sexo, drogas y Rock & roll

¿QUERER PUEDE HACER DAÑO?

DESEAMOS ESTAR CON UNA PERSONA Y NO PODEMOS…

No nos hace ni puñetero caso (nos colgamos de alguien que conocemos pero no nos hace caso o juega con nosotros).

Intenta dejar de sufrir -manteniendo las esperanzas- y acepta las cosas como son.

El enamoramiento tiene fecha de caducidad, es cuestión de tiempo.

Quién no te quiere como queires que te quiera, no merece la pena.

Si necesitas un poco de distancia (al menos al principio), tómatela y trata de poner la atención en otras cosas o en otras personas.

Son amores platónicos, imposibles (alguien nos gusta aunque desde un principio sabemos que nunca lo o la podremos tener).

Siempre y cuando no nos alejemos demasiado de la realidad y no nos dure mucho, está bien sentir estas cosas.

Procura que no te dure mucho este “amor”. Te puede ayudar pensar que la gente famosa es bien diferente de la imagen que muestran.

Tendemos a proyectar en esa persona nuestros anhelos personales. Parte de lo que ves en él o ella en realidad está en tí. Busca en tus adentros y descubre esos tesoros escondidos.

Nos ha dejado.

Duele, sí. Sobre todo cuando nos coge por sorpresa o cuando nos cambian por otra persona.

Nos hace sentirnos mal con nosotr@s mism@s; quizás pensamos que no valemos suficiente, que hemos hecho alguna cosa mal, que no nos hemos enterado de que alguna cosa pasaba. En realidad, es la otra persona quien lo ha decidido y contra éso no podemos hacer nada.

Aunque a nosotr@s nos duela, podemos pensar que él o ella también se lo pierde. Aunque nos parezca que se nos cae el mundo encima, el tiempo lo cura todo.

No te cierres, sal con los tuy@s, distráete, aprovecha para pasártelo bien. Pero trata de no pasarte, porque en las épocas de dolor es más fácil perder el control o hacer las cosas mal.

De la experiencia se aprende (y en temas de amor, también tenemos que aprender: qué hacer y cómo, y cuándo hay problemas). La primera relación puede ser la más intensa pero la más dolorosa. Aprovéchala: evita que te vuelva a pasar lo que te ha dolido y repite lo que te ha ido bien.

ESTAMOS CON UNA PERSONA, PERO NOS DUELE…

corazones-enfadados4Estamos enganchad@s un@ al otr@: «No puedo estar sin él/ella».

Ir siempre junt@s es lógico al principio de una relación: juntit@s al cine, en casa, en el parque… Pero quizás, con el tiempo, podemos empezar a echar de menos momentos para nosotr@s, para l@s colegas, nuestras aficiones, salir de fiesta con otra gente… Y la relación nos puede empezar a pesar.

Las relaciones de pareja evolucionan con el tiempo y requiere que nos adaptemos a cada etapa. Al principio, debido a la fase de enamoramiento, la relación se vuelve fusiva. Según los científicos, tras dos años la fase del enamoramiento remite y continua con la fase del amor, más realista, cuando la pareja se conoce tanto en sus aspectos positivos como negativos.

La relación requiere de momentos fusivos y paralelos para que los dos miembros de la pareja se sigan enriqueciendo mutuamente y por otro lado también se impregnen de otras influencias extrenas. De hecho, el deseo se mantiene vivo cuando los miembros de la pareja se alejan para luego volver con la brisa fresca de otras experiencias y personas.

El temor a la perdida de la otra persona se convierte en realidad cuando la solución es invadir continuamente su espacio. Y si dejándole su espacio a la otra persona no vuelve, quizá es que ya te dejó de querer. Por lo tanto, no merece la pena mantener una relación en la cúal sólo ames y no te amen.

Respetad desde un principio vuestras historias personales y evitad cansaros de estar junt@s.

Si l@s dos sentís que estáis demasiado tiempo junt@s, habladlo: que así la gente se entiende. Buscad espacios diferentes para cada uno.

En caso de que sólo tenga esta sensación uno de los dos miembros de la pareja, se lo puede explicar al otro. Hablar sobre los deseos y los miedos en este sentido ayuda a construir un espacio de pareja en el cual los dos estén a gusto.

Si por miedo a la pérdida de la otra persona cometemos el error de confundir el amor con la posesión del otro, terminaremos convirtiendo en realidad nuestro miedo. Si se puede encontrar una solución con la que los dos se sientan bien, fantástico. Si la otra persona no quiere cambiar, quizás es mejor dejar la relación: para estar en pareja, hace falta que las dos personas estén bien.

Quieren que nuestro amor sea incondicional

¿Cómo el amor de madre?: estar en pareja es una negociación constante: te hago feliz y me haces feliz, te lo ganas y me lo gano. No es como con los padres, que nos lo dan todo porque nos quieren.

Querer no implica tener conflictos continuamente, ni estar junt@s a costa de lo que sea. Para que las relaciones de pareja prosperen, no basta con el amor. Hay que tomarse en serio el hecho de cuidar y cultivar la relación.

¿Perdonar la infidelidad?: cada pareja tiene sus historias pero si nos hacen daño, quizás no nos amen tanto como nos dicen. Es fácil decir «Te quiero» pero demostrarlo es más difícil. Plantéate los motivos por los que lo ha hecho. Recuerda que cuando pasa una vez, es más fácil que se repita.

Es una persona súper celosa: «Si hablo con alguien, me monta una escenita para flipar»

CUANDO TÚ ERES CELOS@:

Los celos son emociones inherentes al ser humano. Tener un poco no está mal, pero si son excesivos se convierten en enfermizos. Siempre hay situaciones que nos hacen sentirnos incómodos o sospechar (la típica: cuando está con su “ex”…).

A veces, para nuestra tranquilidad, podemos necesitar decirle a nuestra pareja: «Ei, que me enfado cuando hablas con esta persona, quiero saber si tengo motivos o no.»

En ocasiones, son justificados. Y a veces no sólo se trata de sensaciones sino de evidencias de que ha pasado alguna cosa (nos han puesto los cuernos).

Si tenemos evidencias de que le gusta otra persona es sencillo: lo hablamos y que nos explique qué ha pasado. Después podremos decidir qué hacer, aunque nos cueste.

En caso de que te hayan puesto los cuernos alguna vez, ten en cuenta que es fácil que se repita.

Otras veces los celos son exagerados. Eso pasa cuando desconfiamos de cualquier situación y nos montamos películas. Eso es señal de que nos falta confianza en nosotros mismos, en el otro y en la relación.

CUANDO TU PAREJA ES CELOS@:

Una persona muy celosa puede estropear una relación muy guapa y hacer mucho daño a la persona que tiene al lado. Cuando los celos son enfermizos, cualquier situación se malinterpreta y estropea los buenos momentos. Una cosa está clara: si no cambia la situación, la relación no irá bien, por mucho que nos queramos.

¿QUÉ PUEDE MEJORAR LA RELACIÓN?

Cada persona tiene un umbral diferente de lo que supone la fidelidad. Negociar sobre los límites en pareja ayuda a aclarar las reglas de juego.

La crisis de pareja debido a los celos puede ser una oportunidad para revisar las reglas en pareja y renovar el contrato de pareja. De la misma forma que las personas evolucionan, las parejas también lo hacen. De vez en cuando toca revisar el contrato.

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El otro se piensa que soy suy@: «No me deja salir».

A veces nuestra pareja quiere saber todo lo que hacemos. Más que demostrarnos que nos ama, nos demuestra cómo pretende manejarnos (“La maté porque era mía”, ¿te suena?).

Quizás piensa que le pertenecemos y quiere controlar todo lo que hacemos. Para evitar problemas acabamos haciendo aquello que la otra persona quiere. En definitiva, perdemos nuestra libertad.

Habla con tu pareja y hazle saber las cosas positivas que te reporta la relación para que sienta el poder de atractivo que tiene para tí. Ayúdale a redescubrir la magia que la otra persona tiene sobre ti. Si conecta de nuevo con su atractivo, se relajará.

Si hemos intentado hablarlo y no hemos obtenido una buena respuesta, lo podemos comentar con una persona de confianza para que nos ayude a ver con otros ojos nuestra relación.

Si has intentado solucionarlo y no lo has conseguido, es mejor que dejes la relación. Cuanto más tiempo pase peor; procura no retrasarlo. Ya sabes que no te lo pondrá fácil, pero no te dejes influir por éso. En caso de que tengas miedo, pide ayuda.

HEMOS DEJADO LA RELACIÓN PERO SEGUIMOS CON UN PROBLEMA

Quizás nos duele ver que la otra persona sufre (porque dejar a alguien no quiere decir que no le queremos) o nos sentimos culpables. Aunque sea duro, no se puede continuar una relación por la otra persona o por pena; tampoco querríamos que lo hicieran por nosotr@s.

Puede ser que no se ha enterado de que ya no estamos junt@s y actúa como si no hubiera pasado nada. En este caso, tendremos que dejarlo todo bien claro y evitar nada que confunda. Si, con todo éso no hay bastante, quizás tendremos que tomar decisiones más drásticas como no coger el teléfono, desaparecer un tiempo…

Si nos acosa, quizás haya que comunicarlo a la familia o -incluso- pedir ayuda a profesionales de servicios de atención a la mujer u otros.

CUANDO NO NOS GUSTA LA FORMA DE LLEVAR UNA RELACIÓN.

Puede ser que una relación no convenga porque el/la otr@ toma muchas drogas -y no tiene intención de dejarlas-, o tiene una ideología contraria a la nuestra -es racista…

Si estamos con alguien que necesita mucha ayuda, quizás nosotr@s -que no somos expert@s- no se la podamos dar. A menudo tenemos que tomar la decisión de ayudarnos y cuidarnos primero a nosotr@s, y apartarnos de quienes nos hacen daño.

Cuando no venimos del mismo ambiente o del mismo grupo que nuestra pareja, toca conocer las amistades del/de la otr@ y entrar en nuevos ambientes.

También puede ser un problema cuánto chocamos con cosas que no van con nosotr@s (hacen cosas que a nosotr@s no nos gustan -actitudes violentas, ir demasiado pasad@s de alcohol u otras drogas, conducir bebid@s…

Hablándolo podéis pactar y llegar a acuerdos. Podéis dejar momentos para que cada un@ esté con los suyos y otros para ir junt@s a sitios donde estéis l@s dos a gusto.

Lo más importante es sentirse bien; salir con alguien no quiere decir hacer o aguantar cosas que no van con nosotr@s.

CÓMO NOS TRATAN Y CÓMO TRATAMOS.

Hay muchas formas de tratarnos mal: hablar en tono despectivo o de burla, insultar o reprocharnos cosas sin motivos, hacernos sentir culpables, no disculparse cuando toca, pasar de nosotr@s, no escucharnos o no hablarnos, llegar tarde o no presentarse cuando hemos quedado… A veces éso hace tanto daño como una bofetada.

No hace falta que nos lleven en bandeja, pero no podemos aceptar que nos traten mal. No sólo importa si nos quieren mucho o poco, sino también si nos respetan y tenemos la relación que nos merecemos.

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IDEAS ERRÓNEAS A CORREGIR PARA MEJORAR NUESTRA RELACIÓN DE PAREJA.

 “Mismo trato…”. En ocasiones es adecuado tratar al/a la otr@ como nos gustaría que nos tratasen a nosotr@s, pero en ocasiones entre chicos y chicas esta regla no opera. Intenta entender a las chicas desde sus claves y a los chicos desde las suyas.

“Lo importante es elegir bien…”. “Me equivoqué al elegir(le)…”. El mito de la “media naranja…”. Los éxitos y los fracasos no se derivan de quiénes   juegan, sino de cómo juegan.

“Las parejas exitosas están de acuerdo…”; “el acuerdo es la medida del amor…”; “el desacuerdo debe evitarse…”. El éxito no está en el acuerdo, sino en la gestión del desacuerdo. La negociación es fundamental a la hora de gestionar el desacuerdo.

“El amor propicia cambio”; “amar es cambiar y es cambiar(le)”. Pero en realidad cambiamos poco y lo sustancial no cambia. Sí que cambian –y mucho- los ojos que miran. Exigirle que cambie es ineficaz. Es más fácil cambiar de otro/a que cambiarle al otro/a. La necesidad más importante a resolver en pareja es: LA ACEPTACION.

“El amor es contrario al conflicto”; “las parejas más exitosas son menos conflictivas”; “el conflicto es la medida del fracaso en pareja”. La falta de conflicto no es sinónimo de armonía. Pedir perdón ayuda en un momento a la reconciliación, lamentar el daño causado.

“La comunicación es la medida del amor”; “las parejas exitosas se comunican bien”; “la incomunicación es un indicador de las cosas no marchan bien”; “todo se resuelve hablando”. Comunicamos incluso en el silencio o en la “incomunicación”. No todo se resuelve hablando. No es asunto de cantidad, sino de calidad y de oportunidad. Cuidado con las sobreinterpretaciones.

“Los hombres y las mujeres somos iguales”; “el amor nos iguala”; “las diferencias son malas”. Somos seres sexuados. En pareja heterosexual, más. Ponerse en el lugar del otro ayuda a salirse de uno mismo y entender a la otra persona.