de la tecnología “no es intrínsecamente dañino y podría ser ventajoso en un mundo conectado”.

3. Depende de cada persona

El investigador Mark Griffiths, experto en adicciones en la Universidad de Nottingham Trent, en Reino Unido, lleva años investigando el uso de sitios como Facebook, Twitter e Instagram.

El científico le dijo a la BBC que estas plataformas son “potencialmente adictivas”.

La adicción a las redes sociales viene acompañada de señales de comportamiento asociadas a adicciones químicas, como cambios de humor o aislamiento social, sostiene el especialista.

Pero es difícil definir cuánto tiempo es efectivamente dañino. Eso depende de cada persona o de las cosas que le afectan en su trabajo o en sus relaciones personales, dice Griffiths.

¿Cómo saber si eres adicto a las redes sociales?

Según los psicólogos estas preguntas pueden ayudarte a hacer una autoevaluación.

  1. ¿Piensas a menudo en las redes sociales cuando no estás conectado?
  2. ¿Sientes la urgencia de usarlas cada vez más tiempo?
  3. ¿Las usas para evadirte de problemas personales?
  4. ¿Sueles tratar sin éxito de limitar su uso?
  5. ¿Te genera ansiedad no poder usarlas?
  6. ¿Sientes que tienen un impacto negativo en tu trabajo, relaciones o estudios?

FUENTE: www.bbc.com

Una ducha o irrigador es un dispositivo utilizado para introducir un chorro de agua en el interior de una parte del cuerpo para que pueda lavarse. El uso principal de las duchas vaginales es, por tanto, asear la vagina femenina.

Muchas mujeres usan la ducha vaginal para tratar de eliminar el olor vaginal y creen que hacerlo ayuda a mantener la vagina limpia pero, ¿es seguro?

Se cree que hasta 1 de cada 5 mujeres entre 15 y 44 años de edad suelen darse duchas vaginales regularmente, pero esto puede tener consecuencias desagradables e incluso peligrosas para la salud.

La ducha vaginal implica llenar un irrigador con agua y verterlo en la vagina. Algunas mujeres optan a veces por mezclar el agua con otros líquidos, como el vinagre, o usar productos que contienen ingredientes como bicarbonato de sodio, yodo, antisépticos o incluso fragancias.

Las mujeres afirman usar la ducha vaginal por las siguientes razones:
-para deshacerse de los olores desagradables en la vagina
-para prevenir el embarazo
-para lavar los fluidos corporales, como la sangre menstrual o el semen
-para reducir las posibilidades de contraer una infección de transmisión sexual

A pesar de estas creencias, la ciencia no ha demostrado que la ducha vaginal logre ninguno de estos objetivos.

¿Las duchas vaginales son seguras?

El Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología afirma que las mujeres no deben usar duchas vaginales. La flora vaginal mantiene la vagina saludable y previene la infección. La vagina de una mujer se ‘autolimpia’ y puede mantener el equilibrio de pH correcto sin interferencias. No hace falta usar duchas vaginales.

De hecho, la ducha vaginal puede eliminar las ‘bacterias buenas’ de la vagina, lo que puede cambiar su equilibrio de pH, permitir que las bacterias dañinas se multipliquen y que se produzcan infecciones, irritaciones, piel en carne viva y complicaciones más graves.

Riesgos de las duchas vaginales

Las duchas vaginales pueden hacer más mal que bien. Respecto al embarazo, la ducha vaginal no es una forma válida de anticoncepción. Además, puede provocar que sea más difícil quedarse embarazada si lo que se busca es la concepción. En mujeres embarazadas la ducha vaginal puede causar parto prematuro, mayor probabilidad de aborto espontáneo o embarazo ectópico.

Respecto a las infecciones, existe un concepto erróneo común de que la ducha vaginal puede ayudar a prevenir infecciones vaginales o deshacerse de ellas. Sin embargo, la verdad es que es completamente al contrario. Una ducha vaginal regular puede aumentar las posibilidades de desarrollar una infección vaginal. Interrumpir el equilibrio natural del pH de la vagina puede provocar infecciones por hongos y vaginosis bacteriana. No en vano, las mujeres que practican la ducha vaginal son cinco veces más propensas a desarrollar vaginosis que aquellas que no lo hacen.

Usar una ducha vaginal cuando ya existe una infección también es probable que la empeore y se propague a otras partes del sistema reproductivo.

Alternativas a la ducha vaginal

Mantener la vagina limpia es simple. La manera más fácil es lavándose con agua cuando nos bañamos o duchamos. Lo ideal es usar un gel de uso vaginal sin fragancia que no altere el equilibrio de pH natural de la vagina. Al lavarla, hay que sostener suavemente los pliegues externos de la vagina y enjuagarla con agua. No hay que restregar el área y hay que evitar que entre jabón o agua dentro de la vagina.

INFORMAZIO ITURRIA: www.muyinteresante.es

 

Fumar es malo, muy malo, para la salud. No en vano, infinidad de estudios han demostrado que el tabaco es, simple y llanamente, el principal factor de riesgo para sufrir una muerte prematura. Tal es así que si queremos vivir muchos años y con salud, lo primero que hay que hacer es no empezar a fumar o, en su caso, dejarlo. Por ejemplo, para no sentir que nos falta el aliento –literalmente– cada vez que subamos unas escaleras o realicemos cualquier otra actividad física. Y es que el humo del tabaco es muy nocivo para los pulmones. Pero aún hay más. Como muestra un estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.), el humo del tabaco también destruye los vasos sanguíneos que portan oxígeno y nutrientes a los músculos de las piernas, reduciendo así notablemente nuestra capacidad para hacer ejercicio.

Como explica Ellen Breen, directora de esta investigación publicada en la revista «The Journal of Physiology», «es de vital importancia que la población sea consciente de que el consumo de cigarrillos tiene consecuencias muy nocivas por todo el organismo, incluidos los grupos de grandes músculos necesarios para la vida diaria, y que desarrollemos estrategias para detener el daño desencadenado por los componentes lesivos del humos del tabaco».

Más allá de los pulmones

Es bien sabido que la capacidad de ejercicio de los fumadores se ve notablemente reducida porque el tabaco causa que sus músculos sean menos ‘funcionales’. O lo que es lo mismo, que sean más ‘débiles’. ¿La razón? La inflamación que provoca el humo de los cigarrillos en los pulmones, que se ven progresivamente destruidos y, por ende, incapaces de enviar los necesarios aportes de oxígeno al resto de órganos y tejidos. Pero, ¿esto es ‘todo’ o hay alguna razón más?

Para responder a esta pregunta, los autores recurrieron a un modelo animal –ratones–. Y lo que hicieron fue exponerlos durante ocho semanas al humo del tabaco, ya fuera ‘gaseando’ sus jaulas de forma continuada o inyectándoles una solución salina repleta de burbujas con humo de cigarrillos. ¿Y qué pasó? Pues que el humo dañó directamente el sistema muscular de los animales al reducir la cifra de vasos sanguíneos que irrigan los músculos de las extremidades inferiores. Y cuanto menor es esta vasculatura, menor será la cantidad de oxígeno y nutrientes que lleguen a los músculos. Un perjuicio, además, que podría tener consecuencias más graves, si cabe, que la disminución de la capacidad de realizar ejercicio físico.

Como apuntan los autores, «esta reducción en el aporte oxígeno y nutrientes puede tener un impacto sobre el metabolismo y los niveles de actividad, los cuales son factores de riesgo bien conocidos para el desarrollo de muchas enfermedades crónicas, caso de la diabetes y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica».

Hacen falta más estudios

En definitiva, el tabaco disminuye nuestra capacidad de ejercicio no solo porque deteriore los pulmones, sino porque también provoca un daño directo sobre los músculos. Pero, de los más de 4.000 compuestos químicos que se encuentran en el humo de los cigarrillos, ¿cuáles son los responsables de este daño? Pues la verdad es que no se sabe. De hecho, ni siquiera se conocen los mecanismos moleculares que se encuentran detrás de este daño –y no sabiendo cuáles son, no se pueden diseñar medidas para paliarlos–. Por tanto, hacen falta más estudios.

Como concluyen los autores, «la identificación de los productos químicos responsables es un aspecto clave que debe ser evaluado en ulteriores investigaciones, en las que también se deberán analizar los procesos por los que reducen el número de vasos sanguíneos».

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Se trata de la antesala perfecta para un apasionado encuentro. Te contamos los detalles.

Los besos son la antesala perfecta para un apasionado encuentro entre amantes. La variedad es infinita y es cierto que existen tipos para los diferentes gustos de cada pareja. El beso de tornillo es uno de los acercamientos más sensuales de todos. En él la lengua juega un papel decisivo y esto es todo lo que debes saber:

  • Se llama beso del tornillo ya que emula el movimiento de esta herramienta. En esta práctica la lengua va dando vueltas suaves y seguidas, como si estuviese “taladrando”.
  • La lengua tiene todo el protagonismo, por lo que es necesario utilizarla sabiamente: con firmeza pero sensualmente.
  • Se debe ejecutar con delicadeza y tiempo. Las prisas no tienen cabida.
  • Para aumentar el placer del momento es bueno jugar con los labios de la pareja y los mordiscos pequeños también son una buena opción.

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Uno de los síntomas físicos de las personas que han consumido ciertas drogas es el hecho de que sus pupilas se encuentren dilatadas. Un efecto que tiene una explicación científica que muchos desconocen.

Las pupilas se dilatan por varios motivos, el más conocido es el provocado por la ausencia de luz, pero también pueden hacerlo por una lesión cerebral, el sentimiento de atracción a una persona… Y el consumo de drogas o medicamentos como ciertos antidepresivos. Este efecto se conoce como midriasis.

Dos grupos de músculos se encargan de este proceso, explican desde Gizmodo. Por un lado está el músculo dilatador, activado por el sistema simpático del sistema nervioso, y por otro el músculo esfínter, que está controlado por el sistema parasimpático. Ocurre que el consumo de ciertas drogas (cocaína, MDMA, éxtasis, LSD…) pueden influir en cualquiera de los dos.

Los agentes midriáticos son sustancias que inducen a la dilatación de la pupila, por ejemplo la atropina, la tropicamida o el sulfato de duboisina. Actúan de distintas formas, como por ejemplo la cocaína inhibe la reabsorción de noradrenalina en la sinapsis nerviosa. Cuando se manifiesta que una solución de cocaína afecta al ojo, es porque la noradrenalina ya no es reabsorbida por las neuronas, y aumenta sus niveles. La noradrenalina, es un neurotransmisor del sistema nervioso central, y causa dicha dilatación de la pupila.

Mientras que muchas de las anteriormente mencionadas elevan los niveles de serotonina, la marihuana, por su parte, genera dopamina, un neurotransmisor que también provoca que las pupilas se dilaten provocando una respuesta del sistema simpático.

Por el contrario, el consumo de opiáceos provoca el efecto contrario, que las pupilas se contraigan, algo que se conoce como miosis.

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Si tienes curiosidad por los motivos que la ciencia puede brindarte para disfrutar un poco más de tu tiempo a solas estás en el lugar adecuado.

Lo primero de todo es que nos hacemos un flaco favor a nosotros mismos si no practicamos la masturbación. A pesar de los vetustos rumores de que la masturbación podía conducir a la infertilidad e incluso a la ceguera (todo falso), la investigación ha demostrado que en realidad tiene muchas cosas buenas que ofrecer.

A un nivel muy básico, la masturbación libera dopamina, un neurotransmisor que activa el “centro de placer” en el cerebro y endorfinas que disminuyen activamente la percepción del dolor.

Para las mujeres, significa que masturbarse realmente puede reducir el dolor de los ciclos menstruales. Además obtendremos un aumento de la hormona prolactina, que nos ayudará a conciliar el sueño por la noche.

Los hombres en particular parecen ser los más beneficiados, con una alta frecuencia de eyaculación asociada a una disminución del riesgo de cáncer de próstata. Los científicos todavía no están seguros de por qué, pero tal vez la eyaculación esté eliminando carcinógenos de la próstata.

Y esta no es la única razón por la que los humanos y otros animales evolucionaron para masturbarse. Puede parecer un desperdicio de esperma y energía, pero los estudios científicos han demostrado que podría ser una estrategia para mejorar la condición física de los espermatozoides al expulsar los más antiguos de forma más regular.

La masturbación es una actividad sexual normal y sana, común entre hombres y mujeres de todas las edades y juega un papel clave en el desarrollo sexual saludable de los individuos. Nos masturbamos por muchas razones, que incluyen placer, disfrute, diversión y liberación de tensión. Algunas personas se masturban solas y otras lo hacen con su pareja u otra persona.

Hoy conocemos curiosidades, beneficios y también desterramos mitos sobre la práctica de la masturbación.

Mitos sobre la masturbación

Hay muchos mitos sobre la masturbación. La mayoría han sido desacreditados varias veces, pero parecen resurgir una y otra vez. La mayoría de las afirmaciones sobre la masturbación no están respaldadas por la ciencia. No podemos ser más claros: no existe evidencia científica que demuestre que la masturbación causa cualquiera de los efectos adversos sugeridos.

La masturbación nunca causará ceguera

La masturbación nunca provocará: ceguera, pelo en las palmas de las manos, impotencia, disfunción eréctil, contracción del pene, curvatura del pene, bajo recuento de espermatozoides, esterilidad, enfermedad mental o debilidad física. Todos estos conforman los mitos más conocidos asociados falsamente a la masturbación.

La masturbación es buena para la pareja

Masturbarse aporta felicidad. Ya sea haciéndolo en soledad o con la persona con la que mantengamos una relación, muchos lo encuentran como una parte agradable de la propia pareja. De hecho, un estudio publicado en la revista Journal of Sex Education and Therapy encontró que las mujeres que se masturbaban tenían matrimonios más felices en comparación con las que no lo hacían.

Efectos secundarios de la masturbación

La masturbación es inofensiva. Algunas personas pueden experimentar irritación o sensibilidad en la piel, pero esto generalmente se pasará en unos pocos días. Como mucho, si los hombres se masturban con frecuencia en un corto espacio de tiempo, pueden experimentar una ligera hinchazón del pene llamada edema. Esta hinchazón generalmente desaparece en un par de días.

Otros posibles efectos secundarios

Algunas personas que temen que la masturbación entre en conflicto con sus creencias religiosas, espirituales o culturales pueden experimentar sentimientos de culpa. Sin embargo, la masturbación no es inmoral ni incorrecta, y el placer propio no es vergonzoso. Hablar sobre estos sentimientos con un profesional de la salud o terapeuta especializado en salud sexual podría ayudar a superar los sentimientos de culpa o vergüenza conectados con la masturbación.

Disminución de la sensibilidad sexual

¿Qué ocurre si nos masturbamos ‘sin control’? Las técnicas de masturbación agresivas o excesivas pueden conducir a una reducción de la sensibilidad sexual.

Si los hombres suelen practicar un método de masturbación agresivo que implica un agarre demasiado fuerte del pene, pueden experimentar una disminución de la sensación. Para resolver este problema simplemente hay que cambiar la técnica. El tiempo hará lo demás.

Los beneficios de los juguetes en la autoestimulación

La estimulación mejorada, como el uso de un vibrador, puede aumentar la excitación y la función sexual general tanto en hombres como en mujeres.

Diversos estudios han expuesto que las mujeres que usan un vibrador informaron de una mejor función sexual y lubricación, mientras que los hombres experimentaron una mejora en la función eréctil.

Interrupción del ritmo de vida cotidiano

En casos raros, algunas personas pueden masturbarse más de lo que desean hacerlo, lo que puede: hacer que pierdan el trabajo, la escuela o eventos sociales importantes, interrumpir sus tareas diarias, afectar a sus responsabilidades y relaciones o servir como un escape de los problemas personales o como sustituto de las experiencias de la vida real.

Alguien que piense que podría verse afectado negativamente por su práctica de la masturbación debe hablar con un profesional de la salud. Un médico o consejero puede sugerir terapia de conversación para determinar formas para controlar su comportamiento sexual.

Consultar a un terapeuta sexual también puede ayudar con estrategias de afrontamiento para la masturbación excesiva.

Estadísticas

Según las estadísticas, un 95 por ciento de los hombres sucumben a la autoestimulación frente a un 89 por ciento de mujeres, y de entre ellos, prácticamente la mitad lo hace con periodicidad diaria. El 53 por ciento de las mujeres usa vibrador a la hora de masturbarse, y el 17 por ciento de los hombres, también.

Testosterona

Contra todo pronóstico, se masturban con más frecuencia aquellos que mantienen relaciones sexuales con asiduidad que los que llevan un tiempo sin hacerlo. En los hombres, ello es debido al aumento de la testosterona durante el periodo de actividad sexual, que conduce a una mayor apetencia en general, creando un círculo vicioso (nunca mejor dicho).

Orgasmo

Al contrario de lo que solemos pensar, el orgasmo obtenido en solitario es, salvo en contadas excepciones, más intenso que el procurado en una relación sexual en pareja. En el caso de las mujeres, además, este se alcanza en una media 4 minutos, frente a los 15 y 20 minutos que demora en compañía.

Origen del término

El término “masturbarse” proviene del latín manus turbare, cuyo significado se aproximaría a turbarse o violentarse con la mano, lo que pone en evidencia que el onanismo femenino ha sido siempre subsidiario del masculino, y que carece de un término específico que lo designe, siendo más apropiado el verbo “digiturbarse”.

Enfermedades

La liberación hormonal que sucede a la eyaculación, unida a la liberación de tensión, mejora el estado de ánimo y favorece la relajación, además de prevenir distintas patologías como la diabetes tipo 2. En concreto, la liberación de cortisol refuerza el sistema inmunológico y la de endorfinas en el torrente sanguíneo reduce la depresión.

Disfunciones sexuales

El autoerotismo ayuda a superar barreras psicológicas que conducen a disfunciones sexuales como la anorgasmia y la pérdida de deseo sexual, al proporcionar un mejor conocimiento de la propia anatomía y contribuir a la inhibición de la ansiedad.

Infecciones

Reduce las infecciones o enfermedades del tracto urinario. En el caso de las mujeres, ayuda a que se abra el cuello uterino y libere mucosidad y fluidos cervicales, que suelen albergar bacterias. En el caso de los hombres, ayuda a fortalecer la musculatura, previniendo así la incontinencia y la disfunción eréctil, lo cual se obtiene también a través de las erecciones matutinas.

Ayuda a mitigar el dolor menstrual: las molestias suelen verse reducidas cuando la mujer se masturba antes y después del periodo de sangrado. El onanismo también presenta ventajas de cara al primer parto, ya que al fortalecer la pelvis, procura contracciones más eficaces.

Cáncer

Disminuye el riesgo de padecer tumores prostáticos. Los hombres que practican la masturbación más de cinco veces a la semana entre los 20 y los 50 años tienen menos posibilidades de desarrollar un cáncer, afirmaba un trabajo del Cancer Epidemiology Centre de Melbourne (Australia). Estudios posteriores, sin embargo, señalan que la masturbación frecuente a edades tempranas es precisamente la causa de la aparición de dicha enfermedad, con lo que existe cierta controversia al respecto.

Animales que no sabías que se masturbaban

Los animales también se masturban. Como ejemplo, los ejemplares macho de las ardillas terrestres de El Cabo se masturban poco después de copular con las hembras para reducir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, según un estudio publicado en la revista PLoS ONE. Los delfines también se masturban desde la infancia.

Tanto los machos como las hembras

Avispas, grillos… la lista es interesante y con datos curiosos, como el caso de ciertas especies de ardillas africanas, como la Xerus inauris, que se masturban tras haber copulado, con objeto de limpiar la uretra, según expuso un artículo publicado en la revista PLOS One.

Los murciélagos, por ejemplo, se masturban para que la relación sexual tenga mayor duración.

Otros animales que se masturban son las orcas -en cautiverio o en libertad-, elefantes, morsas, pingüinos, lagartos, tortugas e incluso puercoespines, quienes frotan -tanto hembras como machos- sus órganos genitales contra ramas o piedras.

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